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lunes, 31 de mayo de 2010

RUBEN MESIAS EL RETORNO DEL ILUMINADO

RUBEN MESIAS EL RETORNO DEL ILUMINADO

Por Luis Heredia Gonzales
Rubén Mesías cornejo nacido un mes del 197... Es un narrador ficcional, el primero en su género, al que la suerte y su actitud no contribuyeron lo suficiente para que este autor pudiese publicar un libro con cuentos suyos. (Aquí en Chiclayo)

Su pluma fue desmerecida, su persona también, si no lean el nº 3 de DKVSA y el nº 4 de ARBOLEDA testigo de ello son esas líneas pero a pesar de todas sus limitaciones que van desde la precariedad económica hasta su mala alimentación, ha logrado que sus cuentos aparezcan en el dominical del diario la industria y también en algunos sitios de la cibernáutica.

Pero Mesías sobre todas las cosas es granítico, de un roble extraño, no deja de escribir a pesar de todo. Aunque en estos años de conglomerado cultural le haya incomodado esa frase que se tenía que volver acción; COMPARTIR. Pero los seres como el no comparten, no ceden, tampoco concesionan. Por eso su mal humor cuando habla el piojito o sea Antonio Castro Cruz, cuando le recuerdan a Ana Miranda, cuando le dicen que tienen un empleo para él o cuando leen el nombre de otros jóvenes y niños que también escriben ficción en Chiclayo.

Esta nuestra ciudad lo aturde, lo pone tedioso, lo insultaron; Paco Irigoyen y Nino Calambroggio, lo subestimó Becerra, lo sacó de quicio Fernando Odiaga y lo paseó ana Miranda. Sin embargo con una rara estoicidad sigue escribiendo y frecuentando ¨amigos¨. Pero Mesías es un personaje, que con su pobreza crítica, su físico muy esbirreado, su apariencia chontril. Guarda mucha imaginación, creatividad y sobre todo técnica para escribir barroca como solo el lo estima.

“Rubén es un ser divino, sin presiones, sin rutina, presidiendo de las de las obligaciones, cae antipatico, pero él sigue en su mundo, que no es este ni le tuyo ni el mío”. (Josefo dixit)

Pero Mesías no se rebaja, no vendería su pluma y la posibilidad de vender sus cuentos no pasará a ser más de una anécdota, pues nunca se esfuerza por vender algo como si lo hace por escribir y seguir como abanderado de la literatura de ciencia ficción en un medio de estrecho entender literario.

Mesías vuelve, era en realidad, bueno a mi juicio... sólo cuestión de tiempo para que grite a los cuatro vientos;
Aquí estoy y sigo escribiendo porque necesito hacerlo, porque es mejor que el pan y tan necesario como el dinero.
Lo que si me es una incógnita sería el resultado de estos tiempos de ausencia,
¿Cuanto habrá depurado?
¿Cuanto habrá aprendido?
Así es Rubén.

REFLEXIONES PARA HOY - EL PERFIL OCULTO GAMBERRIANO DE STANLEY VEGA REQUEJO

REFLEXIONES PARA HOY
EL PERFIL OCULTO GAMBERRIANO DE STANLEY VEGA REQUEJO

Por Luis Heredia Gonzales
Si nos retrotraemos en el tiempo diremos que hace unos años el mundo era políticamente bipolar, que existían ciertos rollos, esos de poesía pura y poesía social y otros rollos literarios acartonados y recargados de un alo de sectarismo.
Vimos desgañitarse a más de uno en algún acalorado debate. Pero unos años más tarde todo eso desapareció gradualmente, y el individualismo y la neurosis se apoderaron de todo.
Pero la literatura no perdió cabezas ni exponentes, así surgieron grupitos recargados de un individualismo y figuretismo inpectore, así va surgiendo STANLEY VEGA ese pillete de la literatura local, ese Ironside de brigada adolescente en busca de emociones intensas, el daddy yanqui del dial literario de Principios de siglo. Hace poco tuvo una disputa, mejor dicho una riña de la cual se llevo la peor parte, pero este daddy literario no tuvo que esperar mucho para recibir adhesiones y muestras de solidaridad. Pero cabe una reflexión, acaso ¨tanley¨ o ¨baby¨ como le dicen sus familiares y amigos, es siempre sereno y reflexivo como suele mostrarse cuando esta sobrio, no, claro que no, ebrio no es otro, simplemente se desata. Se pone como el Dr. Merengue, ósea le sale el otro yo.
Así el escupe, no versos pero si saliva, micciona no ira literaria si no ira contenida y también agüita amarilla como en la canción de los ¨toreros muertos¨.
Dicen que yo no debería escribir estas cosas, pero que decir de este señor que un tiempo decidió quien se merecía el termino poeta, quien debería tener el beneficio de la publicación y quien no, quien sabía y quien no.
Tanley que lo escupió todo, que lo meo todo, que en ese estado de ebriedad se juramento asimismo rey de los poetas, abad literario y dios del parnaso, le tiro jalones de orejas e insultos al buey así como al resto de su guardia pretoriana. Que señaló quien debería ser abollado por sus sicarios y centuriones; Lucho Heredia me cae mal, Hidrogo también, conglomerado peor y don Arias también aunque ponga el trago, y jota largate con tu comunismo de mierda a otra parte, que ahora Beto Ortiz y choyo Bahamonde son mis patas, desde hoy día ya no camino con misios, y si me dicen alguna vaina los escupo y los meo.
Pero sus amigos incluyendo quien les escribe, lo toleramos a pesar de todo y le seguimos teniendo cariño hasta el día clave del cabezazo, allí salieron esas verdades del closet, y fue el momento para decirle a stanley, que a pesar de todo lo estimábamos pero aquello no es causal de solidaridades ciegas, todos sabemos que nuestro literario amigo se raya, se pone intratable cada vez que el licor, llega a su sesera, cada vez que le quitan atención. Una niña guapa y dulce tuvo el infortunio de reorientar atenciones, apagarlo momentáneamente, se ganó su ira y no tuvo más remedio que dar un paso al costado. Lucho Heredia hablas demasiado calla te lo ordeno y el tuvo que callar para que stanley balbuceara ira y sus descompensaciones emocionales (a decir racionalmente) para hablar huevadas.
Estuvieron los poetas mayores que babearon ante el, las damas o señoras de la caridad que ante el se pusieron babero, y Luis Alarcón su mentor incondicional que talvez no este de acuerdo con este articulo, pero el siguió para adelante con talento y técnica que maduraron y con la atención de su corte, es decir: Alarcón, los medios, las amistades instrumentadas por el, y la gerontocracia del ADEL.
Si STANLEY VEGA quiere seguir en camino, sobrevivir en este mundo que siempre se parecerá a una selva, tiene que reflexionar, si es que puede y quiere, si no todo lo obtenido hasta hoy estará en caída libre.

A ESE ES EL DURO CONTEXTO CULTURAL DE LAMBAYEQUE


ESE ES EL DURO CONTEXTO CULTURAL DE LAMBAYEQUE
Por Luis Heredia Gonzales

Es probable que este artículo también sea mal recibido por muchos que siempre quisieron que la mediocridad y la mezquindad prosperen. Así ahora los dimes y diretes de siempre de nuevo continúen, eso si, sin santos, sin justos, sin honestos, solo con iras bobas y sobre todo transpirando frustración.

Asistimos a una etapa de exclusión, así es, esta escena literaria de adobe como son las de “provincias”, está por volverse a derrumbar y esta vez por causas exógenas, ya existe exclusión en Lima, ya hay exclusión a dimensiones nacionales y allí esta el califato de Alonso Cueto, la brigada de Ivan Thais, y el patriciado de Cecilia Bácula, Ahora buscan extender el mismo esquema a las provincias. Lo de siempre “satélites culturales”, que son vistos como planetoides estériles a los que “capitalinos bienaventurados” vienen a instalar la “luz solar” que los hará menos deprimentes de lo que son por “naturaleza”, así , esta el cuadrante detallado, ellos llegan hacen arte y cultura en un sitio donde solo se pueden ocupar de situaciones domesticas, y hay que arrumar a esa cofradía raquítica de “diletantes” que escriben en plaquetas, usan voz gutural y brindan en plazoleta de pueblucho, alucinando que pueden cambiar el mundo.

Y los albaceas de la poesía lambayecana dicen que esto esta merecido por un tal Carlos tiene nivel, calidad y gestión y el mundo puede hacer arte pero los “aficionados” de barrio no. Ósea el conglomerado cultural, signos, Marino, el cuervo, etc. Se olvidan estos señores que muchas veces su único público son estos diletantes que los respetan y estiman, y los pintores lambayecanos vistos por la lupa minimizadora de los pocos académicos del pincel que tiene Chiclayo, esos murales pintados en la casona del INC. Borrados como si de un mamotreto se tratase y fueran ocupados por pinturas de muchachos que si son pintores, al menos ese fue el criterio de nuestro joven director, dinero para afuera y nada para los cuasi vacíos bolsillos de nuestros artistas plásticos lambayecanos.

