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jueves, 23 de diciembre de 2010

CONSEJAS PARA DOPAR A UN POETA

CONSEJAS PARA DOPAR A UN POETA

Por Nicolás Hidrogo Navarro
Cuando quieras amansar a un poeta agresivo o ganarte su favor; fácil, dile que su poesía a roto el himen de la estética de los siglos precedentes y venideros, que es el néctar de una nueva civilización, que es una lumbrera para la lingüística y estética, que su poesía es la piedra de toque, el Santo Grial de la lírica, la piedra filosofal de la tropología y la alquimia áurica de la belleza excelsa, que es el Midas supremo de las palabras, que es el nuevo Fénix de los Ingenios, que es el Anacreonte de los sonidos perfectos, que es el Querubín de los compases, que es el Teócrito de las melodias, que es el faro de Alejandría moderno para los demás y que por supuesto es la más alta cumbre del intelecto humano y que si no sigue publicando sus poemas el mundo puede derrumbarse: EL POETA TIENE UN EGO ELEFANTIÁSICO, NO ES SU VIRTUD SER HUMILDE, SINO UN GRANDÍSIMO ALUCINADOR DE SER EL MÁS GRANDE ENTRE LOS GRANDES, EL ÚNICO JERJES DE LA POESÍA MUNDIAL, ES UN EGOMANIACO A ESCALA BÍBLICA.

"Entré a la literatura como un rayo; saldré de ella como un trueno"- Maupassant

A veces la Navidad en Chiclayo

A veces la navidad es un conjuro de adioses, una marcha sin tregua, un camino de espantos, una angustia sin fin, cuando creemos que ella existe sólo por las luces intermitentes, los villancicos, las compras compulsivas, la euforia comercial.
La navidad es algo más allá de ello, un amigo nuevo en la plazuela Elías Aguirre de Chiclayo, un flash back a tu época juvenil recordando todas las locuras de la universidad y tus ínfulas de hacer rotar el eje terráqueo con el lanzamiento de tu primer poema, una conversa intelectual con mucho sabor a libros, una discrepancia estilística y política de "El sueño del celta" o "La guerra del fin del mundo" con Guillermo Figueroa, Edmundo, Chapoñán, Javier Villegas o Percy Hinostroza. La navidad es esa banca solitaria esperando por ti, esa hoja que se cae de los cipreses barbados en medio del cemento atosigante de la ciudad,  es esa chica de rojo que espera angustiada a su primera cita junto a la Elías Aguirre y San José, es ese perro sarnoso que se rasca presuroso y frenético entre las bancas del parque esparciendo su dolor. La navidad es un silencio triste, una pausa indolora, una ficción de ver publicados todos tus libros y tener millones de lectores. A veces la navidad es un aleteo solitario en medio de la noche silente, donde a un giro tuyo aparecen de soslayo todos los fantasmas de los que antes estuvieron allí, junto a ti, sin que ahora quede sólo un leve rastro indeleble de todos sus muertos y de todos los que sucederán a tu asiento momentáneo.
Lambayeque, diciembre 23 de 2010
Nicolás Hidrogo Navarro



"Entré a la literatura como un rayo; saldré de ella como un trueno"- Maupassant

REVISTA AHORA Y SIEMPRE Nº 33- DIRIGE TATTA TORRES- CHICLAYO-PERÚ-DICIEMBRE 2010

"Entré a la literatura como un rayo; saldré de ella como un trueno"- Maupassant

miércoles, 22 de diciembre de 2010

DAGOBERTO OJEDA BARTUREN: EL CUENTISTA CITADINO DE LOS PERSONAJES RAROS DE CHICLAYO

DAGOBERTO OJEDA BARTUREN: EL CUENTISTA CITADINO DE LOS PERSONAJES RAROS DE CHICLAYO





"Entré a la literatura como un rayo; saldré de ella como un trueno"- Maupassant

ANTONIO SERREPE ASCENCIO RECIBE PALMAS MAGISTERIALES EN GRADO DE EDUCADOR









FOTOS Y VIDEOS-Premiación literaria en Chiclayo-VII CONCURSO LITERARIO INTERNACIONAL – 2010- “José Eufemio Lora y Lora & Juan Carlos Onetti”- Viernes 17 diciembre. Club de la Unión-Chiclayo


























"Entré a la literatura como un rayo; saldré de ella como un trueno"- Maupassant

Acerca de “Elogio de la lectura y la ficción”- Cronicas de un ciudadano (LXXIV)-Por Alfredo A. Gonzales

Acerca de “Elogio de la lectura y la ficción”
Cronicas de un ciudadano (LXXIV)


Por Alfredo A. Gonzales*
e-mail: cronicassigloxxi@hotmail.com


Desde que se anunció hace mes y medio el otorgamiento del Premio Nobel de Literatura 2010 a nuestro compatriota Mario Vargas Llosa, una onda de júbilo recorre el país. Se debe ello a la certeza que hace años reunía méritos para que le fuera otorgado, como también al hecho que es el primer peruano en recibirlo a nombre propio. En Latinoamérica, Brasil, Colombia, Costa Rica y Venezuela tienen uno también; Chile y Guatemala tienen dos; México tres; y Argentina cinco. En total, diecisiete premiados, 2% del total hasta hoy otorgado (829). De ellos, seis son de literatura, tres de fisiología o medicina y tres son de la paz.

Puedo confesar haber leído hasta cuatro obras del laureado escritor peruano. Primero fue “La ciudad y los perros” hacia el verano de 1968. A mediados de la década del setenta le tocó turno a la hilarante “Pantaleón y las visitadoras”. Cerca de doce años después le tocó a la breve “¿Quien mató a Palomino Molero?”. Para entonces, la pobre actuación de la comisión investigadora de la masacre en Uchuraccay – que presidió Vargas Llosa- fue uno de los factores para que no leyera importantes trabajos suyos como “Conversación en la catedral” e “Historia de Mayta”. Casi veinte años después he leído “El paraíso en la otra esquina” gracias a una biblioteca municipal cercana.

Para quienes desconocen el origen del nombre de “Conversación en la catedral”, una pregunta: ¿acaso se puede conversar en una catedral?. La catedral del título que hoy es famosa era un bar cercano a la Plaza Unión o Castilla, en la avenida Alfonso Ugarte de Lima, así llamada por una media cúpula de madera y yeso, visible desde la calle. Con propiedad, la portada del libro muestra dos vasos de cerveza. Durante una década los omnibuses en que me transportaba pasaban por el lugar, pero nunca lo visité.



Creo oportuno relatar aquí la rara visita a una librería local perteneciente a una de las dos cadenas nacionales de locales similares, “Borders”, efectuada a mediados de agosto de este año. Sin incluir espacios para parqueo, el local en sí tiene unos dos mil metros cuadrados que el visitante recorre por su cuenta. En una esquina las revistas en varios anaqueles, cientos de ellas acerca de los temas mas variados que uno pueda imaginarse. Otras areas están organizadas por temas como historia, computación, geografía, viajes, ciencias, educación, etc. Hay una sección para las obras de ficción, novelas.

