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miércoles, 11 de agosto de 2010

ANDRÉS DÍAZ NÚÑEZ EN IMÁGENES- POEMARIO























POEMAS DE ANDRÉS DÍAZ NÚÑEZ
Crepúsculo


Amanecieron las aguas más turbias,

los pinos más solos, más pensativos;

las flores más pálidas y mustias,

los enfermos con más dolor, más gritos.



La luna ocultó su alegre mirada

tras unas nubes negras y espesas.

Un pájaro que contento trinaba

perdió la voz donde las azaleas.

El viento empolvó el rostro de la casa,

los años se hundieron en las paredes;

el silencio creció como un fantasma.

Las polillas picaron la guitarra,

el tiempo oxidó las débiles cuerdas

y los dedos del que solía tocarla.



Chiclayo, marzo 02 - 1999





Divina luz

Divina luz que a mi rostro iluminas

cual fulgor de tu inocente mirada;

divina luz que en mis noches caminas

dándome lagos de agua azulada.

¡Ay luz! que por mi ventana ingresas

hacia el tálamo de mi alma dormida

luego, como relámpago, regresas

y dejas en noche espesa mi vida.

Si me traes noche y un mar de llanto,

ya no me des vida, deja que muera

para descansar en el campo santo.

Y así en cada hora fresca y mañanera

llegue a mi tumba tan sólo el canto

del viento o de un ave agorera.



Trujillo,1968.





Soneto de la ausencia

Hoy que en tu árbol canta un ruiseñor,

hoy que sólo mis recuerdos te abrazan,

quiero que sonrías como una flor

porque las sonrisas penas quebrantan.

Y por esos caminos sin cienos

en cuyas arenas tus rastros dejas,

quiero que entones los cantos más tiernos

para que en mi ausencia guitarra seas.

Entonces como un trino en mi ventana

avives mi corazón mutilado

que todavía amor siente y exhala.

Mas te pido que no llores ni un rato

porque si tus ojos lluvia derrama,

mí cielo se tornará más nublado.



Trujillo, 1968



Recogiendo pañuelos

Aquí estoy recogiendo pañuelos

de los débiles cordeles del tiempo,

los recojo entre penas y desvelos

mientras algunos vuelan con el viento.

Son los pañuelos que alegres bordamos

con los hilos de nuestras ilusiones

aquellos días que despiertos soñamos

entre sonrisas, besos y canciones.

Estoy recogiéndolos bajo el frío

mientras tú, sin voltear la mirada,

te marchas como una ola de río

sin dejar una semilla sembrada

de la que nazca en pleno estío,

una flor amarilla o rosada.

Chiclayo, 1992



Añoranza

Ya no te he vuelto a ver, estrella mía,

desde aquella tarde oscura y helada;

hoy sólo con honda melancolía,

veo en el tiempo tu imagen amada.

Te esperé en la banca, bajo el árbol,

con mi corazón muy adolorido

y mis labios más fríos que el mármol

temerosos de tu pronto olvido,

Y no sé cuándo será tu regreso

ni cuando recibiré un mensaje;

te ruego que me envíes un beso

a través del viento y el celaje.

Aquí estoy como un árbol solitario,

con las hojas secas, ninguna flor;

sólo llega, en cada tarde, un canario

a hilar un trino con hondo dolor.

Chiclayo, 1992



Camino hacia el corazón de la noche

Allá donde se borra la mirada

se incrusta en el cielo un cerro turquesa,

y una pequeña nube rosada

ante el horizonte se confiesa.

Mariposas verdes y amarillas

vuelan hacía las torres de la tarde

mientras en los pinos las avecillas

hablan de mi corazón que por ti arde.

Un eterno lamento del follaje,

un persistente y quejumbroso trino,

un pájaro de negruzco plumaje,

me acompañan en mi agreste camino.

Camino con una alforja repleta,

de flores marchitas, cartas y poemas,

buscando un río, lago o grieta

para hundirme con todos mis dilemas.

De mis restos crecerán flores rojas

y de mis penas, blancas mariposas

las que, al caer de la tarde las hojas,

coronarán la alcoba en que reposas.

Chiclayo, 22 11 92





Como una rosa vidrio

No quiero que se apague mi estrella,

no quiero que la noche llegue pronto;

no quiero que una solitaria vela

llore mi largo viaje sin retorno.

Quiero más bien una lluvia azul,

una canción que reanime el alma,

un viento pausado que venga del Sur

trayéndome la voz de una torcaza.

Porque a pesar que hay muchos abrojos,

ortigas, azaleas, en el camino,

la vida es linda como los arroyos,

tierna como una gota de rocío;

aromada como los gladiolos,

frágil como una rosa de vidrio.

Chiclayo, 22-01-99





Una lágrima en mi recuerdo

De mis dulces sonrisas y mirares

que en tus tiernos ojos se dormían

hoy me quedan lágrimas en collares

llenas de vida y con mi alma suspiran.

Y suspiran al sentirse sin nido,

al sentirse sin las hojas ni ramas

de tu árbol frondoso verde y divino

que crece cuando sonríes y hablas.

Tus alegres ojos ya no me miran,

se han perdido en el cielo de la tarde

cual fugaces estrellas que titilan

con su viva luz que se apagan y arden.

Ansiosos mis tristes ojos te buscan

por los lejanos lugares que moras,

sólo encuentro recuerdos que me gustan

y a la vez me dan pena cuando lloras.

Hoy no sé si alegre o triste caminas,

hoy que estás muy distante de mí;

pero bien sé en cada vez que suspiras,

yo también suspiro y me acuerdo de ti.



Estos brazos que cruzados los miras,

y estos ojos que te miran pensativos ,

se ocultan cuando callas y suspiras

cual luces en centelleos fugitivos.



Hacia las eternas Nombras

Tal vez mañana cuando abras la puerta

encuentres sólo una flor amarilla

o una blanca paloma, enferma,

esperando de alguien una caricia;

sabrás entonces que el mudo destino

me arrastró hacia las eternas sombras

donde canta un tierno pajarillo

sobre las tapias y ramas brumosas.

Por lo que no quiero lágrima alguna

que ha de aumentar mis aguas turbias,

tampoco una canción de amargura

que ha de hacer llorar a las almas mustias.

Quiero más bien una canción alegre,

un clavel lozano color sangre,

una mariposa rosada o verde

y un cuadro con un andino paisaje.

¿Por qué pues lamentarse en esta vida?,

sabemos que somos aves de paso;

tarde o temprano llega una neblina

para apagar nuestro ardiente verano.

Queda sólo de nuestra existencia

una cruz y algunas fotografías

bajo la mirada de una estrella

que vigila el paso de nuestras vidas.

Chiclayo, 01-01-99



Tus sonrisas, una flor

Con tus sonrisas amoldé una flor

la que hoy llevo de adorno en mi camisa;

con tus palabras, tejí una canción

la que escucho mientras la luna mira.

Fabriqué lámparas con tus miradas

para borrar mis noches sin estrellas;

hice palomas con tus blusas blancas

para que vuelen por mares y estepas.

De tu imagen preparé una cometa

para contemplarte horas y horas

cada vez que me invada la pena.

Construí un lago con trozos de cielo

para que en él vivas como sirena

prodigándome encanto y misterio.

Chiclayo, 11-04-98





"Entré a la literatura como un rayo; saldré de ella como un trueno"- Maupassant

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