Lo que me preocupa, es que el respetable señor Carlos Mendoza Canto piense como esa Sanchezcerrista directora nacional del INC. Y tenga vínculos con esa mafia tetuda de Cuetos y Ampueros, que les apeste todo lo que sea ande, protesta, calle y sobretodo crítica al sistema, que se alíen en Lambayeque con batutas como las del soberbio Luís Rivas Rivas, que sus defensores lambayecanos quieran o puedan dejar este hecho como algo meramente anecdótico.

Que querrán quienes lo defienden, una vez mas que se les acepte un proyectito, se les de un empujoncito, sueños, ilusiones, ¿Cuántas veces nos han decepcionado?, ¿Cuántos cuentos?, cuentazos, si, tengan claro eso.

No estoy en contra de la cultura universal, ¿quien no quiere eventos culturales de primer nivel en Chiclayo?, porque aplastar lo nativo, lo joven, lo que Chiclayo ha parido o ha adoptado, si ambas cosas, lo universal y lo local pueden ser expuestas. ¿Que hay?, ¿porque tanto problema?, es cierto, la exclusión no es de hoy. Lo mas curioso es que otro artistas estén buscando la exclusión del conglomerado cultural, apartar a gente que suponen no debe escribir (inmensionables…) y no sepan que en este nuevo orden cultural ellos tampoco tienen espacio.

Así un fortachón rosáceo no debe andar diciendo que se le incluye en alguna conspiración, que los punk que solo pueden escribir y lo hacen con crítica, como debe ser, lo hagan por resentimiento, no, no es así, no busques instrumentar a los demás por una vez mas.
Con todo esto, no se, como irá a terminar, pero la dictadura fina “democrática” del APRA (hayista Terminal) se plasme hasta en lo cultural, si es preocupante.

A REFLEXIONES EN TORNO A ESA CERCANIA A LO LUMPEN EN LOS ESCRITORES EN LAMBAYEQUE.

REFLEXIONES EN TORNO A ESA CERCANIA A LO LUMPEN EN LOS ESCRITORES EN LAMBAYEQUE.

Por Luis Heredia Gonzales
En un país como el nuestro, donde se tienen los indicadores mas magros en cuanto a lectura por poblador, donde la mediocridad académica ha alcanzado dimensiones bíblicas, donde la ordinariez se ha convertido en un suprasistema de alcance globalizador y el no leer en un habito jactancioso. Tiene un efecto como cuando alguien lanza una pelota en una cancha de frontón, es decir recibimos un impacto frontal, veloz y sañoso. Esto resulta lacerante para quienes nos interesamos en la cultura, sostenemos que para el ser humano es indispensable tener sensibilidad social, criterio y reflexión dialéctica.

Por otro lado existen personas que no poseen estas virtudes y no tienen dichas inclinaciones. Esos son los que mas abundan y también quienes nos gobiernan.

Pero esto no debe ser pretexto, para hacer lo que hoy por hoy hacemos, para inclinarnos hacia el abismo tal como los estamos haciendo. No, claro que no, no existe pretexto. A caso no podemos mirar a nuestro rededor y ver lo que esta pasando, porque se nos ha esfumado las ganas de hacer protesta, porque renunciamos ha ser contestatarios y lo peor de todo nos entregamos a un nihilismo suicida, a un fatalismo hidrófobo y a un individualismo cobarde.

Nos vamos a un precipicio, pero no el de los VIDNIC, lo fundamentamos con un parnasianismo disparatado y no el de los disidentes (Baudelare y CIA). No rompemos ni un atavismo, le hacemos el juego a la hipocresía con nuestras mezquindades. Nos dejamos avasallar con lo que la oligarquía y sus perros guardianes de la prensa chicha nos obligan a digerir, nosotros seguimos así, perdidos sobre todas las cosas caminando con frenesí hacia el abismo pero no para la creación literaria si no impulsados por nuestra criollísima cobardía.

NOS LUMPENIZAMOS; somos muchachos, en lo político desempoderados económicamente insolventes, socio-culturalmente enmarcados en la cultura de la frustración y vivencialmente descompensados, ¿qué hemos hecho? no quiero entrar en mayores detalles, tampoco me interesa hacerlo. Pero vamos a continuar así, solo lamentándolo o peor aun corriendo hacia ese vacío. La droga nos salvará, NO, el licor nos salvará, NO, seremos rebeldes porque ocasionamos escándalos y nos tiramos un cabrito de cuando en vez. Al margen de cualquier forma de vida, nuestra preocupación radica en crear, escribir, componer y no dejarnos avasallar, buscar mecanismos de inclusión, al fin y al cabo todos somos parte de la sociedad en la que vivimos y francamente debemos conocerla y estudiarla mejor.

Encara este mundo, este país y esta ciudad de pacatos y frívolos, porque no estamos para tirar nuestra vida y reputaciones por los suelos, porque es trasnochado todo eso que signifique, nihilismo absoluto, actitud perniciosa hacia la laboriosidad, incluyendo el espíritu dionisiaco de muchos artistas y literatos frustrados.

Señores, el hecho de que nuestra juventud y hablo del Perú en menos de una década (por falta de oportunidades) se iguale a la del Salvador y a la de Honduras y se constituyan en los mas perniciosos de toda Sudamérica, debe hacernos reflexionar y como músicos, literatos, filósofos, no podemos ser CHICOS DEL MONTON.

Espero me sepan comprender.

AHORA Y SIEMPRE Nº 31- DIRIGE TATA TORRES TELLO

miércoles, 26 de mayo de 2010

LA DEMENCIA SE HIZO CARNE Y HABITÓ ENTRE NOSOTROS.

Cuento de Edgar Ferreñán Yapapasca
LA DEMENCIA SE HIZO CARNE Y HABITÓ ENTRE NOSOTROS.
Por Vicent Lecle’re.
Si un hombre abomina de la raza humana está enfermo. Nadie en sus cabales puede ir odiando a diestra y siniestra. Es preciso que esté completamente desquiciado como para que ninguna criatura merezca su simpatía.
De manera análoga, una persona que se abstiene en cumplir en cumplir el supremo mandamiento de amar a todos los semejantes no es normal. No se puede amar a todos sin expresión. O Dios nos pide mucho o no conoce el corazón del hombre y entonces su santa biblia consiste la vana palabrería.

Lo digo porque soy un hombre solitario, atrozmente solitario y además anormal. Toda persona normal es un demente frustrado. Y si existe una persona en el mundo a la que odio, esa es a mi madre.
Explicándome con más propiedad, detesto a la mujer que palpita dentro de mi madre. Quizás no lo entiendan y los comprendo. No le tengo ojeriza porque sea mi madre –aquella ira contra la naturaleza−, sino por el modo tan infiernizante en que la mujer que vive dentro de ella se compronta conmigo.
Sí mi padre viviera yo sería un dechado de cordura. Pero mi padre mudó su humildad al cementerio, condenándome así a una insania pegajosa que no puedo soslayar. Sin una meditación previa me hago sumido en la más negra locura, casi sin darme cuenta, tan simple y mecánico como el acto de bañarse o de olvidarse de uno mismo. No, yo no puedo olvidarme de mí. La mayoría se olvida en los demás y existen porque en los demás reflejan su conducta.
Yo no puedo permitirme ese lujo porque no conozco a nadie y porque a mi todo me afecta, principal y esencialmente los individuos obesos. No puedo soportar la presencia de un ejemplar rollizo. Mi mayor pavor es engordar.
Prefiero morir a que se incremente mi peso.
Ya habrán intuido la razón de mi odio:
Mi madre peca de gorda, incluso se permite romper las leyes que rigen la forma de todo cuerpo humano. No les pido que me entiendan, sino que me comprendan. Hay mucha distancia entre entender y comprender. Yo apelo a su comprensión. La vida ama la variedad. No soportaría vivir en un mundo en que todo fuésemos iguales. Yo me suicidaría si el planeta solo por Jesucristo. Para mi sería como el infierno. Recordemos de aun Jesucristo necesito de gente ruin y malvada para que lo crucificasen una manada de santurrones no le habrían servido de nada.
Incluso me atrevo a afirmar que es necesario y saludable que existan personas de todo tipo. Es necesario gente como Jim jones, la suma perfección del fanatismo, que ocasionó la muerte en masa de la más de novecientos miembros de su iglesia y que se autoproclamó la encarnación de Cristo. Pero también es gratificante saber de ángeles bondadosos como la madre Tésera de Calcuta, San Valentín o Jesús. La vida siempre amado la verdad y no dejará de hacerlo.
Yo mismo me considero una de esas cosas anormales.
Después de que falleció mi padre, mi madre y yo nos mudamos a la que ahora es nuestra vivienda, una casa de tres platas con jardincito y una preciosa, casi envidiable, vista panorámica de la cuidad. Mi padre dejó una considerable herencia.
Yo era como los otros niños: delgado, travieso, chapoteando en mi habitad de felicidad y con ligera propensión a ensuciar la ropa. Mi madre, que ya era robusta, me arrullaba cuando las sombras inundaban el pueblo. Inicialmente solo recibí arrullos de paloma y frases conmovedoras.
Luego, entre las palabras suaves y aromáticas, opinaba que yo me parecía a mi padre. Aquello nos despertó sospechas. Es más lo tomé con orgullo, pues me investía con los poderes de hombre de casa. Después alargó su elogio y me reveló que yo me parecía mucho a mi padre. No capte su maternal advertencia y proseguí acunándome en sus brazos.
Al que yo me parecía mucho siguió el que siguió el que yo me parecía a mi padre. Aquello me horrorizó, pero eso ya era demasiado tarde.
Fui creciendo. Una vez, al retornar del mercado, trajo una pintura, y yo colgó en nuestra sala. Era una copia del famoso cuadro de Hans Baldung, titulada poéticamente las edades y la muerte. No sabía mucho de Hans Baldung, solo que fue alemán y discípulo de Durero y que a pintura mencionada se conserva en el museo de Prado.
Al ir y al regresar de la escuela me topaba frontalmente con la pintura, que me atraía como un imán de lo prohibido. En el duelo descanso una rozagante niña desnuda; de pie, primero, una mujer hermosa y apetecible, en la flor de su juventud, con el cabello sensualmente recogido y con un velo cubriendo la parte superior de sus muslos; luego, acompañándola, una vieja decrepita también con cuernos, con los senos caídos y arrugados y con un fiera expresión en el semblante. La anciana va tomada del brazo de la muerte, que porta un reloj de arena.