Por primera vez y con curiosidad me detuve a buscar cuales y cuántas obras de MVLL tenían. Una, sólo una: “Travesuras de una niña mala” en inglés (The Bad Girl). Y estaba en la “L”, por lo que me tomé la libertad de moverla con los autores cuyo apellido empieza con “V”. En cambio, de Gabriel García Márquez tenían trece títulos en español o inglés, uno de ellos en tres ediciones (Cien años de Soledad); y de Isabel Allende tenían once títulos en una u otra lengua, uno de ellos también en tres ediciones

“Elogio de la lectura y la ficción” es el nombre del discurso pronunciado en Estocolmo por el galardonado escritor. Hace poco pude leerlo completo en una version de trece páginas. Es sin duda una pieza memorable, dadas las circunstancias, en la cual MVLL nos cuenta aspectos de su vida personal, los mas importantes autores que lo impresionaron o que influyeron en el, y acerca del Perú que es su fuente de inspiración y motivo mas socorrida, a pesar de una vida transhumante por casi medio siglo, de su derrota electoral en 1990 y de las dos nacionalidades que ostenta.

Si en su disertación Mario nos dice que gracias a la fecunda pluma de Verne viajó al mundo submarino, del mismo modo puedo decir que gracias a la misma pluma viajé a bordo de un cometa por las inmediaciones de Venus y Júpiter, en recorrido que tuvo feliz retorno. No se especulaba en aquel tiempo acerca de que un impacto semejante significaría grave daño para la vida en la Tierra.

Nos dice en “Elogio…” que “aprender a leer es lo mas importante que le haya sucedido”. Mediante la lectura pudo “alcanzar el universo de la literatura”. Y también dice: “Algunas veces me pregunté si en países como el mío, con escasos lectores y tantos pobres, analfabetos e injusticias, donde la cultura era privilegio de tan pocos, escribir no era un lujo solipsista ”, para añadir en la misma página que “Igual que escribir, leer es protestar contra las insuficiencias de la vida. Quien busca en la ficción lo que no tiene, dice, sin necesidad de decirlo, ni siquiera saberlo, que la vida tal como es no nos basta para colmar nuestra sed de absoluto, fundamento de la condición humana, y que debería ser mejor”.

Creo conveniente hacer un alto para que nos preguntemos porqué la cultura sigue siendo privilegio de pocos, y no me refiero a espectáculos cuyo costo es oneroso para la mayoría de peruanos. Mucho se ha dicho en estos días, por ejemplo, de las ventas de la última obra de MVLL que ha alcanzado rápidamente la inusitada cifra de 50,000 ejemplares sólo en el Perú, la mayoría en Lima.

Para millones de peruanos, el premio de MVLL significa poco o nada. Para otro tanto, millones también que desearían leerlo, no podrán hacerlo porque, vaticino, si hay una biblioteca municipal cercana, esta con seguridad no va contar con “El sueño del celta” hasta dentro de varios años o tal vez nunca. Mas aún, anuncio que pronto estará a mi alcance traducido al inglés, en alguna biblioteca cercana fuera del Perú. Pero tampoco intentaré leerlo pues tengo otras prioridades. Leer a MVLL para muchos, carece de todo sentido o de propósito alguno.

Prosiguiendo con “Elogio…”, encuentro sumo acierto cuando nos dice: “La literatura crea una fraternidad dentro de la diversidad humana y eclipsa las fronteras que erigen entre hombres y mujeres la ignorancia, las ideologías, las religiones, los idiomas y la estupidez”.

Y prosigue: “En mi juventud, como muchos escritores de mi generación, fui marxista y creí que el socialismo sería el remedio para la explotación y las injusticias sociales que arreciaban en mi país, América Latina y el resto del Tercer Mundo…De entonces a esta época, no sin tropiezos y resbalones, América Latina ha ido progresando, aunque, como decía el verso de César Vallejo, todavía Hay, hermanos, muchísimo que hacer”.

En un extenso párrafo que encuentro hubiera sido impensable hace menos de un lustro, MVLL nos recuerda la deuda pendiente con millones de seres humanos excluídos del progreso, la cultura y el poder: “La conquista de América fue cruel y violenta, como todas las conquistas, desde luego, y debemos criticarla, pero sin olvidar, al hacerlo, que quienes cometieron aquellos despojos y crímenes fueron, en gran número, nuestros bisabuelos y tatarabuelos, los españoles que fueron a América y allí se acriollaron, no los que se quedaron en su tierra. Aquellas críticas, para ser justas, deben ser una autocrítica. Porque, al independizarnos de España, hace doscientos años, quienes asumieron el poder en las antiguas colonias, en vez de redimir al indio y hacerle justicia por los antiguos agravios, siguieron explotándolo con tanta codicia y ferocidad como los conquistadores, y, en algunos países, diezmándolo y exterminándolo. Digámoslo con toda claridad: desde hace dos siglos la emancipación de los indígenas es una responsabilidad exclusivamente nuestra y la hemos incumplido. Ella sigue siendo una asignatura pendiente en toda América Latina. No hay una sola excepción a este oprobio y vergüenza”.

Y lanza otra puya: “Nada ha contribuido tanto como el nacionalismo a que América Latina se haya balcanizado, ensangrentado en insensatas contiendas y litigios y derrochado astronómicos recursos en comprar armas en vez de construir escuelas, bibliotecas y hospitales”. No es por nada, pero fueron esas líneas las que me decidieron a comentar “Elogio…”, que no era el tema original de esta crónica: o sea que las bibliotecas son, al final de cuentas, casi tan importantes como las escuelas, los hospitales, las carreteras…¿y los estadios también?. Sucede sin embargo que países vecinos si se han percatado de que son necesarias, lo han hecho hace décadas y ya cosechan los frutos.

También nos dice MVLL una frase que pocos entenderán: “(Escribir) es una experiencia que me sigue hechizando como la primera vez, tan plena y vertiginosa como hacer el amor con la mujer amada días, semanas y meses, sin cesar”. Y poco antes de concluir afirma que, cual hechicería, “la literatura introduce en nuestros espíritus la inconformidad y la rebeldía, que están detrás de todas las hazañas que han contribuido a disminuir la violencia en las relaciones humanas. A disminuir la violencia, no a acabar con ella. Porque la nuestra será siempre, por fortuna, una historia inconclusa. Por eso tenemos que seguir soñando, leyendo y escribiendo, la más eficaz manera que hayamos encontrado de aliviar nuestra condición perecedera, de derrotar a la carcoma del tiempo y de convertir en posible lo imposible”.

Luto en Huánuco.- Infortunadamente, el lunes 29 de noviembre nos trajo una ingrata noticia, la del fallecimieto para mi insospechado de David Orosco, aquel periodista que cumplió el sueño de darle a Huánuco prensa diaria. La temprana desaparición de tan notable hombre de prensa y de empresa ha de considerarse irreparable, si bien alguién tendrá que hacer sus veces.

Hombre de mi generación, me fue presentado por otro recordado periodista, Pompilio Ramos, vecino y amigo, hacia 1992. A partir de allí, en las ocasiones que nos encontrábamos su idea de hacer prensa escrita diaria salía casi siempre a flote. Era común hace menos de veinte años que todo mundo supiera que “la prensa diaria no pega en Huánuco”, y sin embargo era también una necesidad.

