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martes, 11 de mayo de 2010

¿POR QUÉ LOS EVENTOS LITERARIOS NO SON ACTOS MASIVOS?

¿POR QUÉ LOS EVENTOS LITERARIOS NO SON ACTOS MASIVOS?


Por Nicolás Hidrogo Navarro



Actualmente, el sentido común de los lectores coyunturales no considera ya a la lectura como un acto de placer y una etiqueta de engrandecimiento léxico y cultural, sino un hecho obligatorio, condicional y que sólo se da en el terreno escolástico por pura obligación condicionada de una nota. El tema de conversa juvenil predominantemente no son los libros, sino el futbol, los grupos de rock, el avance argumental de las telenovelas o la aparición de una saga de película más violenta que la anterior, el surgimiento de una nueva versión de play station, el surgimiento de un nuevo buscador de amigos en internet, etc.
Los eventos literarios no son masivos porque sus formatos de presentación con pocos creativos –casi siempre suelen tener un auditorio pasivo-. Porque los intereses literarios sólo le incumben a los poetas/narradores, editores y promotores. Porque al no haber cultura de lectura no hay expectativas. Porque la prensa considera que la cultura no vende y ningún poeta estaría en condiciones de pagar un publirreportaje. Porque el marketing publicitario de escritores nacionales se circunscribe a cada vez a menos escritores con cartel: un evento donde se asegure la presencia de Mario Vargas Llosa, Oswaldo Reynoso, Alfredo Bryce Echenique o algún ganador coyuntural de un premio nacional o internacional, tendrá asistencia. Porque la tendencia mundial del tiempo libre del hombre modernos s buscar espacios de entretenimiento y diversión y la literatura pareciera ya no ofrecer eso. Porque los mitos literarios de los autores consagrados se vienen perdiendo y es más fácil comprar el DVD de su conferencia ante que verlos en vivo. Porque como no se cobra el ingreso a los eventos literarios, se tiene la idea que lo que ocurra dentro no tiene valor. Porque a la gente le interesa poco la literatura y dentro de su menú de preferencias de inversión comprar un libro está en última prioridad y menos a perder tiempo una noche en un local cerrado y con una aburrida lectura, una copiosa y cansina presentación que lo obligan a uno aplaudir sin saber porqué. Porque los apoyos a los eventos literarios son inexistentes. Porque no existe una cultura continuada y coherente de promover la literatura desde la propia escuela. Porque el proceso de alienación cultural sigue galopante, un duelo de asistencia entre un presentación paralela y simultánea entre el creador de “Crónica de una muerte anunciada” y los creadores de “The Black Álbum”, dejaría deslucido de público ochentero y noventero a nuestro genial Gabo. La gente quiere espectáculo, glamor, licenciosidad, arrebato, disolutez, interactividad, quiere soltar las amarras de adrenalina y romper cualquier protocolo se atención y silencio que demandaría una presentación de un texto.

¿En qué enriquece intelectual y educativamente un espectáculo musical distorsionador de la identidad cultural de doña Fabiola de la Cuba –la que no sólo cobra entre 20 y 100 soles la entrada, imposible para los pobres, sino que recibió unos $15,000 del Congreso de la República gestionados por el presidente de este poder como subvención a un espectáculo cultural con fines comerciales y propósitos lucrativos- o de doña Tania Libertad? “VEto”.

Que los eventos literarios no son actos multitudinarios, es una constatación lamentable y pareciera irreversible y casi de resignación de verse las caras y leerse los poemas entre los mismos Melquiades de la palabra.
Los eventos literarios son autoconvocados y concurridos por los mismos creadores y como éstos no son muchos –cada pueblo o ciudad del Perú, donde hay actividad literaria, a excepción de Lima, no tienen más de diez elementos activos- y como los lectores son cada vez menos, hasta los curiosos y diletantes del pasado se han reducidos.