No podía mirar la pintura sin pensar que cada vez envejecemos. Y cada vez nos vamos pareciéndonos más a nuestros cadáveres. Una persona ordinaria y mentalmente sana, extraería como conclusión que debemos aprovechar el tiempo y tratar de ser dichosos. Yo sondeaba más en profundidad. Jamás se me había ocurrido que la muerte portara su reloj en manos de a muerte me aterra más que cualquier guadaña. Desde entonces conseguí dormir tranquilo. Los odios apenas si estaban floreciendo.

Bertha, habrá que admitirlo, era fea. Ignoro como mi difunto padre se fijo en ella. Retomando el tema, Bertha, pese a las dietas que extraía de revistas chabacanas, engordaba visiblemente. Su conciencia de mujer en celo le gritaba que obesidad y fealdad, eran el más infalible repelente de machos.
Y se esforzaba, luchando a brazo partido con la comida. Se le reconocía voluntad, pero la voluntad, pero la voracidad tenía todas la de ganar. Me dolía sinceramente verla en tan lamentable estado. Ella cocinaba lo que consideraba adecuado. Luego la secuestraba el hambre más caníbal y descendía a la cocina. Después la oía llorar. Siempre me recordaba que yo me parecía demasiado a mi padre.

No se como descubrió, porque yo trate de encubrirlo, mi repulsión hacia su cuerpo. Ella contribuyo a mi fobia. Cuando percibió que su anatomía me provocaba desmayos, engordó más.

Desterró todos sus propósitos de adelgazamiento y se preocupó más en perfeccionar la tortura. Ya no le molestaba que los vecinos se mofaran de su imponente tonelaje. Me aborrecía porque yo era como mi padre; travieso, risueño, y sobre todo delgado.
“con las piernas entreabiertas, fluyendo a partir de unos zapatos a punto de reventar, se yergue Bertha, un Coloso de Rodas de obesidad. Escoba en la mano parece el dios de la grasa en persona. Se acicala con un maquillaje tan estrafalario que hasta un payaso lo rehusaría. Cuando abandona la mesa, la señal palpable de que ella pasó por allí son varias columnas de platos, apilados unos sobre otros como formando edificios. Y sus eructos tienen la potencia de un ventilador gigantesco empleado al máximo. Bertha es la realidad armada hasta los dientes”

Tonterías así, imaginaciones demenciales, escribía en mi diario. Ocurría con frecuencia que me veía forzado a derramar perfumes en mi cuarto, para aromatizarlo, para alejar de mis narices el hedor de su gordura. Como venganza yo regaba paquetes de comida, especialmente comida chatarra con niveles altísimos de colesterol.
Yo quería a mi madre. Era a la mujer a quien liquidaba. Que mi padre pareciera junto con la mujer era un precio que había que pagar. Ella me repudiaba porque yo era la viva imagen de mi padre, porque me le parecía, porque me le parecía mucho, porque me le parecía mucho demasiado.
Prontamente deseché estos argumentos lógregos. Sabía que Bertha se hundiría en el sepulcro, así que concentre mi atención en el asunto de la herencia. O mi padre era un burro con retardo mental o me quería. El muy gaznápiro le había legado todo, todo a Bertha. De seguro creyó que ella me convertiría en un buen hombre útil a la sociedad.

Comencé a regar más paquetes de comida y Bertha perdió todo vestigio de la raza humana. Era una malagua que se desparramaba por el piso. Para más refinamiento trasladé, el cuadro de Hans Baldung y lo aseguré con clavos en la cocina. No duró mucho. Un infarto les garantizó el más espléndido banquete a los gusanos, un ágape pantagruélico de dimensiones descomunales. Yo soñaba con innumerables gusanos. Y cada uno tenía la cara de Bertha, y se comía mi corazón.

Se leyó el testamento. La noticia se hizo pública. A todos les pareció un capricho novedoso. Pero a mi me remeció, a mí que no puedo soportar a ninguna persona gorda.
La maldita de Bertha estipulaba en el testamento que no se me entregara ni un solo centavo si antes yo no engordaba.

—Fin—

A.- NICOLAS HIDROGO HABLA SOBRE EL CÍRCULO LITERARIO UBICUOS MALDITOS DE LOS 90 EN LAMBAYEQUE

EDGAR FERREÑAN YAPAPASCA Y SU VISIÓN DE LA LITERATURA LAMBAYECANA

martes, 25 de mayo de 2010

EDGAR FERREÑAN YAPAPASCA Y LA NUEVA NARRATIVA DE LOS 2000 EN LAMBAYEQUE




JORGE FERNÁNDEZ SÁNCHEZ Y LA MÚSICA POPULAR LAMBAYECANA


LAS CRÓNICAS DE UN EXPLORADOR- SOBRE EL GESTO DE LA MONALISA

LAS CRÓNICAS DE UN EXPLORADOR

En la exploración de la naturaleza humana y de los inextricables senderos de la vida (siempre dotados de ironía, paradojas y dialéctica), Gilbert Delgado Fernández parte hacia la búsqueda de sí mismo. Que es decir, también, hacia el encuentro de una definición en su expresión literaria. Por eso ensaya con el lenguaje, con la extensión del relato, con la estructura, con el manejo de técnicas narrativas, con la selección de ambientes y de temas. Su experimentación y búsqueda no es vana. ¿No está escrito que el que busca encuentra? En “El gesto de la Monalisa”, presenta una atrayente diversidad narrativa: desde los reflexivos textos breves -que nos hacen recordar a los de Anthony de Mello (en “La oración de la rana”, por ejemplo)- hasta los relatos andinistas más sueltos y extensos en los que recrea el habla de la sierra, con todos los aspectos sociales y culturales que una variedad dialectal connota.

En su indagación de las cosas humanas, Gilbert encuentra la contradicción y la dualidad (la ira y la tristeza, la luz y la oscuridad, saber popular y saber académico, razón y creencia popular, voluntad y hado), la necesidad de orientarse hacia lo trascendente, la crisis del sistema educativo, una sociedad sin equilibrio, la falta de inteligencia interpersonal; pero, también, el amor (con un cierto aire metafísico) y el lado cómico de la vida (que traslada a la zoología y al mundo vegetal, en “Cosas de animales” y “Cosas de vegetales”, respectivamente). Delgado es un explorador de lo humano; pero, también de lo literario. Su mapa de ruta tiene, en este viaje que denomina “El gesto de la Monalisa”, 5 estaciones, todavía breves; pero ya con sorpresas y hallazgos importantes:

I: “A la búsqueda del equilibrio”.

En el relato “¿Quién rompió la carpeta?”, hay una indagación de la realidad interior de las personas, identificando un rasgo -¿sólo contemporáneo?-: la cadena del enfado, de la ira, en una alternancia de impotencia y de poder. Siguiendo a Osho, Gilbert escruta la génesis de un acto de indisciplina escolar: es la ira en escalera, desde el escalón más alto al más bajo. Desde esa lógica, el responsable del incidente no es el alumno, sino el director. El tema del enfado y la ira nos trae la frase de Ramiro Calle: “Ésta es una sociedad enferma porque no ama”.