No era David Orosco el único que pondría en riesgo hasta la camisa para que el pueblo, su pueblo, estuviera mas y mejor informado. Pero fue el primero, con un diario regional. Provinciano de orígen huamaliano, David Orosco incursionó también con éxito en la TV y fue reelecto Decano Departamental del gremio periodístico sucesiva y merecidamente. Creía yo en los últimos años que alguna responsabilidad política lo esperaba. Ya no será así.

En estas líneas, expreso mis mas sinceras condolencias a la esposa e hijo, los hermanos y demás familiares de David. Descansa en paz amigo, ha partido un grande del periodismo en Huánuco. Y dado que David se esmeró por sentar la presencia de HOY Regional en la Internet, hago votos para que esta presencia, que hemos perdido también hace tres semanas, sea pronto recuperada. Porque no se puede dar ventajas, y porque HOY Regional es el diario predilecto de la diáspora huanuqueña y huanuqueñista.


(*) Ing. Civil.



"Entré a la literatura como un rayo; saldré de ella como un trueno"- Maupassant

martes, 21 de diciembre de 2010

JOSÉ GONZALO MORANTE: EL POETA DE LOS AMORES IMPOSIBLES

JOSÉ GONZALO MORANTE: EL POETA DE LOS AMORES IMPOSIBLES


Por Nicolás Hidrogo Navarro



Conocí a don José Gonzalo Morante (1929-2003*) en Huaraz en 1992, en una de los encuentros descentralizadas convocados y realizado por la APLIJ todos los años en algún punto desconcentrando del Perú. Lo conocí llorando emocionado como un adolescente despechado, con voz grave y mirada triste, saco celeste, manitas arrugadas y gesto ensimismado, leyendo este poema símbolo del amor imposible, del poeta sufriente que declara su amor y se descalabra en lamentos y gemidos poéticos. Era patético verlo sollozar aún antes de terminar de leer su “Para que tú me ames”.

Era un poeta bonachón, de la vieja guardia romántica, del verso trino, con sílabas métricas contabilizadas y con refulgentes sonoras rimas y ritmos interiores. Profesor de primaria, estudió en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; y, un camanejo sin mucha suerte en el amor.

Luego, en 1993, aquí en Chiclayo, lo volvimos a ver en el Teatro Dos de Mayo y nuevamente se llenó de lágrimas leyendo el poema que a su decir era su favorito y el que en una noche solitaria en Arequipa compuso en honor a una enfermera, que nunca le favoreció con su amor, pero sí con su inspiración. El rechazo constante, hizo que creara un himno hacia los amores imposibles y de aquellos que por no nacer, no crecen. Un homenaje desde aquí a este poeta solitario que nos dejó físicamente un día, pero nos dejó todo un legado de amor aún hacia lo no correspondido.





PARA QUE TÚ ME AMES

José Gonzalo Morante


Para que tú me ames he de hablar con el viento,
He de hablar con la noche, he de hablar con la flor
Y hablaré con la luna que va en mi sentimiento
Iluminando mi alma para hablarte de amor.



Para qué tú me ames yo volaré a los mares
y me iré por la altura que despierta al jazmín;
yo buscaré en la estrella nuestro ramo de azahares
y soñaré contigo nuestra dicha sin fin.



Para que tú me ames incendiaré el aroma
y bajaré mil veces hasta tu corazón;
he de escribir tu nombre con candor de paloma
y el ruiseñor cantando te dirá mi pasión.



Para que tú me ames me miraré en tus ojos
y sentiré tu fresco rocío de mujer;
en la noche callada hablarán los sonrojos
y serás más hermosa si me quieres querer.



Si me amas, habrá fiesta en un cielo de rosa
y sonará la música con olor a claveles:
yo llenaré de besos tu boca rumorosa
y mojarán mis manos los lirios de tu piel.

 ¿Qué deseas que yo haga para que tú me ames?

¿Qué deseas que yo haga para ya no sufrir?
¿Qué deseas que yo haga para que tú me llames?
¿Para qué tú me ames, debo acaso, morir?



* Este dato del año de la muerte (2003) me es incierto, porque sólo fue un dato verbal por la visita de un amigo de los 90 aquí a Lambayeque, pero si alguien lo sabe a ciencia cierta, le ruego que me lo haga conocer para rectificarlo.

"Entré a la literatura como un rayo; saldré de ella como un trueno"- Maupassant

POR AMOR A LOS LIBROS - Por Nicolás Hidrogo Navarro

POR AMOR A LOS LIBROS




Por Nicolás Hidrogo Navarro

Los libros son casi como seres humanos: tienen un alma, un espíritu implícito, su cuerpo son las hojas, su cara la carátula y sus ojos el título de la obra. Tienen un inicio y un final, como la existencia de una persona. Producen emociones distintas en cada uno de los lectores, tal como nuestra personalidad genera en el contexto social: a uno gustamos, a otros no. Los libros tienen un habla, recesiva, que se activa al contacto de los ojos lectores. Los libros tienen un cinematógrafo, que pasa películas de historias que se van semióticamente edificando en nuestra mente.



La crisis de lectura y lectores (lo social) le afecta a los nuevos creadores (lo referencial) y viceversa. Porque cuando utilizamos a la literatura como plataforma de disquisiciones y paranoias personales y no tal como desde hace cinco mil años se concibió la escritura: ser un arte de solaz, de embellecimiento perfecto de los actos emotivos y volitivos y de construcción de ficciones para paliar el estresante mundanismo del hombre, entonces creemos validar que la literatura es concebir cualquier cosa sin ningún fundamento estético ni racional.

Los libros son esa suerte de montaña ignota, lleno de misterios, de mundos ficcionales que están allí inermes y sólo funcionan o desencadenan emociones cuando alguien los toca, los toma por asalto de principio a fin. Son esa suerte mística de habladores, a lo “Carta canta”, curiosa y aleccionadora tradición de don Ricardo Palma, que contienen experiencias que enriquecen la nuestra. Sin los libros, las historias de la literatura oral se hubieran distorsionado tanto que sería una suerte de confusionitis de Babel. Los libros tienes la cualidad de contener las historias como una fotografía daguerrotípica, tal cual fueron concebidos en su época.

Desde la antigüedad y hasta muy entrada la Edad Media, los libros eran un tesoro de exclusividad de unos cuántos potentados. Gutenberg fue el gran masificador y abaratador de los libros.

Una cosa increíble, en la Edad Media los famosos libros de caballería que muchos de ellos se refieren en la celebérrima quema manchega de “El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha” y en el célebre libro de Aníbal Ponce “Educación y lucha de clases”, se refiere que el precio de un libro estaba asociado a semovientes: Un libro como el “Amadis de Gaula” o “Tirant lo Blanch” tenía el costo de veinte bueyes o 60 carneros merinos o catorce caballos árabes, enorme e imposible precio a pagar si contextualizamos lo que cuesta hoy esos semovientes, ¡toda una fortuna, gusto y orgullo de tenencia para un señor feudal!

No sé si por el precio actual de un libro –a precio de un cuarto de pollo a la brasa-, nos quejamos, sea el pretexto justificado para decir que por ello no leemos. Las justificaciones o pretextos para no leer no van por el precio económico o factor tiempo como se suele achacar, son de índole formativo, habitual, necesidad sentida, motivación adquirida, contexto inapropiado, indiferente cultura por los libros, ausencia de ejemplo familiar, inadecuados métodos y estrategias áulicas, insensibilidad, carencia de un sustento actual y futuro de para qué sirve y nos conviene leer, ausencia de programas y estrategias de promoción de la lecturas desde las mismas bibliotecas escolares y desde el aula, motor y acelerador que tiene el control remoto de generar lecturas y lectores.