El reduccionismo al que se ve cada vez en los públicos de eventos literarios es porque la literatura no es un espectáculo de entretenimiento, sino un acto intelectual y creador de análisis, reflexión y que obliga a la lectura, al debate, a la interpretación hermenéutica e interrelación de sus asistentes. En toda acto literarios hay dos tipos de público: el pasivo (público asistente sin mucha expectativa, no pregunta, no debate, no cuestiona, no valora, está esperando que acabe el acto para comer los bocaditos, tomar el brindis y salir huyendo); y, por supuesto, un público minoritario activo que está interesado en interactuar como preguntar, opinar, indagar, etc.
Dentro de las modalidades de promoción literaria en el Perú se tienen formatos como:
a) El recital clásico:- Lectura de poemas con un panel de invitados. Hay una breve presentación del evento y los participantes o muchas veces autopresentación. Cada uno de los poetas programados lee dos o tres poemas, vienen los aplausos y el siguiente. Un intermedio musical. Terminan de leer el resto de invitados. Brindis de honor o bocaditos si los hay. Fotos. Fin.
b) El recital moderno:- Lectura de poemas con un panel de invitados. Hay una breve presentación del evento y los participantes o muchas veces autopresentación. Cada uno de los poetas programados lee dos o tres poemas, vienen los aplausos y el siguiente. Un intermedio musical. Terminan de leer el resto de invitados. Se generan preguntas del público sobre la calidad de lo leído o sobre el acto inspirador. Brindis de honor o bocaditos si los hay. Fotos. Fin.
c) El recital innovador:- Lectura de poemas con un panel de invitados y comentaristas. Hay una breve presentación del evento y los participantes. Cada uno de los poetas programados lee dos o tres poemas, vienen los aplausos y el siguiente. Un intermedio musical. Terminan de leer el resto de invitados. Se producen sendos comentarios hermenéuticos, deconstructivos, estilísticos, semióticos o pragmáticos sobre la valoración de los textos leídos. Se generan preguntas del público sobre la calidad de lo leído o sobre el acto inspirador. Brindis de honor o bocaditos si los hay. Fotos. Fin.
d) La presentación de textos tradicional.- Se inicia con el himno nacional. El presentador da cuenta de la biografía e importancia del autor. Un presentador hace un panegírico del autor y señala las bondades del texto. A continuación hace uso de la palabra el autor del texto para expresar su agradecimiento. Se da un número artístico. Brindis de honor. Se procede a la venta y firma de los textos. Fotos y entrevistas.
e) La presentación de textos moderno.- El presentador da cuenta de la biografía e importancia del autor. Un presentador hace un análisis exhaustivo del texto señalando sus elementos de aporte. A continuación hace uso de la palabra el autor del texto para expresar su agradecimiento. Se da un número artístico. Brindis de honor. Se procede a la venta y firma de los textos. Fotos y entrevistas.

El público de los eventos literarios
Una de las preocupaciones de todo organizador o promotor literario es la “cantidad” de asistentes. El éxito se suele medir en función de llenos, medios llenos o vacíos de auditorio. Pero en literatura un lleno de gente no es un lleno de taquilla: uno, porque los eventos literarios en el Perú no suelen ser pagados. Dos, porque muchas veces puede estar abarrotada de publico dormitante que llega a cumplir con el familiar o amigo que está de pláceme literario esa noche. Lo fundamental en literatura es captar un público, no solamente los mismos Melquiades del gremio, sino un público juvenil que esté interesado en valorar el texto e iniciar sus andanzas literarias como continuadores de esta generación.
Los eventos literarios no sólo están condenados a ser actividades con una conformación espectadora de 10% organizadores, 50% los mismos partner del oficio, 20% de familiares y amigos de las figuras de mesa; 10% diletantes de la cultura global, 10% publico curioso ocasional y nuevo para aprovechar el sanguchito y el traguito al final, sino fundamentalmente a tener concurrencias reducidísimas y casi con un inasistencia proverbial de los propios profesionales que fungen de profesores de Lengua y Literatura en aulas escolares y universitarias. Amén de autoridades de la educación y la cultura.
Previsoramente creo que el destino de las actividades literarias y su concurrencia se verá reducida a reuniones casi ultrasecretas a lo francmasón y a un grupo de iniciados que al reunirse pocos, se verá como una sociedad secreta al muy puro estilo de “La sociedad de los poetas muertos”. Sin embargo, el pesimismo no debe cubrirnos como un manto obcecante se tiene que estimular desde la escuela la pasión por la lectura, la valía de los escritores, la importancia del aprendizaje extraescolar a través de recitales, conferencias, paneles foros, seminarios, presentación y comentarios de textos. Muchas veces, fuera de la escuela se aprende a ser mejor lector y a iniciarse en el fascinante mundo del escribir por pura imitación, admiración y emulación de otros que nos llevan la delantera.

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