En “Más allá del cielo”, retrata el terror de lo inminente y un acto reflejo típicamente humano: la búsqueda de Dios en el infortunio. Y cómo, también, una situación límite puede permitir avizorar lo trascendente; pero que, por desgracia, la tragedia frustra. Por eso el relato interpela al lector: “¿... qué tendría que pasar para decidirte hoy mismo a trasponer tus propias fronteras, a descubrir qué hay más allá del cielo”. Bien puesto el monólogo interior y el flash back. Y precisos 3 enfoques narrativos: del narrador, del actante y del lector interpelado.

“Amor y pedagogía” es la confrontación de 2 discursos: de padre e hijo, en que la sagacidad y argumentación de éste gana. Brillante diálogo en que la perspectiva lúcida del hijo se sustenta, precisamente, en las afirmaciones del padre.

“Las lágrimas de la Luna” es un relato con sabor a leyenda que despliega enfoques distintos respecto del valor del Sol y la Luna, todos convincentes (un mérito del autor). Al final, el texto configura una metáfora, una alegoría, de lo fútiles que resultan la soberbia y la vanidad, pues siempre se darán “de cara con la negra realidad”.

“Cuentan de un mendigo que un día”, parece indicar que el amor en la senectud es apenas recuerdo, nostalgia y no más. El hambre de amor y la orfandad actual de la raza humana se simbolizan en una anciana cuyo amor al nieto le recuerda el amor que un día perdió. La piedad que pide el “mendigo sin esperanza” no es, entonces, para la anciana; es para la humanidad entera.

II: “El lado reflexivo”.

Retazos de meditaciones, relatos breves, inteligentes pinceladas, siempre respecto de la condición humana.

1) “Verdades que matan”: Ácida ironía y golpe a la superstición.
2) “Mala hora”: Mensaje premonitorio o el augurio de las palabras y una tragedia precisa y despiadada. Bien logrado cuento breve que narra el trágico final de un idilio, donde el celular adquiere insospechado protagonismo y, al mismo tiempo, fúnebre connotación.
3) “Todo sea por mí”: La felicidad como recompensa; en especial, esa felicidad súbita, inesperada; pero bien merecida. Es la alegría que nace de un acto bueno surgido del amor paternal.
4) “El triunfo de la voluntad”: Afirmación convencida de que la Voluntad tiene más poder que el Hado (si es que existe) o, dicho de otro modo, se trata de la pugna entre la lucha del hombre contra el supuesto destino que le impone lo que no acepta. La vida no es algo que simplemente nos sucede; la vida es una historia que podemos ser capaces de crear.
5) “Amor constante más allá de la vida”: Expresa, con cierta metafísica, la fuerza y el misterio del Amor. Breve relato de amor maternal, no más allá de la muerte; sino “más allá de la vida” (en la dimensión de la eternidad).
6) “El astuto Enemigo”: La dualidad día/ noche; la permanente batalla de luz vs. oscuridad; y de cómo esta última actúa con maquiavélica astucia para captar a los incautos.

III: “Entre lo uno y lo otro”

1) “El burrito meteorólogo”: La oposición saber popular/ saber oficial, asociado a la humildad y a la soberbia, respectivamente. Y es que el verdadero saber académico sabe respetar y valorar el saber tradicional; máxime, si en no pocos casos la investigación científica concede razón a conocimientos ancestrales. ¿No existe, hoy, la medicina alternativa que rescata saberes antes despreciados por el dogmatismo occidental? Relato para la polémica, y con ingrediente humorístico.
2) “Tal haces, tal pagas”: Divertido relato acerca de un pícaro andino cuyo castigo revalida la vieja frase “Cosechas lo que has sembrado”. Loable el esfuerzo del autor por recrear el lenguaje de los pobladores de nuestra serranía.
3) “Rosca, rosquete, rosquetito”: Gracioso relato basado en una estampa serrana de Gilberto Díaz Torres -conforme indica el propio autor-. Presenta la casual revelación acerca de la debilidad de un don Juan Tenorio, más bien infortunado (debilidad que algunos psicoanalistas sospechan también, respecto de los donjuanes, aunque sin generalizar).
4) “Juégate con los santos; no con las ánimas”: Otro relato con tono andinista que presenta la oposición razón vs. creencia popular.


IV: “El lado sonriente”

1) “Cosas de Animales”: Excelente relato, elaborado sobre la base de una hábil y lógica concatenación de ironías y risibles paradojas; evidencia el humor e ingenio del autor.
2) “Cosas de vegetales”: Similar y complementario del texto anterior, con el agregado que indica Delgado (la colaboración de su hijo Darío Alexander).


V: “El desequilibrio: una amenaza”:

El relatos “Yin sin Yang”, expresa una crítica (que ojalá Delgado profundice en otra ocasión) al sistema educativo, y tiene, otra vez, ese fresco aire de relato a lo A. de Mello. Hay un cuestionamiento a los defensores de la supuesta modernidad que no hacen otra cosa que preparar “su propio final”. Critica a las publicitadas instituciones educativas que proclaman la vanguardia de los avances tecnológicos; pero que, en realidad, siguen anclados en el verticalismo y enseñanza tradicionales. En una sociedad alienada, hay quienes son conscientes de ser objetos de explotación (los menos) y quienes son “esclavos inconscientes” (los más). El título, Yin sin Yang, alude a una sociedad desequilibrada. Por otro lado, el cambio social se complica porque no hay “visionarios” ni “revoltosos”, porque los Medios de Comunicación devienen, más bien, en Medios de Manipulación (recuérdese los análisis de Noam Chomski, al respecto). El final inesperado del relato sugiere la necesidad del oponente, que es hablar de la unidad de los contrarios (¿no son las contradicciones motor de desarrollo?; pero, una sociedad libre y fraterna, ¿necesitará siempre de la lucha de contrarios?).

“Alma mutilada”, Ilustra las trampas de la mente; el cómo un interior suceso afectivo puede originar interpretaciones e ideas discordantes con la realidad. Al mismo tiempo, la terapéutica posibilidad de reconocerse tal sentimiento indeseable (“El que ve su propia oscuridad ya ve algo”). Hace pensar, también, en el necesario proceso -tan antiguo en Oriente- de pacificar la mente y el corazón.

Tal es el viaje literario que se propuso realizar Gilbert Delgado Fernández, con 5 estaciones, cada cual con su color y paisaje. Ha buscado escudriñar en el misterio de la Monalisa, que es explorar en las cuestiones humanas, que son, también, las del arte y la literatura. Y, para eso, ensaya temas y lenguajes, formas y técnicas narrativas; explora ambientes; arriesga recursos; oscila entre el texto breve e incisivo y el relato más detallado. Hay en el autor la necesidad de mostrar una pluralidad de perspectivas de las cosas, así como de identificar las dualidades y contradicciones de la existencia humana. No cabe duda, por otro lado, que uno de sus ejes temáticos es el equilibrio, en el individuo y la sociedad. La 1ra. estación de su viaje se denomina “A la búsqueda del equilibrio”; y la última, “El desequilibrio: una amenaza”. ¿Significa que la búsqueda fue infructuosa? ¿O indica, más bien, que su búsqueda personal del equilibrio continúa? Difícil tarea en un mundo que se caracteriza, precisamente, por el desequilibrio. De esa cruda y diaria constatación, le sobreviene a Delgado una inevitable angustia existencial, que es uno de los motivos de su trabajo literario, que ya muestra tramos de prosa notable y bien definida. En “El lado reflexivo”, por ejemplo, Delgado muestra un talento inobjetable para el relato breve que, ojalá, siga cultivando.

Pero, “El gesto de la Monalisa” evidencia, también, esas dos vocaciones tan intrínsecas de todo aquél que nace para la narrativa: la de ser un agudo observador de la humanidad y la de ejercer, lúcidamente, el derecho de crítica de la realidad, en aras del hombre nuevo y de una sociedad sin alienados ni alienadores.





Chiclayo, septiembre de 2009.

Pedro Manay Sáenz.

EL GESTO DE LA MONALISA DE GILBERT DELGADO

EL GESTO DE LA MONALISA DE GILBER DELGADO
Todo buen escritor guarda bajo su manga infinitas posibilidades de atrapar a sus lectores con datos escondidos, con lecciones de honor, con historias trucadas, con pre-textos ficcionales, con retórica pedagógica, con sibilinas anécdotas, con moralejas o con nostálgicas descripciones cronográficas, topográficas, como recurso de su vasto repertorio y su perentoria intención estética. Lo importante es atrapar y mantener en vilo hasta el final a los lectores. Sin embargo, toda esa batería de recursos necesita un hábil manejo y un dosificado experimentalismo de arte fabulador, pasión doctrinal de cada historia, de cada hecho literario, de cada historia pergeñada.

En Gilbert Delgado y su “El gesto de la Monalisa” se conjunciona fundamentalmente esa doble vertiente: la del ficcionador nato que parte de hechos aleccionadores de historias trucadas y la del pedagogo que pretende inmiscuir al lector en cada argumento hasta re-direccionar su formación o su pensamiento, su actitud o la subversión misma de los gestos en su vida post-lectura.