Leer debe ser un hábito no una imposición ni un martirio y suplicio escolástico. Leer debe ser una razón agradable de enriquecimiento del espíritu, un ensanchamiento de nuestro universo experiencial y léxico. La lectura tiene que posesionarse con ternura, pasión, con un descubrimiento y gusto del lector, renuente al inicio, debe ser un contagio benigno donde al lector no se le diga qué leer sino que él lo busque por sí mismo, debe ser un vicio solitario que no se retire jamás del hábito humano. La lectura debe dejar de ser un mero ejercicio del sistema educativo en todos los niveles –escolar, laboral, social, familiar-, tiene que trasvasar las especialidades y los post estudios formativos. La lectura no sólo le debe competer a los profesores de Lengua y Literatura, a los críticos literarios, a los historiógrafos de la literatura, a los poetas, narradores, ensayistas –tal como parece que viene funcionando actualmente- la lectura le debe competer a todos sin excepciones y desde los cinco años hasta la tumba.



Los buenos libros sobreviven a los autores, los perennizan, hacen que su esfuerzo creador y elucubrador y sus nombres sigan repitiéndose y generando nuevas emociones en lectores y épocas distintas. Es por los libros impresos que muchos autores no comprendidos ni leídos con devoción en su época, pueden en la posteridad ser sujetos de culto por el estudio y valoración de sus obras.

Un libro es quizá el inicio motivacional y partida fundacional de cualquier escritor que quiere socializar su obra y contar con el favor de la lectura de sus amigos y lectores en general. Con un libro empieza o termina la obra de un escritor. No hay escritor sin lectores, como no hay una comida preparada sin comensal. La escritura es la variable dependiente de la lectoría. Y los poetas y narradores, deben ser por antonomasia los más avezados y devoradores de libros. Nimio, disminuido, pobretón y silvestre, reducido léxico y monótono sintáctico, debe ser la obra de un autor que no quiere leer porque “no quiere contaminarse leyendo a otros y le basta su prehistórica intuición humana y creadora”.

Y así como no hay una lógica cierta de que debemos contabilizar y dar por lectores por tantos libros y títulos editados en un año en un país o región. Así como un libro no es equivalente a un lector, pues puede ser equivalente a un tenedor o dueño de libro que lee sólo la carátula o las primeras páginas y luego abandona y le sirve para decorar la biblioteca en su sala para hacer la finta de intelectual; de la misma manera en las bibliotecas escolares la estadística no puede ser equivalente a la consulta o sacada de libros a sala con el del lector completo del libro. Tanto en el sistema escolar como universitario, los textos solicitados para sala sólo son, predominantemente, de lectura indiciaria y fragmentada para un fin u objetivo específico, que luego puede ser devuelto, sino se encontró tal o cual punto de la tarea, sin ser leído ni siquiera capitular o subcapitularmente.



No importa la cantidad sino la fulgurante calidad. Para unos célebres autores como Homero, Lope de Vega, Dickens, Zola, Balzac o Salgari, no bastó un libro, su amplitud verbal y su oceanidad fabuladora los llevó a generar cientos de historias y poblar las páginas con retratos literarios de personajes disímiles, topografías distintas, escenarios tan inverosímiles, míticos, hiperrealistas, diáfanos, así como historias dispares. Los libros tienen eso: historias, personajes, mundos, vidas, conflictos, enredos, misterios, amores, pasiones, mensajes subliminales, trucos de datos escondidos, maledicencias, vilezas, canalladas, todos ellos como pasa en la vida real, como el autor desearía que pase. Indudablemente el autor está oculto allí en algún personaje, en alguna historia con su omnisciencia que él maneja, el autor inyecta y proyecta sus propias intenciones, sus angustias y sus frustraciones, sus propios deseos no cumplidos en la vida real, en cada historia consuma sus propias venganzas y prolonga su propia vida que le gustaría vivir.

En otros, más intensos que prolongados, les bastó pocos libros para dejar estampado su genialidad. Un Juan Rulfo, Joseph Joubert, Meyerstein, Erckmann-Chatrian, Matheson, entre otros que dejaron, producto de toda su vida, pocas páginas inolvidables. Es que en literatura la obra no se mide por la cantidad, sino por la pertinacia reduccionista que el autor procura, sacar toda la panca y quedarse con el choclo. Es verdad que la productividad nos admira y nos pone en el plano del estupor novelístítico de cómo un solo autor puede tener tanto material para llenar miles de páginas a lo Balzac y Salgari sin que repitan lo mismo y termine por construir rascacielos literarios. De allí que el “Cien años de Soledad” que conocemos y todos leemos tal como nos fue presentado en 1967 en unas 450 páginas, haya sido el producto de una esquilmación parrafal y refundición capitular en la corrección de estilo de la versión original de casi 1300 páginas, es un ejemplo que no todo lo que un escritor produce en bruto –y que él lo considera como todo consumado- sea publicable y trascendente.



Los libros impresos seguirán fascinando, a diferencia del libro electrónico moderno, porque tienen un cuerpo no virtual sino real, porque llevan un buen trozo de pulpa de árbol natural, porque los podemos ver, oler tu tinta fresca y su fibra vegetal perturbada por una tormenta bosquimana, lo podemos tocar libidinosamente y acariciar mansa y tiernamente como a una muchacha días antes de su menstruación y releer al instante y cuando se nos antoje aunque la energía eléctrica se vaya, porque sentimos su espiritualidad en nuestra biblioteca, porque nos invita a reconstruir toda esa tinta negra transformada en grafemas simbólicos, porque un libro impreso suele ser un acompañante perfecto en la soledad, en la tristeza y en la angustia y desaparecemos por varias horas en el limbo mismo de la historia y de las hojas gasta el final.



Postdata: Soy un fetichista librero. No puedo escribir una sola línea sino tengo a mi lado una ruma de libros. Jamás inicio un cuento o un artículo sino he leído por los menos unos tres libros. El día que se incendie mi biblioteca, ese día habré muerto junto con ellos.

"Entré a la literatura como un rayo; saldré de ella como un trueno"- Maupassant

jueves, 16 de diciembre de 2010

PRESENTACIÓN DE LA REVISTA JARCHAS Nº 06-UNIVERSIDAD SEÑOR DE SIPÁN-LAMBAYEQUE-PERÚ- EN HOMENAJE AL DECIMISTA HILDEBRANDO BRIONES DÁVILA

PRESENTAN EL SEXTO NÚMERO DE REVISTA CULTURAL JARCHAS EN LA UNIVERSIDAD SEÑOR DE SIPÁN-LAMBAYEQUE EN HOMENAJE AL DECIMISTA HILDEBRANDO BRIONES VELA


Editar una revista cultural sin fines de lucro en el Perú de por sí es un acto heroico. Más aún en las universidades que están inclinados a construir frenéticamente infraestructuras antes que implementar bibliotecas o incentivar la producción de revistas o boletines, por considerarlo frivolidades sin mucha importancia para incluirlo en las memorias anuales. Primero hay que mendigar o cargosear el costo de la edición a la institución. Segundo que los colaboradores de la revista son esos “colaboradores ad honoren”, es decir ofreces tus cuentos, poemas, artículos, ensayos gratuitamente como si no fuera esfuerzo lo que empleas. Y tercero que, aún teniendo el carácter de una revista gratuita, se puede prestar a que como no les cuesta, el “supuesto lector”, lo encamina al baño más rápido para pasar a darle uso como PH.

