MANIFIESTO CULTURAL POR LA LECTURA
Por Alfredo Gonzales Burgos
Compatriotas:
Como la gran mayoría de ustedes, tampoco yo hacía uso de nuestras bibliotecas del siglo XIX. A falta de estadísticas, voy a permitirme decir que sólo 1 de cada 50 peruanos sabe hacer uso de ellas apropiadamente a pesar de estrellarse con la espantosa escasez de recursos que las afecta.
Tras dejar el Perú hace 9 años, la mas grata sorpresa que encontré en los Estados Unidos fue el servicio de bibliotecas municipales: en su gran mayoría con locales modernos, con estanterías abiertas, un personal muy amable que no pocas veces presta servicio de voluntariado, con multimedios a disposición y con la imprescindible herramienta de la Internet al servicio del público. Con mucha lógica, la informática está presente en los centros populares de información.
En cambio, nuestro supuesto Sistema Nacional de Bibliotecas solo existe en el papel. Mientras nos ufanamos con muy poca razón de una cada vez mas cercana y pírrica victoria sobre el analfabetismo, a los cuatro vientos ignoramos nuestra diaria y pesada derrota a manos del analfabetismo funcional y del cada vez menos aceptable analfabetismo informático. Contra ellos, no hay mejor herramienta que un servicio de bibliotecas gratuito, computarizado y de estanterías abiertas; esta última circunstancia es de suma importancia para la libre circulación del conocimiento y la información, significando que para hacer uso de cualquier biblioteca, no es necesario tener carnet si el material se emplea dentro del local.
Ausente del departamento hace mucho, estimo que algunas bibliotecas de universidades en alguna parte del norte del país hacen uso parcial o total del sistema. No es por ahora sencillo alcanzar información en la Internet debido a que muy pocas de nuestras obsoletas bibliotecas cuentan con un necesario website, como las de San Isidro o Miraflores, que cito sin la intención de pretender que tales avances sean privativos de distritos considerados ricos en la capital. Desafortunadamente, en la propia capital de la república millones carecen de acceso a una biblioteca municipal digna de ese nombre. Mas suerte tienen los habitantes de la bella Piura hasta donde he podido saber.
La ciudad de Chiclayo cuenta con uno de los mas visibles e importantes locales de bibliotecas municipales en el país, tan pobremente dotado como la mayoría. Sus colecciones no llegan a diez mil ejemplares, cuando una cantidad decorosa sería diez veces mayor. Hagamos votos para que en diez años pueda alcanzar a los 50,000 títulos con que hoy cuenta Arequipa en la mas dotada biblioteca municipal del Perú.
Si de este breve texto parece trascender la idea de comparar nuestros recursos con los de la primera economía del mundo, no es así. Colombia, Chile y aún Ecuador nos llevan décadas de ventaja. Son tres pasos los requeridos para nivelarnos, promover la construcción de bibliotecas modernas con recursos, establecer un Plan de Fomento a la lectura serio y de larga duración, y legislar debidamente. A la par, se requiere que el dominio de la opinión de las editoriales deje de primar, haciendo que sólo se proteja al libro y a la lectura, en abstracto; a quien mas debemos fomentar y promover es al lector. Tal es una vieja tarea que el nuevo Ministerio de Cultura debe asumir desde el principio. Ningún mecenazgo bastará ello, es necesario invertir para salir del atraso. Ninguna sociedad moderna lo ha hecho sin buen acceso a la información y el conocimiento.
Plano, 28 de Julio de 2010.
"Entré a la literatura como un rayo; saldré de ella como un trueno"- Maupassant
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