Con un lenguaje llano, con más predominio de sagacidad denotativa en su esquema propositivo argumental y una connotatividad en su manejo de técnicas narrativas y en sus finales cerrados de sucesos, Gilbert Delgado construye un andamiaje de historias de las que se aguarda una lección formadora y una concepción revalorizadora del argumento en su vertiente pedagógica.

Este, es pues, un texto con diferentes discursos poliédricos y estructuras disímiles, desde la historia directa doctrinaria, la construcción fabularia hasta los microrrelatos elípticos que buscan la complicidad de lector y la tácita comprensión del relleno ficcional imaginario, complementario.

Dentro del contexto de la narrativa lambayecana, la tradición ha mandado y ha gestado historias sincréticas de las leyendas rurales con las urbanas, hasta lograr insertar una historia de conversión de la oralidad en texto escrito. Casi se ha mantenido esta propuesta tradicional como una base de correlato de los mitos, las leyendas y las tradiciones, y, que de pronto es roto por “El gesto de la Monalisa”, con un menú literario experimentalista y que entra de lleno en la concepción de la historia post-moderna, como “relatos de convicción” que trabajan el subconsciente emocional y axiológico del personaje hasta convertirlo en un sustrato aleccionador y una propuesta cómplice de creador-lector por complementar vacíos, como lo hiciera el propio Cortázar con “Rayuela”.

Concebido como “educar desde la historia y anécdota literaria”, tomando como eje contextual la casuística argumental; y, adoptando el manejo estructura ágil, directo, sin profusión de laberintos minoicos ni artilugios de doble sentido y complejidad barroca, la prosa de Delgado es limpia, descriptivista, perfeccionista, elíptica, con rasgos propios de una fábula moderna y con una penetrante intención filosófica, axiológica y con una dosificación de equilibro perfecto entre un fondo pedagógico acompañado de un ropaje estéticamente literario.

“El gesto de la Monalisa”, se convertirá no sólo en un referente de prosa pedagógica y de maquinación literaria de profunda convicción forjadora, sino es una clara muestra que los docentes de Lengua y Literatura están comprometidos a predicar con el ejemplo de “enseñar sus virtuales y cualidades creadoras” a partir de la formación y prédica misma de su especialidad. Donde no sólo se sea un mero trasmisor y torturador gramaticaslista o expositor biogra-bibliografista de corrientes literarias, autores y sus característica pasadistas librescas, sino un referente inmediato que no puede haber alumnos creadores, sino son los docentes los primeros en levantar y decir aquí está mi texto, aquí está mi literatura y aquí me quedo. Parafraseando al inmenso Machado, diríamos, “docente no hay literatura ni creatividad; creatividad y literatura se hacen al ficcionar y publicar”.


Lambayeque, setiembre 14 de 2009


Nicolás Hidrogo Navarro


POR FIN INSTITUCIÓN EDUCATIVA PARTICULAR APOYA PRODUCCIÓN LITERARIA

I.E.P. APOYA PRODUCCIÓN LITERARIA
En un medio como el nuestro ― que adolece de iniciativa para el apoyo a la producción de textos escritos ― se convierte en un precedente ejemplificador el hecho de que una institución educativa apoye el quehacer literario de sus docentes.
En este sentido, se resalta el desprendimiento de la I.E.P. “El Nazareno”, de Chiclayo, en las personas de su Promotor Prof. Marcial Banda Rafael y Director Prof. William Morales Vásquez por destinar sus fondos en beneficio del arte y la educación lo cual se convertirá, a la larga, en una cuota de garantía a la colectividad con respecto del trabajo profesional en lo que a comprensión y producción te textos atañe.
La I.E.P. “El Nazareno”, de Chiclayo, cuenta en su plana docente con el Prof. Gilbert Delgado Fernández, miembro fundador del grupo literario Maestros Constructores de Textos (MACOTEX) quien, bajo el auspicio precisamente de la I.E.P. antes mencionada, nos entrega su segundo libro, esta vez con el título de “Siete pecados capitales de la educación actual” que abre el camino de la ética-ficción dentro de la literatura regional y promete un juicio concienzudo con respecto del sistema educativo y el modelo de hombre a formar lo que, de seguro, dará mucho de qué hablar dentro del ámbito educacional.

lunes, 24 de mayo de 2010

LA SEUDOBOHEMIA EN CHICLAYO- OPINIÓN DE NICOLAS HIDROGO



EN BLANCO Y NEGRO- PERFIL DE LOS ESCRITORES LAMBAYECANOS POR LUIS HEREDIA




MACOTEXT, ÁLBUM MICRONARRATIVO


MACOTEXT, es un acrónimo de maestro Constructores de Textos, nueva agrupación literaria en Lambayeque que reúne a docentes de Lengua y Literatura con un propósito fundamental: publicar textos que contribuyan al acervo pedagógico de los estudiantes en la región Lambayeque, inicialmente, y luego al Perú. Iniciado por docentes poetas y narradores como Gilbert Delgado, Antonio Castro Cruz, Pedro Manay Sáenz, Nicolás Hidrogo Navarro, Leonardo Serrano, se constituye en la propuesta más serie de un fondo editorial para publicar textos en la región norte del Perú y realizar contribuciones pedagógicas, metodológicas e intelectuales.
Oficialmente el círculo se funda con la edición del texto “El gesto de la Monsalisa” de Gilbert Delgado. En su segunda edición figura “Álbum micronarrativo” de Antonio Castro Cruz, del cual damos una muestra.
Nicolás Hidrogo Navarro


ÁLBUM MICRONARRATIVO



Antonio Castro Cruz

ANTONIO CASTRO CRUZ (30/11/79)

Miembro activo del Grupo “Conglomerado Cultural-Chiclayo, comentarista oficial de textos. Ha publicado en las revistas “El Parnaso de Apolo-Mayo 1999, “La Ceremonia de los Maestros”- Julio de 2001, “El Maestrante”-UNPRG, Mayo de 2004. Ha sido Jurado Calificador y Declamador en las instituciones I.S.P.P. “Ricardo Palma”, I.S.P.P. “Sagrado Corazón de Jesús”, I.S.P.P. “Peruano Canadiense”, Municipalidad de José Leonardo Ortiz y Penal de Picsi. Ha dirigido talleres de teatro infantil en la I.E. “COSOME”, I.E. “Ramón Espinoza Sierra”. Ex docente de Educación Superior en el I.S.P.P. “Peruano Canadiense”. Ex docente de Educación Artística en la I.E. “Paula Frasinetti”. Actualmente ejerce la docencia en la I.E. “AFUL (Chiclayo-Lambayeque-Ferreñafe).
Email del autor: anthonydesaint@hotmail.com


PRESENTACIÓN

El arte se concreta mediante el artista. El artista renuncia a ser un mero instrumento para el arte. Fragmentos de conciencia se inmortalizan junto a la obra artística: es un acto de rebelión.
Esto concluyo al repasar las micronarraciones que muy gentilmente me ha alcanzado el colega Antonio Castro Cruz y al toparme con líneas temáticas tales como:
• El desengaño ante el rol del hombre como sujeto principal de la creación. Donde bien puede surgir la interrogante ¿Representa verdaderamente el hombre el grado mayor de perfección entre todo lo creado? Melville consideraba que para su segunda venida Cristo preferiría la forma de una ballena ante la de un hombre. Aristófanes plantea su desconfianza ante un justo gobierno humano en Las aves. (El perro estafado, El genio del Congreso). Luego la demagogia política de la igualdad. Desde antiguo se plantea que sólo la muerte es capaz de igualarnos, omnia mors aequat (El congresista que no podía orinar). Viejos, jóvenes y niños, varones al fin y al cabo, forman la escala de la interminable cosificación de la mujer y con ello la propia degradación del hombre (Prostiniña). Una libélula representa la limitación humana a la apariencia y el consecuente castigo a que esto conlleva (Leyla, la libélula china).
• La corrupción. Estereotipo mayor de nuestra política. El arte exige purismo; el artista no puede construir su obra si no es con los materiales que la realidad le ofrece: sexo, sangre y corrupción. La exigencia antinaturalista del arte no concuerda con la experiencia vital del artista. Ante una tregua imposible éste decide matarse (Un cuento asqueroso). El peruano tipificado por su impuntualidad y toda la farsa de un Concurso para plazas docentes interactúan junto al sentimiento de imposibilidad ante un Nombramiento (Las mil y una plazas).
• El arte como redentor. El hombre idealista, en el sentido que le da Ingenieros al término, es el elegido supérstite (Muerte vacacional). Sólo el arte redimirá al hombre, lo mantiene históricamente ileso. La muerte rehúsa a coleccionar inmortales (Muerte coleccionista).
• La última Esperanza. La sumisa espera del hombre desde un pasado inmemorial hasta un presente desamparado (Elías regresado).
Ya no podemos afirmar que el placer de la lectura literaria obedezca a un impacto visual (caligramas) o auditivo (acentuación rítmica) o a la pura acción (trhiller’s). En plena Era del Conocimiento esto ya no funciona si es que no tiene como complemento la reflexión. El conocimiento de la actitud del hombre ante la sociedad y ante Dios nos da justamente los elementos necesarios para el pensamiento y la reflexión. Antonio así parece entenderlo. Bien por él y por sus lectores.