Por eso saludamos la edición de Jarchas, que a diferencia de la duración histórica, las revistas no pasan del número tres, luego pasan al cementerio de los deseos de impotencias de la insolvencia para seguir editando y ser parte de la historia o los anales de los buenos propósitos.

Una revista cultural busca lectores de investigación y de recuento de los hechos históricos de trascendencia cultural.

Qué bueno que la Universidad de Sipán sigan apoyando ya el sexto número de una revista que está creciendo en cantidad de hojas y en calidad y trascendencia de sus contenidos.

Este número homenajea en vida al gran decimista nacional Hildebrando Briones Vela, maestro de la décima.



Nicolás Hidrogo Navarro













"Entré a la literatura como un rayo; saldré de ella como un trueno"- Maupassant

EL CUENTO DE LAS MIL PALABRAS 2010- DE LA REVISTA CARETAS- PRIMER Y SEGUNDO LUGAR

EL CUENTO DE LAS MIL PALABRAS 2010 PRIMER LUGAR

LA CAÍDA DE SATURNO O EL DÍA DE LA MUERTE Y DE LA RISA

Camilo Torres
Muy a mi pesar me crié con mi padre. Cuando me enteré de que mi madre había decidido, por fin, separarse de él mi alegría fue inmensa. No sabía, sin embargo, qué lugar había de corresponderme en la repartición de bienes.

–No te llevarás esa licuadora –amenazó mi padre acercando suavemente la mano derecha al cinto, donde, invisible, cargaba la navaja.

–Te dejo al chico –respondió mi madre velozmente–. Ya es grande y puede trabajar.

En efecto, tenía diez años. Al día siguiente el mínimo departamento de jirón Ilo que ocupábamos amaneció sin mi madre y mis hermanas, a las que no volví a ver, y mi padre me alquiló al dueño de una tienda de abarrotes. Allí descubrí por qué, en su libro de economía para quinto año de secundaria, Alberto Rubio Fatoccioli define el trabajo como “sufrimiento”. Mi día libre era el domingo, ocasión que mi padre aprovechaba para impartir la educación que juzgaba necesaria: “Tu madre es una puta”, “El triunfo de la revolución mundial fue determinado desde que la materia se puso en movimiento”. Una bofetada me enseñó precozmente los beneficios del silencio, así que prestaba atención reconcentrada a sus filípicas y asentía cada tres minutos.

Mi padre tenía un auto. Era una mole de color carne, creo que un Dodge del cincuenta y tantos, que marchaba con lentitud geológica y demandaba un gran esfuerzo para encender. El esfuerzo lo ponía yo, que empujaba esa roca de Sísifo hasta que podía andar sola. Para su funcionamiento se requería varias panoplias de llaves, desarmadores, alicates, martillos, alambiques e instrumentos que nunca he vuelto a ver en mis muchos viajes. Esas innumerables herramientas llenaban parte de nuestro departamento y colmaban la descomunal maletera del auto, toda embadurnada de grasa de mecánico y cuyas profundidades finales jamás llegué a alcanzar. Dentro cabía un mundo entero, inagotable, brutal y, repito, lleno de grasa. No parecía, como Tlön, regido por una inteligencia angélica, sino más bien presidido por un comité de puercos.

Mi padre amaba su auto. Lo conducía con la espalda rígida y la mirada vigilante. Cuando íbamos en él por la Vía Expresa no había auto que no nos sobrepasara y creo que alguna vez un policía lo detuvo por defecto de velocidad. Los policías, los cancerberos del estado burgués, eran su odio favorito. Una vez enfermé y me llevó a un hospital de indigentes; como la reparación del hijo tomaba lo suyo mi padre protestó por la demora. Un policía, sin duda acostumbrado a intimidar, quiso tranquilizarlo con un par de carajos. Realmente fue cosa de ver la cara que puso el uniformado cuando se vio embestido por un hombre lobo que lo tumbó en el suelo y le regaló a todo dar hasta que tres de sus compañeros (dos fueron insuficientes) lo liberaron, pobre infeliz. Tres días más tarde la ley dejó suelto al subversivo y esa noche el dolor no me dejó dormir. No me refiero a un dolor moral, sino al que mi progenitor decidió que me correspondía como causa primera del incidente.

Las noches eran la mejor parte del día. Cada mañana, famélico, pensaba en el suicidio. De lunes a sábado mi padre me arrancaba del sueño para trabajar; los domingos, para que lo ayude con su Dodge. Ese leviatán requería mantenimiento y desde temprano yo empujaba, pedaleaba, sostenía piezas y recogía herramientas mientras mi padre se entregaba a una oscura alquimia bajo la panza del monstruo o se zambullía en el motor. La grasa de la maletera lo contaminaba todo y aparecía adonde fuéramos, pues la llevábamos con nosotros.

Un día el saurio bufó, tembló y se desplomó para siempre. Desde entonces permaneció inmóvil en la cuadra vecina, ocupando un espacio que mi padre se adjudicó por decisión autónoma. Pero la higiene ritual de los domingos no cesó por ello: continuamos pasándole franelas y palpando sus formas y temperaturas, aunque jamás conseguimos una respuesta. Yo tenía ya trece años y era claro que no sobreviviría muchos más cuando, una mañana de invierno, tuve una epifanía.

Ese domingo empezó con presagios luminosos. Un vecino invisible puso un cuarteto de Beethoven, red de voces que pugnan por someterse mutuamente y que al final se resuelven en una armonía que las supera a todas y sin embargo nace de ellas. Vi dos pájaros acariciarse. Vi una estrella impasible en la madrugada. Luego del té ralo y los dos panes callados mi padre y yo partimos a cumplir el ritual de los domingos. Me indicó que me pusiera ropa sucia para ese trabajo, pero no encontré nada más sucio que lo que llevaba puesto. En la calle algunos jóvenes ebrios, extenuados y coléricos terminaban la noche del sábado. Caminamos una cuadra cargando fierros y maderas, una galonera con gasolina, trapos sucios para limpiar a la bestia. La vereda desierta se interrumpía por la masa de algún auto estacionado, pero en el lugar usurpado por mi padre fluía libremente. Su alarido despertó a uno o dos borrachos y sacó de su casa a un par de vecinas curiosas, pero no le arrancó a la vereda la confesión de lo sucedido. Quién se llevó la bestia jamás se supo. Nadie vio nada. Nadie oyó nada. Sus restos terminaron sin duda en los babélicos remates de Tacora y yo, que a los trece años aceptara haber nacido solo para morir, vi al todopoderoso revolcarse en el cieno de su propia cólera, morderse, babear y romper sus manos contra el cemento. Solo lo detuvo el sonido limpio y claro de una carcajada.

–Olvídalo, viejo, te jodieron.

