𝐓𝐀𝐑𝐃𝐄
𝐄𝐗𝐔𝐃𝐀𝐃𝐀
𝘌𝘭 𝘯𝘦𝘣𝘶𝘭𝘰𝘴𝘰
𝘤𝘳á𝘵𝘦𝘳 𝘪𝘳𝘪𝘥𝘪𝘴𝘤𝘦𝘯𝘵𝘦
𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘭𝘦𝘱𝘳𝘰𝘴𝘢
𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦 𝘦𝘶𝘯𝘶𝘤𝘰,...
Tu recuerdo vadea la sima de mis miedos y tan adentro me golpea el cadáver
líquido de tu cielo maltrecho. A veces te quiero decir adiós, cuando aborte la
iracunda tarde infestada de lepra y solo siento cómo una iracunda empalizada de
tus besos pegoteados en el umbral de mis recuerdos, se cruza en el trapecio del
camino, impidiendo ese deicidio matinal. [La gangosa tarde neurasténica, es un
serrucho imaginario domesticando la colina del olvido. El fangoso ñudo es más
grueso que el agujero negro del horizonte sideral obstruido. Entre el ocaso
sangriento, tu recuerdo palpita cejijunto sin leprosorio ni avemarías. Se
siente el gorgoriteo de la angustia y el patíbulo de las horas es un subibaja
pendulando a diez grados sobre tu pienso. La tarde gime entre el campanario de
la soledad. La efímera tarde obturada
dura un milenio y se arrastra de hinojos sobre la claridad del crono]. La tarde
sigue tan espesa como el silencio, tan lánguida y crepúsculo, tan muerta como
yo, tan calcárea, tan bisectriz, que si hay alguna esperanza de que mi nombre
no muera en ti, sea eso quizá, que escriba mi epitafio con tu sangre y la mía.
Veo caer el tocuyo de la noche sobre la marisma de mis ojos desfondados y sé
que hay en esta suma de potencias polinómicas, un coeficiente residual tan
arácnido como el universo. …𝘦𝘴 𝘶𝘯 𝘧𝘭𝘢𝘵𝘶𝘭𝘦𝘯𝘵𝘰
𝘦𝘴𝘵ó𝘮𝘢𝘨𝘰 𝘨𝘦𝘭𝘢𝘵𝘪𝘯𝘰𝘴𝘰
𝘥𝘦𝘴𝘱𝘢𝘳𝘳𝘢𝘮á𝘯𝘥𝘰𝘴𝘦
𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘭𝘢𝘴 𝘵𝘪𝘯𝘪𝘦𝘣𝘭𝘢𝘴
𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢𝘯𝘤𝘪𝘢
𝘦𝘯𝘩𝘶𝘦𝘳𝘢𝘥𝘢.
𝙉𝙞𝙘𝙤𝙡𝙖́𝙨 𝙃𝙞𝙙𝙧𝙤𝙜𝙤
𝙉𝙖𝙫𝙖𝙧𝙧𝙤-𝙋𝙚𝙧𝙪́.
𝐻𝑎𝑐𝑒𝑑𝑜𝑟 𝑦 𝑐𝑟𝑖́𝑡𝑖𝑐𝑜 𝑙𝑖𝑡𝑒𝑟𝑎𝑟𝑖𝑜 𝑛𝑒𝑜𝑐𝑟𝑒𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛𝑖𝑠𝑡𝑎.
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