Gilbert Delgado Fernández.



A mis hermanos en el arte.
Para mi hijo Pierre Antoine
Para mi familia
A mis alumnos
Y mi centro de trabajo.


ÁLBUM MICRONARRATIVO

EL PERRO ESTAFADO.
Mailo siempre estaba inquieto. Quería ser ave y volar, pez y nadar, caballo y correr sin parar.
Cierto día le dijo un científico: “Puedo tu deseo cumplir. Te convertiré en hombre y podrás volar, correr y nadar”.
El pacto se cumplió. Mas el perro siendo hombre corría porque no había para los pasajes, nadaba para comer algo del mar y volaba al ver a los congresistas.
Convertido en hombre. ¡Qué gran estafa!



EL CONGRESISTA QUE NO PODÍA ORINAR.
Padricio de la patria. Tenía el título de conferencista de sobra. Pero un día al hablar de igualdad (Proyecto de ley presentado por él) se metió en un rollo tremendo. Él nada de esto practicaba. El rollo fue peor porque quería orinar y no salía de las preguntas. Media hora después se mojó en los pantalones. ¡Igual al agua, igual al bebé! ¡Sí, igualdad para todos!

MUERTE VACACIONAL
Por coger una paloma Eliseo cayó de un cuarto piso pero la Muerte en sus brazos lo contuvo. “No temas- le dijo- estoy de vacaciones”.



MUERTE COLECCIONISTA.
Sin descansar, la Muerte, coleccionaba vidas. Pasó por una cueva de artistas. ¡Vaya!- se dijo- ¡Aquí no hay nada que coleccionar!


LAS MIL Y UNA PLAZAS.
Fue Hortensio a postular, pues se quería nombrar de profesor. Al llegar vio que eran mil y una plazas, corrió a coger un expediente. La atención era hasta las 10:00a.m. y él había llegado a las 10 y 01.
- “Lo siento. En el minuto perdido se cubrieron mil vacantes” Le dijo la secretaria.
- ¡Listo. Queda una! Sonrió Hortensio.
- Lo siento, esa vacante ya está comprada. Pero no se preocupe, nos vemos dentro de cien años.



PROSTINIÑA.
- ¿Quién eres? Preguntó un viejo a una niña.
- Soy prostiniña.
El viejo intentó cogerla y ella gritó. Anterior a esto un joven y un niño quisieron hacer lo mismo y el padre que era cargador los había masacrado.
- Ah- se acordó la niña- no soy lo que decía; me llamo Pristi y soy niña, o sea Pristi niña. Y se puso a jugar.



ELÍAS REGRESADO.
Bajó del cielo un carro muy bello, con caballos de fuego.
- ¿Quién eres? Preguntó un niño llagado y pálido.
- Soy el de Tisbe, siervo del Señor.
- De verdad no te conozco, me voy a morir… Qué lindo carro. ¿Podría tocarlo?
- Sí, para eso he venido, ha llevarte con nuestro Dios.
Aquel día ambos subieron al cielo.


EL GENIO DEL CONGRESO.
En el gran desierto del Congreso, un hombre se arrastraba. Encontró una lámpara que frotó y un genio le dijo:
- Amo, si deseas te daré dinero, mujeres, ropa, comida, viajes, gala, autoridad, inmunidad y todo esto sin trabajar.
- ¡Todo eso, todo eso!
- Sí, te convertiré en congresista.
- ¡Qué, olvídalo genio! Prefiero morir de sed.
Dicho esto arrojó la lámpara muy lejos.


LEYLA, LA LIBÉLULA CHINA.
Érase que era y érase que será que una libélula, por sentirse superior, se hizo la cirugía y quedó chinita. Creyó que todos la envidiarían pero nadie le hizo caso. Todos creyeron que era un fenómeno y se casaron con las normales. A ella se le pudrieron los ojos y murió en una horrible pestilencia.


UN CUENTO ASQUEROSO.
- “Víveme”. Le pidió un cuento al narrador.
- ¿Sobre matrimonio? Preguntó éste.
- No, después vienen las relaciones y eso me da asco.
- ¿Sobre asesinatos?
- No, la sangre me da asco.
- ¿Política?
- No, la corrupción me da asco.
- Tanto insistir el narrador se llenó de amargura y decidió matarse.
- No lo entiendes. Dijo el cuento. ¡Soy muy asqueroso! ¿Debes vivirme de manera diferente!

FOTOS DE LOS VISITANTES DE NOCHES DE CUENTO Y POESÍA

ALFREDO JOSÉ DELGADO BRAVO Y ANDRÉS DÍAZ NUÑEZ: DOS CHOLOS SÍMBOLOS, EL NORTEÑO Y EL SERRANO PERUANO- Apunte de Marcoantonio Paredes

JOSEFO, CON-CIENCIA DE BARRO

JOSEFO, CON-CIENCIA DE BARRO

Por: Luis Heredia Gonzáles.

Un día de esos, de tantos, de cualesquiera, esa forma de aseverar y dar por verdades absolutas lo que puede rumiar como fundamentos irrebatibles e impajaritables, quién más si no él para tenerlo “cableado todo”. Metafísico, porque considera que él está para verdades superiores y es que sus inmensas narices están incluso tras las huellas del sionismo universal, una de sus más preclaras obsesiones.

Se trata del único y el mejor a decir de él, Sí, se trata de José Rodrigo Avendaño conocido en la prosapia farandulera de la plástica como Josefo. Gordo rechoncho, colorado, natural de Cúsupe, dipsómano, de pelo cano, megalómano por convicción, de estentórea y aguardentosa voz, manipulador y ampuloso.

Luchador tenaz y obsesivo de toda mafia artístico-cultural. Quijotesco; una de sus máximas aspiraciones, mismo Mad Max, es realizar una cruzada personal y casi policíaca para acabar con la mafia lambayecana, a decir de él, la más poderosa del mundo. Y como enemigo nadie puede subestimarlo, invencible como boicoteador, esto lo puede constatar otro artista como “Arracacha” Carlos Ramírez Soto, aquellas sonoras ratablancas, que estremecieron el auditorio del INC atestado de notables y artistas. Esa conspiración botella en mano que los literatos jóvenes sufrieron cuando reclutaba para libar e impedir el acceso a esos entusiastas recitales literarios organizados por ellos, lo que no deduzco son las razones que le impelieron a tomar esas letales decisiones.

Tiene enemigos jurados, enemigos para siempre, con este artículo sus señalados ya saben de lo que se trata. Sus enemigos no sólo son conocidos, son también deducibles y sobre todo “mafiosos”. Josefo es todo un clásico de la provincia, ideal para la crónica, archivable, retratable –aunque también registra- tiene un mérito: contar con un archivo de audios y otro escritos, tiene registrado todo; fotos, audios, manuscritos. Dentro su material clasificado con la categoría de supra confidencial posee declaraciones de Stanley Vega en estado de ebriedad, ese archivo consta de tres volúmenes, los escritos de la guerra de correos electrónicos librada con tenacidad y virulencia hace poco por los jóvenes vates, registrados también los cadáveres exquisitos de toda la bohemia chiclayana. Si fuera escritor tendría el material suficiente para escribir una comedia.

también en su mira están los “Cromolírico Trazos”, Carlos Bancayan, Chocho Tello, que conforman la más consistente mafia cultural, un tinglado de alcances universales y que él dice ser su más encarnizado enemigo o la futura yacuza literaria esos literatos sin editorial como son Nicolás Hidrogo, Fernando Odiaga, Ernesto Zumarán y César Boyd. Quien les escribe, este modesto articulista lo ha escuchado siempre, le ha prestado atención y puede dar fe de lo expuesto.

Sus convicciones políticas son otra cosa compleja, sueña con “empalar” comunistas, con acabar con los “tronchistas”, respetuoso de las elites, justificador del despotismo, señala que Hitler perdió la guerra por exceso de nobleza, fascista convicto y confeso. Desde su imaginario y su tristísima invasión cerril, paupérrimo y eriazo cerro Pompurre, posee la oficina de una gestapo. Considera que Alan García es intocable no sólo por su investidura también por su peruanísimo estilo de hacer política, le desea - en su criollada- los mayores éxitos en sus planes de instrumentación. Sus teorías sobre el sionismo del que habla hasta el cansancio y al que considera todopoderoso creador y cómplice de todo suceso político, económico, intelectual, cultural.