Blandió un fierro enorme para partirme el cráneo pero ya estaba fuera de su alcance. Desde el jirón Ilo hasta la Colmena hay pocas cuadras. Confundí a mi perseguidor en el mercado de la Aurora y en la Plaza Castilla me trepé a un microbús lleno de herrumbre que se dirigía al Callao. Allí, había oído decir, hay un puerto y el mar. (Escribe: Camilo Torres)

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A Abdón Padilla, suicida (1970-1982)



EL CUENTO DE LAS 1000 PALABRAS 2010 SEGUNDO PREMIO
SÁBADO INTERMINABLE

Lucio Vargas
Lo que pasa es que nadie sabía exactamente lo que había pasado con la mujer del policía una vez que se había terminado la pollada, o era cuestión que todos decían que se había ido con uno de los primos Arroyo, pero no sabían exactamente con cuál de los que estaban en la pollada del sábado interminable en el recuerdo de cada uno de los Arroyo.

Lo cierto es que el policía había regresado de la selva en la mañana de ese mismo domingo, y había llegado y se había ido a su casa a ver a su mujer; e incluso los habían visto en el mercado tomando el desayuno con chicharrones y camote que mientras él se los comía por el hambre natural del viaje ella se lo tomaba por la resaca que debía de haber estado arrastrando por lo de la noche anterior, aunque dicen los que estuvieron en la pollada del sábado interminable que ella no había bebido alcohol y solo se había dedicado a bailar y fumar, como dicen que siempre la habían visto, pues no era mujer de tragos sino de cigarrillos y diversión, y sobre todo de llamar la atención por los movimientos al momento de bailar; porque era mujer de llamar la atención desde que llegó aquella mañana borrosa de abril del brazo del policía que era respetado por todos los del barrio porque se corrían rumores que nunca nadie le había pegado y que incluso alguna vez se había peleado con tres tipos y a los tres los había dejado en tan mal estado que ya nadie se atrevía siquiera a meterle la pata en algún partido de fulbito que se jugaban todos los domingos en la losa, como lo jugó ese Arroyo que tenía pinta de pelotero pero no había pasado de la losa deportiva del pueblo, y que lo había jugado al parecer por última vez porque de seguro que la pierna no le quedaría bien luego de lo que le hizo el policía delante de todos los que estaban jugando con él porque con el policía nadie se mete, tío, el policía era cosa seria desde que lo vieron en la reja de la losa, y la había abierto sin el permiso del que cobraba la entrada porque el muchacho sabía que ya no se podía meter en algo así teniendo en cuenta que ya se corría la voz de que el policía se había enterado que uno de los Arroyo se había ido con su mujer después de la pollada de aquel sábado interminable; y ya estaba dentro de la canchita y había cruzado la media cancha y le estaba tirando una patada en la pierna y el otro se estaba cayendo, y ya se paraba rápido, pero por las puras, porque el policía así le haya dado la oportunidad de tirarle cinco puñetes de seguro que igual lo iba a dejar como lo dejó, tendido, ensangrentado, y con la pierna rota, ante la mirada complaciente de los otros que a lo mucho decían ya tío, déjalo, ya está bueno, pero que no se atrevían a separarlos porque ya sabrían lo que sería meterse en los asuntos del policía, peor aun si el problema era de faldas y calzones adúlteros y que ya estaban oliendo a otro hombre, como cuando se lo contaron al policía cuando se fue a tomar unos tragos con algunos de sus amigos a eso de las dos de la tarde, porque para ese entonces todavía no sabía nada de lo que había pasado la noche anterior, e incluso se había paseado del brazo de la mujer adúltera por el mercado y había tomado el desayuno con ella sin saber que ya estaban murmurando a sus espaldas que la mujer se había ido con uno de los Arroyo después de la pollada de aquel sábado interminable, y que si había sido el que tenía pinta de pelotero pues no tenía la menor importancia para el policía, pues en ningún momento escucharon los presentes de aquella golpiza que el policía le haya preguntado si él había sido el que se había acostado con su mujer, como tampoco se lo preguntó a los otros dos que los había encontrado cortándola con un par de cervezas en la esquina de la china Julia sin tener la menor idea de que a uno de sus primos lo estaban masacrando en la canchita de fulbito a unas pocas cuadras de donde ellos estaban libando sin el menor remordimiento y guardando alguno de ellos quizá dentro de sí el orgullo de haberse acostado con la mujer del policía, ya que nadie había osado tal atrevimiento que ahora lo estaban pagando uno con la cabeza rota por el impacto de la botella llena y el otro recibiendo la peor golpiza de su vida por algo que quizá ninguno de ellos había hecho, aunque era sabido que al policía no le interesaba cuál de ellos había sido, porque desde que llegó le habían dicho que había sido uno de los Arroyo, y si no le habían dado un nombre pues era mejor asegurarse con los cuatro que habían ido a la pollada de ese sábado interminable, y no precisamente por tener que buscar a uno solo, sino porque desde un momento ya los cuatro lo habían traicionado por haber estado cortejando y bailando con su mujer que era la única que tenía la culpa de que los tres muchachos se estuvieran retorciendo de dolor, a falta del otro cuarto Arroyo del que no sabían en ese momento dónde estaba porque parecía el que menos posibilidades tenía de haberse acostado con la mujer del policía porque era el menor de todos y el que menos se iría a atrever a llevarse a una mujer de alguna pollada, peor si la mujer era casada y peor todavía si era la mujer del policía de mierda ese que los había reventado a tres de mis primos por culpa de la borrachera de aquel sábado interminable.




"Entré a la literatura como un rayo; saldré de ella como un trueno"- Maupassant


miércoles, 8 de diciembre de 2010

EL VELORIO MISTERIOSO- Cuento- Por Dagoberto Ojeda Barturén (Cualquier parecido con Josefo y Luishino, no es casualidad, es adrede)


EL VELORIO MISTERIOSO

(Cuento)

Por: Dagoberto Ojeda Barturén



A José Remigio Abanto, que frisaba los cincuenta años, desde niño sus familiares, lo llaman Golito, pues, así lo conocían sus amigos. Un poco alto, blanco como el mestizaje andino, pelo lacio aunque un poco canoso, voz pomposa, altanero y de espíritu aguerrido. Era escultor graduado en la Escuela de Bellas Artes de Lima. El decía que era el mejor de Chiclayo, y no se equivocaba, sus numerosas obras hablaban por él.

Esa noche se encontraba en el velorio del hermano de su mejor amigo, Lorenzo, un cholo trigueño de pura cepa, contextura regular y poeta ambulante; siempre portaba un grueso maletín en el cual cargaba poemarios de su autoría y los vendía a seleccionados colegios que visitaba, y cuando ya se le agotaba el mercado local, salía a otros departamentos a seguir vendiendo su mercancía literaria. El hermano fallecido había sido asesinado, lo habían encontrado muerto en su vivienda, y se decía que le dieron muerte por robarle una fuerte suma de dinero producto de sus ventas de periódicos, pues, era distribuidor de algunos diarios de la capital.

Golito y Lorenzo eran amigos entrañables y también grandes bebedores, y cuando estaban ebrios, caminaban abrazados y zigzagueantes hasta llegar a la plazuela Elías Aguirre en busca de más amigos para continuar bebiendo, siempre no les faltaba una botella que la traían camuflada en una bolsa.

