Rómulo Paredes Gonzáles
Por Luis Heredia Gonzales
Nació en Illimo el 24 de Marzo de 1877 y falleció en Chiclayo, el 31 de Enero de 1961, a la edad de 84 años. Fue hijo de Don Rómulo Paredes Cuglievan y de Doña Nicolaza González Yerren.
Fue un ilustre intelectual de sobresaliente factura. Sus estudios primarios y parte de la secundaria los realizo en el Colegio Nacional SAN JOSE de Chiclayo, para concluirlos en el primer colegio del Perú: Nuestra Señora de Guadalupe de Lima. Sus estudios superiores los hizo en la Universidad de Lima, donde se graduó en Derecho.
En Lambayeque trabajo como auditor de Guerra en zona Militar, llegando a ostentar el grado de coronel del cuerpo Jurídico Militar. Después se dedico al Cultivo de la literatura y la Poesía y junto con Don Augusto León Barandiarán, escribieron su obra costumbrista A GOLPE DE ARPA, que publico en Lima en el año 1935.
Después de escribir A GOLPE DE ARPA, se dedico a la Poesía satírica: ¡Que tales Amigos! ¡Cambio urgente!; ¡Se la Saco, Saco y Meto!; ¡Los Lagartos!; De Schutt y Saco a Tantachuco y la cuadratura del círculo. Su mejor poesía ¡¡¡El ALGARROBO¡¡¡
Como Doctor en Jurisprudencia, Ciencias públicas y administrativas, en 1904, colaboró en la gestión para que Illimo llegara a ser Distrito. Por esta razón, el centro Mutual progresista del Distrito de Illimo, con residencia en la ciudad de Lima lo declaro: Hijo Predilecto del Distrito de Illimo el 11 de Noviembre de 1955.
En la obra “A GOLPE DE ARPA” escriben sobre los diablicos, Augusto León Barandiarán y Rómulo Paredes año 1935, lo más importante para nosotros es la minuciosa descripción que se hace sobre las características y colores de la indumentaria de los diablicos y el ángel que textualmente y en forma resumida son:
La máscara hecha de hojalata, imita a la cabeza de un perro, de un chancho o de un toro y también simboliza al diablo con cabellera larga.
Describen la vestimenta de los 12 diablicos galanes de Túcume que son:
Pantalón corto hasta la rodilla: de color verde, amarillo o rojo, cascabeles en las rodillas sostenidos por cintas de diversos colores, en el pecho un corazón de cartón deslumbrante de lentejuelas. Medias largas, azules, verdes o rojas, cascabeles en los tobillos sostenidos por cintas de diversos colores . Zapatos blancos de lona o amarillos de cuero con espuelas.
Para el diablico mayor (figura central de la danza) viste lo mismo que los diablicos galanes con la diferencia de que sus ropas son más elegantes, pantalón de seda negra a la rodilla, zapatos negros, bastón adornado con muchas cintas y lo mismo que los otros, corazón de cartón en el pecho de lentejuelas, cascabeles, cabellera larga, espuelas y la máscara más fea. De cuando en cuando, hace sonar una campana que lleva colgada a la faja para avisar a sus compañeros de las asechanzas del ángel. En una de las manos lleva un enorme látigo con el cual correteaba a los muchachos.
El ángel viste de blanco, rosa o celeste, traje a la rodilla con un enorme vuelo, zapatos blancos, medias de color del traje, turbante con muchas plumas, brillos, alas plateadas, cabellera de crespos, espada en la mano derecha, se colocaba constantemente al lado de la almita que era una criatura vestida de blanco y a la cual cuidaba de que los diablicos no se le fueran a llevar.
Juan José Lora
Juan José Lora Olivares (n. Chiclayo, 1902 - m. Lima, 1961) fue un poeta y periodista peruano. Integrante del Grupo Norte, fue uno de los representantes tempranos del vanguardismo en el Perú, aunque sin abandonar definitivamente formas y expresiones anteriores. Cultivó una poesía regionalista, imbuida de “chiclayanidad”.
Poemarios:
• Diánidas (1925).
• Lydia (1927).
• Chiclayo de Juan José Lora (1955).
• Con sabor a mamey (1962).
Análisis crítico
Fue un poeta intenso, musical y parco. Aunque tomó parte en las empresas vanguardistas y colaboró en las revistas más audaces en cuanto a la forma del verso, guardó siempre un profundo sentimiento romántico; fue un sentimental defensor de los pobres y sufridos. Compañero de Vallejo en la “bohemia trujillana” y en sus andanzas en Lima, ambos buscaban desgarradoramente expresiones capaces de traducir sus angustias y preocupaciones, las cuales al parecer iban más allá de las posibilidades del idioma. En su primer poemario Diánidas (febrero de 1925), se puede vislumbrar que bajo el manto de estrofas convencionales, como la “Canción del Hospital”, se mueven insólitos elementos verbales, signo de una tenaz busca de nuevos giros y palabras. No llega como Vallejo a crear un lenguaje poético, pero al menos lo intenta; además usa con éxito las antítesis escuetas, las dicotomías compuestas que dan como resultado palabras de doble vida. Su última obra, póstumamente publicada, Con sabor a mamey (1962), es un libro curioso y bello. El poeta no se ha renovado en cuanto a recursos verbales y estróficos, pero ha surgido en él una actitud nueva, fruto evidente de la nostalgia del terruño (sus últimos años los vivió en Lima). Acentúa la emoción, el sentimiento humano y la serenidad enlutada. El tipo de poesía es provincial, en muchos aspectos chola, mezcla de lamentos indios y pedanterías costeñas, gráficas y jactanciosas. Es una poesía chola con sabor a mamey. (Luis Alberto Sánchez en La literatura peruana, tomo V. Lima, 1975).
"Entré a la literatura como un rayo; saldré de ella como un trueno"- Maupassant
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