Tiempo atrás fue rico, escultor prospero del sistema, el más recomendado dentro del clientelaje político, bebedor de Whisky (Old Parr, Chivas Regal, Ballentines) Vodka (Absolut, Stolishnaya) Ron (de Medellín, de Caldas, Pampero, Jamaican Run) Pisco (Quebranta, Acholado y selectísimo Sol de Ica) pero hoy en desgracia, fabricante y vendedor de chucherías, viajero de combi como polizón, bebedor de licor adulterado, caña con urea, ron de quemar, chicha con barro, y un largo etcétera que le hacen añorar su edad de oro de parrilladas, marucha, milanesas, lasañas y vino Concha y Toro (Cabernet Sauvignon, Chardonay, Carmeniere.)

Su movimiento cultural denominado a capricho de Josefo “Cultura Chicha” desde el que planea remover las estructuras conceptuales de la plástica, yace aún en su imaginario, dicen las malas lenguas que con su idea, lo mejor que puede hacer es establecer y marketear un negocio de venta de chicha en su lote del cerro. Enemigo declarado de lo panfletario, socialistón, caviarón, quiere hacer de los dogmas xenófobos la nueva concepción de arte moche. Personalmente le auguro poco éxito a tan “magno” proyecto.

Pero Josefo tiene sus méritos, me permite con sus aseveraciones dar consistencia a mis artículos. Considera a Rubén Mesías; un ser divino, fuera de este mundo. A los “Víctimas del vacío” y sus camaradas como seres sublimados; con la mente y existencia en las estratósfera, al poeta Rodríguez Serquén con una vida a despecho de su suerte, a Luishino y sus tropelías como parte de una pedagogía de subsistencia muy de sí. A Anita Miranda con los espejos y la vanidad más elefantiásica que se puede conocer, de igual forma la poeta Moraima León otra adicta a los espejos. A Moño Viejo o Jorge Fernández Espino como un amante obsesivo por los discursos y el autobombo. Josefo es un psicoanalista intuitivo, un Karl Young pero con calle. Tiene una “escuelaza”.

Josefo ya es inmortal al menos eso es lo que él dice, un Dios, un Baco, un Dionisos, un divino hacedor con la botella en mano. Capaz de digitar destinos ajenos, un Midas como experimentado escultor, ya lo dijo Moño Viejo cuando el mencionado, le dedico una escultura; esa obra es propia de un Miguel Ángel porque “Yo soy hijo de los dioses” (sic. Josefo). Es un iconoclasta, contracorriente, como fundador de Conglomerado Cultural, dice deshacerlo con un tronar de dedos. Y ante él, el inobjetable vasallaje del resto de artistas plásticos de la ciudad de Chiclayo, al fin y al cabo él es propietario de esta ciudad, por ello regresó de Trujillo; porque su pueblo lo necesita.

FERNANDO ODIAGA HACE UN BALANCE DE LA POLÌTICA DE CARLOS MENDOZA CANTO. DIRECTOR DEL INC-LAMBAYEQUE

NUEVO GRUPO JUVENIL DORICOS DE LA UNPRG

LOS PRIMEROS COMENTARISTAS LITERARIOS EN NOCHES DE CUENTO Y POESÍA

domingo, 23 de mayo de 2010

ESCRIBIR O NO ESCRIBIR

ESCRIBIR O NO ESCRIBIR

Por Nicolás Hidrogo Navarro
Como el viejo dilema hamletiano, el acto de escribir estética y literariamente, frente al pavor de la hoja en blanco representa uno de los dulces tormentos más grandiosos que se puede vivir en soledad y en absoluto misterio. No uno sino múltiples son las motivaciones para animarse a escribir, pero sólo una es la causa para dejar de pergeñar en las letras, imágenes, semas, símbolos y alegorías que se transformen en películas imaginadas en la materia gris: la muerte. La acción de escribir puede nacer de una motivación amorosa, de un intento de confidenciar con los otros anécdotas, de un arrebato pedante por demostrar a los demás lo que somos capaces de decir, un intento de monologar consigo mismo o un acto místico de conjurar la palabra y dejar en ella un espíritu chocarrero suelto hacia los lectores.

En los creadores o hacedores literarios, el acto sintomático del escribir, es un acto compulsivo y convertido en una necesidad primaria como comer, dormir, defecar. Este escribir no se limita a contar una historia como la contaría un lugareño o un decir como lo diría un despechado después de una lacrimógena cita. El escribir publicable y disfrutable estética y literariamente es un proceso visionario que combina la emoción, la pasión. La literatura, a diferencia de un texto científico denotativamente frío y objetivo, no es sólo comunicación, sino emocionalidad, arrebato y sorpresa, suspenso y emoción, novedad y impredecibilidad. Un texto literariamente bueno y de calidad mezcla dos cosas: el talento innato –sorpresivo, inexplicable, automático, genial-, y el trabajo tesonero de la refundición, de las mil y un barajas hiperbatoneadas de quites y aumentos lexemáticos.

Escribir no sólo es representar la realidad, sino ficcionarla, transformarla, crear mundos paralelos entre lo onírico, lo fáctico y lo experiencial, es licuar en un menjunje los hechos insólitos con los banales, las melancolías con los chasponazos de efímeras alegrías. Escribir es apagar la vela y prender la luz de la imaginación, es cerrar los ojos y dejar que la mano escriba junto a la luna algún verso remoto de estrellas o algún mítico relato perdido en alguna constelación a la deriva. Escribir es un acto humano y divino, depende cómo, por qué y para qué se escriba, quién y para quién se escriba.

Indudablemente todos, desde la escuela, hemos aprendido a “escribir”, nuestro nombre, la trascripción de los textos, la plana o la tarea con curvilínea caligrafía o con garabatos epilépticos, pero pocos han desarrollado esa capacidad de “escribir con la sintaxis y la estética admirable”, que exige como requisito lo que se llame literatura. Todos podemos escribir nuestras experiencias y cuitas, anécdotas y lamentos, pero no necesariamente le damos la connotación literaria. Escribir literariamente es escribir distinto a los demás, es sorprender en al sintaxis, emocionar en el acomodo de los verbos junto a los sustantivo y parchar con las conjunciones sábanas adverbiales que emanen un perfume adjetival. Escribir literariamente es salirse de la fila uniformada del lenguaje coloquial, es tomar la senda agreste de la innovación y diferenciación. Escribir literariamente es macerar la historia en el porrón del perfeccionismo sintagmático. Escribir literariamente es poner a fermentar a los versos a la luz del tiempo y a la baraja de las palabras hasta encontrar su gemido exacto. Escribir literariamente es hacerlo pensando en ella, pero también exihibible para los demás, es compartir la intimidad de tu alcoba y adornarla con mil y un vericuetos lingüísticos como cuando quieren sorprender a un invitado importante al que esperaste durante treinta años.

Puede que creas y sientas que jamás ganarás dinero escribiendo ni te conviertas en un archimillonario como una J. K. Rowling, puede que no vivas de la literatura muellemente como un best-seller en New York, puede que todas las editoriales te cierren la puerta ante tu ingenua propuesta de publicación, puede que todos te digan que eres un ocioso y vago alucinado, puede que nadie entienda ahora lo que escribes, puede que ahora nadie se percate a un kilómetro a la redonda de donde vives que escribas, puede que recibas una insípida opinión “está bonito” por compromiso o un “está feo” por celo-fastidio de tus colegas de escritura, puede que tus escritos nadie los encuentre debajo de tu cama después de muerto, puede que te consideren y te crean un orate por tu rara manía de leer y escribir, puede que hasta para desanimarte y bajarte la autoestima digan que escribes torpezas, puede que jamás aparezcas en un antología ni tus libros se exhiban en un librería de Barcelona, puede que tu novela o tu poemario nunca tenga un editor ni un crítico literario que te haga un prólogo, puede que no tengas amigos periodistas que te hagan publicherrys de tu vida u obra, puede que no te tente el plagio para autoengañarte y timar a los demás, puede que no mendigues el favor de un auspicio o te arrodilles ante mecenas, puede que no seas de los que escriben por pura pose o figuretismo, puede que no escribas por encargo o comisión de algún potentado, puede que no mezcles el arte con la política, puede que no seas escritor a la fuerza y publicarte con tu plata o de la oficina de un político amigo, puede que estén enterado que el peruano no lee ni comprende lo que deletrea y que el promedio de lectura esté en caída libre a 0.6 libros al año y contando, puede que se te acabe el papel o la tinta mientras escribes y no tengas ni para papel de despacho, puede que hasta tu familia eche a la pira tus sucios garabatos, puede que nadie lea lo que escribes, puede que te cierren los espacios donde acostumbraste y te iniciaste a leer y dejaste de ser un chunchito anónimo, pero ten en cuenta una sola cosa: escribir literariamente es exorcizarte a ti mismo y morirte sonriéndote de los demás.