Pasado de copas, esa noche fúnebre, ante la cantidad de personas que acompañaban a los deudos en su dolor, a Golito se le dio por cantar en voz alta y aguardientosa un viejo vals:

-/Anita ven, acariciarte como quiero yo/ /Si bien comprendes tú la realidad/ /no atormentes por piedad mi ser/

-¡Aguanta, compadre! ¡No estamos en una cantina! –balbució Lorenzo con enfado- ¡Respeta al muerto! ¡Carajo! …

-Disculpa, compadre, me había olvidado que estamos en un velorio…

La gente quedó asombrada y murmuraban, y lo quedaron mirando al impertinente cantor.

Golito se salió, en seguida, y Lorenzo lo siguió. Ambos se abrazaron.

-¡Vamos a la plazuela, compadre Lorenzo, allá chupamos con tranquilidad.

En la plazuela encontraron a Marino, Jorge, Javier, Ramón y Germán. Todos estos amigos le dieron el pésame a Lorenzo. Éste comenzó a relatar cómo encontraron a su hermano muerto, y mostraba, a la vez, un periódico local que había sacado la trágica noticia.

Al llegar la una de la madrugada volvieron los dos amigos al velorio, y ya no encontraron a nadie en la sala mortuoria, solo había una anciana señora que cabeceaba, por ratos, sentada en una silla. Al verlos a ellos, la señora se fue adentro a descansar. Los dos amigos estaban sentados en una misma banca cerca del féretro.

Y botella en mano, seguían bebiendo, pero al llegar las tres de la madrugada, a Lorenzo lo venció el sueño y se quedó dormido en la banca, acostado.

Algo extraño e insólito ocurrió: el cadáver se sentó en su ataúd y lo quedó mirando a Golito y a éste se le erizaron los cabellos, se le desorbitaron los ojos, y lleno de espanto, terror y desesperación corrió, como un loco, queriendo alcanzar la calle, un perro callejero corría junto a él ladrándole hasta una esquina, y Golito no paró hasta llegar a su casa. El ocupante del ataúd, al verlo huir, despavoridamente, volvió a caerse muerto de impresión, y quedó como antes había estado.

Cesando llegó a su casa, pues se le había ido la borrachera, no podía hablar ante su esposa que lo miraba atónita porque no sabía que le había pasado, cuando se calmó un poco, contó a su esposa lo que le había sucedido, la cual le creyó y se persignó, y para que se tranquilizara y se recuperase del fuerte susto, le dio a beber agua de azahar.

Más tarde a la hora del sepelio, Golito y su esposa, acudieron al acompañamiento. Ambos, por su lado, comentaban la resurrección del cadáver a los familiares y amigos, que se quedaban sorprendidos y meditabundos.

Unos decían que Golito, seguramente, había tenido una alucinación; otros que le habían dado los diablos azules, que tenía poderes paranormales…

A partir de entonces a Golito lo llamaban para que acompañe en los velorios a cambio de unas botellas de chicha –su bebida predilecta- , y le decían que se mantuviera al lado del féretro. Y, siempre asistía acompañado de su querido amigo, Lorenzo. Hacían esto con la creencia de que el difunto volviera a la vida con el poder de Golito; pero este misterio nunca llegó a cristalizarse para decepción de muchos dolientes ante la muerte ineluctable de sus seres queridos.



"Entré a la literatura como un rayo; saldré de ella como un trueno"- Maupassant

PROPUESTA. 10 de diciembre día del novelista, en honor al novelista más controvertido y premiado del mundo entero, hoy pontífice literario con el Nobel de Literatura 2010- Mario Vargas Llosa.

PROPUESTA. 10 de diciembre día del novelista, en honor al novelista más controvertido y premiado del mundo entero, hoy pontífice literario con el Nobel de Literatura 2010- Mario Vargas Llosa.
"Entré a la literatura como un rayo; saldré de ella como un trueno"- Maupassant

CONGLOMERADO CULTURAL PREMIARÁ A GANADORES DEL VII CONCURSO LITERARIO INTERNACIONAL-“José Eufemio Lora y Lora & Juan Carlos Onetti”-2010

CONGLOMERADO CULTURAL PREMIARÁ A GANADORES DEL VII CONCURSO LITERARIO INTERNACIONAL


“José Eufemio Lora y Lora & Juan Carlos Onetti”-2010

En el Club de la Unión de Chiclayo será la ceremonia de premiación de los ganadores del VII CONCURSO LITERARIO INTERNACIONAL – 2010 “José Eufemio Lora y Lora & Juan Carlos Onetti”, en las áreas de poesía, cuento y novela, convocado por Conglomerado Cultural de Lambayeque, con el afán de promover e incentivar la creatividad literaria y convertir a la región Lambayeque en un referente cultural del norte peruano y de nuestro país. La cita es el viernes 17 de diciembre, a las 7.30 de la noche.

Este año, la convocatoria que realizara Conglomerado Cultural, trasvasó las fronteras de nuestro país, logrando la participación masiva de los escritores de las distintas latitudes del planeta (España, EE.UU, Puerto Rico, Cuba, Colombia, México, Argentina, Chile, Bolivia, Panamá, Guatemala, Brasil, Venezuela, Paris, Canadá, Uruguay, Paraguay, Ecuador, Italia y de las distintas regiones de nuestro país), hecho que demuestra la capacidad de convocatoria de esta organización cultural, promotora durante cinco años ininterrumpidos de las manifestaciones literarias en la región, convirtiendo a Lambayeque en el centro de atención de la cultura literaria mundial.

El Jurado Calificador, estuvo conformado por distintas personalidades de la literatura nacional y extranjera. En el género lírico oficiaron de jurado: ELQUI BURGOS (Perú), poeta peruano radicado en Francia e integrante de Radio France Internacional-París, JUAN PAREDES CARBONEL (Trujillo-Perú), poeta y catedrático de la Universidad Nacional de Trujillo, integrante del Grupo Trilce, BELLA CLARA VENTURA Bogotá-Colombia), poeta, novelista y guionista de cine. En el género narrativo, área de cuento: GALO GUERRERO JIMÉNEZ (Loja-Ecuador), poeta, ensayista, cuentista, especialista en temas relacionados con la lectura, crítico literario, docente universitario de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), ANDRÉS DÍAZ NÚÑEZ (Lambayeque-Perú), novelista, cuentista, poeta y docente universitario de la Universidad Nacional “Pedro Ruiz Gallo”, EFRAÍN DÍAZ HORNA (Perú), poeta y pintor, radicado en Oregon-USA y en al área de novela: EDUARDO GONZÁLES VIAÑA (Perú)- Novelista, docente universitario en Oregon (EE.UU), NÉSTOR TENORIO REQUEJO (Perú)- Crítico literario, docente universitario de Literatura Latinoamericana en FACHSE-UNPRG-Lambayeque, CARLOS VILLANES CAIRO (Perú). Doctor en Filología Hispánica y en Literatura, crítico literario, residente en España.

