LA CHICA QUE BESASTE EN LA MADRUGADA DE HOY,
MURIÓ HACE TRES AÑOS
Por Gilbert Delgado Fernández.
Asedio textual y subtextual a Viaje Nocturno de un Escritor, cuento de Andrés Díaz Núñez*.
• La chica de la curva. La historia:
Una leyenda urbana constituye el material narrativo para un relato cuya historia se inscribe en el ámbito de lo terrorífico.
Relato de ambientación urbana (costanera por la alusión al arenal desierto y al pelícano), pero de un urbanismo mítico: Concochinán (que en palabras del maestro Andrés es un acrónimo formado por las sílabas iniciales de los cuatro suyos), es un espacio sin sustento geográfico real, fruto de la imaginación ávida de ficción del autor como lo fuera Gaula en la novela de caballerías atribuida a Garcí Rodríguez de Montalvo, Kíllac para Clorinda Matto de Turner , Yoknapatawpha para Faulkner entre otros.
• El caimán que se muerde la cola. El discurso:
La técnica narrativa mediante la cual el autor ha organizado el material narrativo es el relato circular:
Inicio: “Dicen que mañana me ahorcarán en el parque principal…”.
Final: “…y ahora dicen que mañana me ahorcarán en el parque principal”.
El desenlace es elíptico como una exigencia para la participación del lector mediante la coautoría.
• La chica que besaste en la madrugada de hoy, murió hace tres años. El argumento:
Queda sintetizado en la intención de Adelino Claridel de presentar su cuento Viaje Nocturno de un Escritor a los juegos florales convocados por la Universidad de Los Luceros en Concochinán. En el trayecto, hacia dicha ciudad, a las tres de la mañana, sube una chica llamada Lesisgua Sucse. Adelino, amablemente, le cederá su casaca de cuero, le permitirá copiar su cuento, recibirá, en prenda por el cuento, una sortija de ella y la besará. Al despertar, le informan que ella ha bajado a la entrada de Concochinán. Se ha llevado consigo la casaca de cuero y el fólder que contiene el cuento. ‘Por suerte’, él tiene la dirección de ella apuntada en un autógrafos. Al llegar a dicha dirección, la madre lo entera de que la chica a la cual besó en la madrugada falleció hace tres años y por acción de la hermana de ésta, Adelino, se verá aprehendido por tres policías y acusado como cómplice de un robo para lo cual actúan, como pruebas irrefutables, su casaca de cuero, su libreta electoral y la sortija. El final, así como el inicio, nos enteran de que Adelino ha sido condenado a la horca.
• Asedio textual y subtextual. Los valores:
a).- Artístico: El autor logra coronar de una sutil ironía la leyenda urbana— esto abona en mérito a su originalidad de interpretación con respecto de lo tradicional— la insufla de hálito poético y logra instalarla, definitivamente, desde la oralidad a la escritura y traslada, lo que fue aderezado por el de boca a boca,— y quizás concebido con la única intención de conmover— hacia el ámbito de lo estrictamente literario.
Ya hemos mencionado la técnica narrativa del relato circular. Veamos, ahora, algunos recursos líricos y descriptivos:
— Símil: “La pista como una cinta negra se perdía por el desierto”.
— Prosopopeya: “… se ponían de pie una, dos o más cruces…”, “…el viento golpeándose la boca en los páramos…”, “…cuando estuvimos en el corazón del desierto…”.
— Desplazamiento calificativo: “…dos lechuzas y un pelícano que, con sus graznidos y aleteos asustados,…”. (Subrayados nuestros). La lógica indica que los asustados son las lechuzas y el pelícano, pero el efecto artístico radica, precisamente, en trasladar el calificativo hacia los aleteos.
— Hipérbole: “Mi corazón se reventaba, quería hablar”.
— Prosopografía: “… espigada, alta, mejillas rosadas, ojos resplandecientes, cabellos rubios, sonrisas angelicales…”.
b).- Moral: Mediante el personaje Adelino Claridel, el autor parece fustigar la lascivia que mueve a la infidelidad, pues el relato nos entera de que el personaje ya estaba casado: “la noche anterior la hube pasado discutiendo con mi esposa”. Por ello, cuando se describe a Lesisgua, desde la perspectiva de Adelino, la limitación a lo físico es tendenciosa (Véase prosopografía). A pesar de que el personaje insiste en su inocencia con respecto del robo, nos queda la sospecha de que ése no es el verdadero móvil que lo lleva a la horca y existe una Justicia Superior que actúa como una mano invisible y se encarga de tejer los castigos para los hombres. Al final, la desesperación del personaje contrasta con el ambiente de fiesta que vive Concochinán: “…con quema de cohetes y banda de música para que sirva de escarmiento a mis compañeros”, se lamentará a destiempo el donjuán.
c).- Simbólico: La frialdad como símbolo que evoca la muerte se aprecia en: “…deben estar frías tus manos. Eso es poco, están heladas”, “…sus labios estaban gélidos como trozos de hielo”.
El número siete del asiento designado para Lesisgua Sucse, así como el lado izquierdo que ocupa junto a Adelino son anticipos de mal augurio. Así también, el guarismo tres que designa el número de policías que aprehendieron al personaje, el número de años transcurridos desde la muerte de Lesisgua, la hora en que ésta sube al ómnibus y hasta el número de objetos robados: “dinero, artefactos y joyas”.
El cuento Viaje Nocturno de un Escritor, el de la realidad ficticia, el que no llegará a presentar Adelino Claridel a los juegos florales convocados por la Universidad de Los Luceros en Concochinán, queda frustrado en su naturaleza de ser concebido para la lectura. De esta manera, encarna el sinnúmero de trabajos literarios condenados al acartonamiento en manuscritos que aspiran a ser letra de imprenta; pero que, a falta de medios que apuesten por el arte, no verán cristalizada su pretensión y cumplirán su destino trágico de ser devorados no por bibliófilos, sino por bibliófagos; es decir, por ratones y polillas.
La alusión hacia la indiferencia de los medios e instituciones con respecto de lo que significa cultura parece materializarse e la esposa de Adelino Claridel, para quien los “…cuentos y novelas sirven únicamente para incrementar basura”.
• Literatura regional: lectura para fantasmas. Conclusión:
Toda la odisea que significa la publicación de un libro— esto en caso de contar con los medios Ad hoc o resultar ganador de un concurso literario, como se nos figura la aspiración de Adelino—, termina provocando la insatisfacción del autor por haber materializado un objeto tan esquivado y temido como si se tratase de un símbolo aciago. Al final, los únicos lectores con quienes entabla comunicación el autor no son esos lectores potenciales quienes, imposibilitados por la falta de hábito lector, la desmotivación o ausencia de poder adquisitivo, no logran el salto metafísico que los actualice en lectores reales. La literatura, de esta manera, no sólo la que yace en manuscritos sino la que llega a publicarse, debido a la falta de promoción, deviene en lectura para fantasmas.
En el relato de Andrés Díaz Núñez, los únicos que leyeron el cuento de Adelino terminaron signados por la desgracia, el anonimato o eran fantasmas como Lesisgua Sucse.
* Para la lectura completa del relato Viaje Nocturno de un Escritor consultar Paredes de Viento, libro de cuentos de Andrés Díaz Núñez.
"Entré a la literatura como un rayo; saldré de ella como un trueno"- Maupassant
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