EN FABULOSO TEMPLO MASÓNICO DE CHICLAYO CONGLOMERADO CULTURAL CELEBRA DESIGNACIÓN DE MARIO VARGAS LLOSA COMO NOBEL DE LITERATURA 2010
Por Nicolás Hidrogo Navarro
Es la primera vez que gente del Conglomerado Cultural de la región Lambayeque-Perú entra a un templo principal sacratísimo y misterioso de una logia masónica por el puro contento de celebrar allí un conciábulo sobre la designación del premio Nobel de Literatura 2010 a Mario Vargas Llosa.
Me manera muy misterio el masón Mario Viteri Fernández nos tuvo en una sala de espera y a la media hora se abrió un recinto como una cueva misteriosa plagada de signos y símbolos masónicos solo vistos y oídos en las novelas de Dan Brown. Una luz roja dejaba ver todo ese recinto como una nave espacial con espadas curvadas egipcias y cimitarras árabes, libros, escuadras, inscripciones misteriosas en el techo representando las estrellas y una sillería con distintos grados para simbolizar a los iniciados y luego a los más destacados de esa linajuda y mística gente del francmasón.
Allí celebramos una larga perorata de loas en honor a Mario Vargas Llosa. Nunca imaginé estar sentado por un par de horas en esa silla mayor con cuero repujado y un mullido tapiz y como una especie de casita de trono que me hacía recordar al templo de Salomón o Carlomagno en las historias.
Gilbert Delgado Fernández dio un discurso espectacular y heterodoxo zahorí sobre novelas de caballería y sobre la designación de Mario Vargas Llosa que todos creemos que al autor de Conversación en la Catedral se le da el Nobel por sus novelas, pero que aún no habiendo escrito eso, sus fabulosos ensayos lo habrían empujado igual al mismo Nobel.
Jorge Fernández Espino, con singular e inusual discurso cabalístico demostró con la numerología por qué Vargas Llosa había ganado el Nobel este año 2010. Todos atónitos.
"Entré a la literatura como un rayo; saldré de ella como un trueno"- Maupassant
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