Los ganadores del VII CONCURSO LITERARIO INTERNACIONAL – 2010 “José Eufemio Lora y Lora & Juan Carlos Onetti”, son: Género lírico: Primer Puesto Rosakebia Liliana Estela Mendoza con el poemario “Luces de delirio”, de Chiclayo-Perú; Segundo Puesto Antolina de la Paz Ortiz Moore, de Coatepec- México con el Poemario “Génesis antártico o el vuelo del albatros”; Tercer Puesto Carlos Alfredo Santamaría Ruiz, de Trujillo-Perú, con el poemario “El libro de Gestas y Plagios”. Género narrativo (cuento): Primer Puesto Marcela Aguilar Morales, de Santa Cruz de La Sierra- Bolivia, con el cuento “Historia de vampiros”; Segundo Puesto Luis Guzmán Sánchez Agurto, de Motupe-Lambayeque-Perú, con el cuento “Cuando la vida no quiere”; Tercer Puesto Herlinda Navarro Cobos, de Pamapachica- Distrito de San Juan-Iquitos-Perú, con el cuento “Rastros que peregrinan”. Género narrativo (novela): Primer Puesto Antolina de la Paz Ortiz Moore, de Coatepec-México, con la novela “Otumba”; Segundo Puesto William Guillén Padilla, de Cajamarca-Perú, con la novela “Venus brilla cuatro veces”; Tercer Puesto Antolina de la Paz Ortiz Moore, de Coatepec-México, con la novela “Tres silencios”.

Conglomerado Cultural y el Club de la Unión, hacen extensiva la invitación a esta ceremonia de reconocimiento a la constante labor de los escritores, no sólo para crear un mundo estético, sino también un mundo en armonía con el espíritu humano y la sociedad.



VII CONCURSO LITERARIO INTERNACIONAL – 2010- “José Eufemio Lora y Lora & Juan Carlos Onetti”

CUENTO-POESÍA-NOVELA

¡¡¡RESULTADOS OFICIALES 2010!!!

PREMIACIÓN
Día : 17 diciembre 2010
Hora : 7.30 p.m.
Lugar : Club de la Unión (Psje. Artemia Woyke 731, Chiclayo-Frente al parque principal de la capital de la amistad)


RESULTADOS OFICIALES
¡¡¡GANADORES!!!
VII CONCURSO LITERARIO INTERNACIONAL – 2010

“José Eufemio Lora y Lora & Juan Carlos Onetti”

ESTE FUE EL JURADO INTERNACIONAL- 2010

NOVELA

1. EDUARDO GONZÁLES VIAÑA (Perú)- Novelista, docente universitario en Oregon EE.UU.
2. NÉSTOR TENORIO REQUEJO (Perú)- Crítico literario, docente universitario de Literatura Latinoamericana en FACHSE-UNPRG-Lambayeque.
3. CARLOS VILLANES CAIRO (Perú). Doctor en Filología Hispánica y en Literatura, crítico literario. Residente en España.

CUENTO

1. GALO GUERRERO JIMÉNEZ (Ecuador)- Crítico literario, docente universitario
2.- ANDRÉS DÍAZ NÚÑEZ (Perú)- Novelista, cuentista, poeta y docente universitario
3. EFRAÍN DÍAZ HORNA (Perú)- Poeta y pintor, radicado en Oregon-USA

POESÍA

1. ELQUI BURGOS (Perú)-Poeta peruano- Radio France-París
2. JUAN PAREDES CARBONEL (Perú)- Catedrático de la Universidad de Trujillo, Grupo Trilce.
3. BELLA CLARA VENTURA (Colombia)- Poeta y novelista
Presidente general del concurso: Eduardo Gonzáles Viaña



GÉNERO LÍRICO

1.- PRIMER PUESTO:

Poemario : “Luces de delirio”
Autora : Rosakebia Liliana Estela Mendoza
Lugar : Chiclayo-Perú

2.- SEGUNDO PUESTO
Poemario : “Génesis antártico o el vuelo del albatros”
Autora : Antolina de la Paz Ortiz Moore
Lugar : Coatepec- México


3.- TERCER PUESTO
Poemario : “El libro de Gestas y Plagios”
Autor : Carlos Alfredo Santamaría Ruiz
Lugar : Trujillo-Perú

Mención honrosa I
Poemario : “Quietud”
Autor : Carlos Ernesto Cabrera Miranda
Lugar : Matará –Cajamarca-Perú.

Mención honrosa II
Poemario : “Cantata Caníbal”
Autor : César Boyd Brenis
Lugar : Ferreñafe-Lambayeque-Perú

Mención honrosa III
Poemario : “Los últimos días de Caín”
Autor : José Antonio Abad Ascurra
Lugar : Lambayeque-Perú

Jurado calificador
Bella Clara Ventura Elqui Burgos Juan Paredes Carbonel
Presidente Secretario Vocal

GÉNERO NARRATIVO- CUENTO
1.- PRIMER PUESTO:
Cuento : “Historia de vampiros”
Autor : Marcela Aguilar Morales
Lugar : Santa Cruz de La Sierra- Bolivia

2.- SEGUNDO PUESTO
Cuento : “Cuando la vida no quiere”
Autor : Luis Guzmán Sánchez Agurto
Lugar : Motupe-Lambayeque-Perú

3.- TERCER PUESTO
Cuento : “Rastros que peregrinan”
Autora : Herlinda Navarro Cobos
Lugar : Pamapachica- dist. De San Juan – Iquitos-Perú

MENCION HONROSA I
Cuento : “…y supimos que papá ya no vendría”
Autor : Lourdes Puñal Aguilera
Lugar : Miami- EE.UU.

MENCION HONROSA II
Cuento : “Crónica de atardecer”
Autor : Roger Richrad Baldeviano Vidalón
Lugar : Comas-Lima-Perú

MENCION HONROSA III
Cuento : “Para siempre en nuestra memoria”
Autor : Jhony César Ruiz Ballena
Lugar : Huanchaco-Trujillo-Perú

Jurado calificador
Galo Guerrero Jiménez Andrés Díaz Núñez Efraín Díaz Horna
Presidente Secretario Vocal

GÉNERO: NARRATIVO-Novela
1.- PRIMER PUESTO:
Novela : “Otumba”
Autora : Antolina de la Paz Ortiz Moore
Lugar : Coatepec, centro – México.

2.- SEGUNDO PUESTO
Novela : “Venus brilla cuatro veces”
Autor : William Guillén Padilla
Lugar : Cajamarca-Perú

3.- TERCER PUESTO
Novela : “Tres silencios”
Autora : Antolina de la Paz Ortiz Moore
Lugar : Coatepec, centro – México.

MENCION HONROSA I
Novela : “El zorro gaona”
Autor : Víctor Díaz Monje
Lugar : La Victoria-Chiclayo-Perú.


Eduardo González Viaña Carlos Villanes Cairo Néstor Tenorio Requejo
Presidente Secretario Vocal

MIEMBROS DEL JURADO CALIFICADOR DEL VII CONCURSO LITERARIO INTERNACIONAL
“José Eufemio Lora y Lora & Juan Carlos Onetti”-2010


Andrés Díaz Núñez (Chota-Perú)

Bella Clara Ventura (Bogotá-Colombia)

Carlos Villanés Cairo (Peruano, radicado en España)

Eduardo Gonzáles Viaña (Peruano, radicado en Oregon)

Efraín Díaz Horna (Peruano, radicado en Oregon)

Elqui Burgos (Peruano, radicado en Francia)

Galo Guerrero Jiménez (Loja-Ecuador)

Juan Paredes Carbonel (Trujillo-Perú)

Néstor Tenorio Requejo (Lambayeque-Perú)



"Entré a la literatura como un rayo; saldré de ella como un trueno"- Maupassant
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