REFLEXIONES EN TORNO A ESA CERCANÍA A LO LUMPEN EN ALGUNOS ESCRITORES EN LAMBAYEQUE

REFLEXIONES EN TORNO A ESA CERCANÍA A LO LUMPEN EN ALGUNOS ESCRITORES EN LAMBAYEQUE



Por Luis Heredia Gonzáles*



En un país como el nuestro, donde se tienen los indicadores más magros en cuanto a lectura por poblador, donde la mediocridad académica ha alcanzado dimensiones bíblicas, donde la ordinariez se ha convertido en un suprasistema de alcance globalizador y el no leer en un hábito jactancioso. Tiene un efecto como cuando alguien lanza una pelota en una cancha de frontón, es decir recibimos un impacto frontal, veloz y sañoso. Esto resulta lacerante para quienes nos interesamos en la cultura, sostenemos que para el ser humano es indispensable tener sensibilidad social, criterio y reflexión dialéctica.



Por otro lado existen personas que no poseen estas virtudes y no tienen dichas inclinaciones. Esos son los que más abundan y también quienes nos gobiernan.



Pero esto no debe ser pretexto, para hacer lo que hoy por hoy hacemos, para inclinarnos hacia el abismo tal como los estamos haciendo. No, claro que no, no existe pretexto. ¿Acaso no podemos mirar a nuestro rededor y ver lo que esta pasando?, porque se nos ha esfumado las ganas de hacer protesta, porque renunciamos a ser contestatarios y lo peor de todo nos entregamos a un nihilismo suicida, a un fatalismo hidrófobo y a un individualismo cobarde.



Nos vamos a un precipicio, pero no el de los VIDNIC, lo fundamentamos con un parnasianismo disparatado y no el de los disidentes (Baudelaire y Cia.). No rompemos ni un atavismo, le hacemos el juego a la hipocresía con nuestras mezquindades. Nos dejamos avasallar con lo que la oligarquía y sus perros guardianes de la prensa chicha nos obligan a digerir, nosotros seguimos así, perdidos sobre todas las cosas caminando con frenesí hacia el abismo pero no para la creación literaria si no impulsados por nuestra criollísima cobardía.



NOS LUMPENIZAMOS; somos muchachos, en lo político desempoderados económicamente insolventes, socio-culturalmente enmarcados en la cultura de la frustración y vivencialmente descompensados, ¿qué hemos hecho? no quiero entrar en mayores detalles, tampoco me interesa hacerlo. Pero vamos a continuar así, solo lamentándolo o peor aún corriendo hacia ese vacío. ¿La droga nos salvará?, NO, ¿el licor nos salvará?, NO, seremos rebeldes porque ocasionamos escándalos y nos tiramos un cabrito de cuando en vez. Al margen de cualquier forma de vida, nuestra preocupación radica en crear, escribir, componer y no dejarnos avasallar, buscar mecanismos de inclusión, al fin y al cabo todos somos parte de la sociedad en la que vivimos y francamente debemos conocerla y estudiarla mejor.



Encara este mundo, este país y esta ciudad de pacatos y frívolos –Chiclayo-, porque no estamos para tirar nuestra vida y reputaciones por los suelos, porque es trasnochado todo eso que signifique, nihilismo absoluto, actitud perniciosa hacia la laboriosidad, incluyendo el espíritu dionisiaco de muchos artistas y literatos frustrados.



Señores, el hecho de que nuestra juventud y hablo del Perú en menos de una década (por falta de oportunidades) se iguale a la del Salvador y a la de Honduras y se constituyan en los más perniciosos de toda Sudamérica, debe hacernos reflexionar y como músicos, literatos, filósofos, no podemos ser CHICOS DEL MONTON.



Chiclayo, mayo 11 de 2007

PRONUNCIAMIENTO CULTURAL Nº 02-marzo 2007-NO AL ATROPELLO DE LA CULTURA , BASTA YA DEL SILENCIO Y PASIVIDAD

PRONUNCIAMIENTO CULTURAL Nº 02-marzo 2007
NO AL ATROPELLO DE LA CULTURA , BASTA YA DEL SILENCIO Y PASIVIDAD


“Rompamos el pacto infame de hablar a media voz”
Manuel Gonzáles Prada

(Convocatoria a VELADA literaria: defensa del espacio Noches de Cuento y Poesía-viernes 16 de marzo, 8.00 p.m. puerta principal del INC-Lambayeque)

Al Congreso de la Republica

Al Ministro de Educación

Al Consejo Nacional de Descentralización

Al Presidente del Gobierno Regional de Lambayeque

Al alcalde Provincial de Chiclayo

Al Director Regional de Educación Lambayeque

Al Colegio de Periodistas de Lambayeque

A los poetas, escritores, músicos, pintores, escultores, dancistas

A los intelectuales y comunidad en general de la región Lambayeque


“Los tiranos prosperan cuando andamos de rodillas y no de pie. Los déspotas se sienten más poderosos cuando dividen y utilizan a la gerontocracia y jubilados de la vida y el arte y la ponen de su parte imponiendo el miedo, por un plato de cabrito, la conveniencia. Cuando se tiene intereses se es parte del problema, es difícil opinar contra sí mismo”

Anónimo.

¡¡¡Y cuando despertamos, el señor Carlos Mendoza Canto, ya no estaba allí!!!

Alguien que nunca estuvo en Noches de Cuento y Poesía – y jamás leyó una crónica o conoció ni leyó sus textos- no tiene derecho a criticar –puede suponer hueramente, opinar inexactamente, pero no valorar ni aquilatar el inmenso valor y sacrificio hecho viernes a viernes detrás de cada noventaisiete noches de cultural seguidas-, sí tiene derecho … a quedarse con la duda toda la vida.

NUESTRO CREDO DE FE
PRIMERO.- Defendamos la literatura no personas ni nombres. Escondamos los currículos y los títulos profesionales y nobiliarios: saquemos a relucir el título máximo: ARTISTA.

SEGUNDO.- Sentemos precedentes ante el abuso cotidiano de los caporales y gañanes de la cultura. Cuidado tu apatía, tu conformismo puede estar haciendo daño a los demás sin que lo sepas.

TERCERO.- Todo artista es rebelde y contestariario por naturaleza, no comulga con la facilidad y se aleja del fatuo y fugaz poder. A nosotros no nos gustan las caras, los vestidos chillones de unos y murtorios de otros, las risas falsas y la doble moral de muchos, los poemas y los cuentos cursis de muchos, la fonética del discurso del parsimonioso y hasta la manera de caminar de los demás, pero qué aburrido sería si el mundo fuera como quisiéramos para nosotros: no existen mundos propios y perfectos, existen complejidades antagónicas, nuestra vida es compleja y antitética, los fue lo es y lo será.

CUARTO.- La literatura será siempre una expresión suprema de libertad y un volcán bullente de emociones; el poeta una actitud contestataria e inconforme: cuando hallas perdido tu capacidad de rebeldía ese día haz envejecido, haz muerto. No le pidas al mejor poeta ser ovejero; no le pidas al mejor ovejero ser poeta: serían un gran fracaso.

QUINTO.- ¿Quieres solidaridad, actividad y consecuencia social y cultural? Eso no llega del cielo, eso está en ti y a tu lado. No sólo lo pregones y lo exijas en tiempo de guerra y necesidad, hazlo en tiempo de paz, hazlo ahora. Da para poder recibirlo.


SEXTO.- ¿Y no será que somos parte del problema y no nos queremos dar cuenta? ¿Y qué papel te la juegas por la cultura? ¿Actor reactivo, observador cínico, cuestionador hipócrita, tirador de piedras eterno, criticón autodestructivo, propositivo empático, convidado de piedra fracasado?

SÈTIMO:- Definamos: ¿queremos ser como debemos ser o somos como otros quieran que seamos?


OCTAVO.- Si alguna vez nos sorprendimos y criticamos a Nerón por lunático, a Hitler por genocida, a Mussolini por fascista, a Napoleón por ambicioso, a Franco y Pinochet por inhumanos, a Idi Amin por despiadado caníbal y a Bush por tarado belicoso ¿no será qué si llegáramos a tener poder seríamos tan igual o peor que ellos?

NOVENO.- Vida más allá de la muerte a Noches de Cuento y Poesía, ese espacio tuyo, nuestro, de él, de ellos, de todos. Siempre en la noche más negra alguna estrella ha de guiñarnos el ojo.

Chiclayo, marzo- martes 13 de 2007.

¡¡¡Ave lírica y narrativa. No a la lunática pretensión de cerrar el espacio de Noches de Cuento y Poesía!!!


¡¡¡Oh, literatura, poesía y poeta, tempestad e impulso, mil y un tiranos te han pretendido acallar en el tráfago de la historia, nunca lo lograron, este es una gota más en el diluvio milenario!!!

LUISHINO MUCHAS COSAS QUE DECIR DE ÉL

LUISHINO MUCHAS COSAS QUE DECIR DE ÉL
Por Luis Heredia Gonzales

Cada vez que hay homenajes, ceremonias, tertulias o cumpleaños de algún intelectual o artista. Siempre estará presente aquí en Chiclayo, siempre se le considera, se le deja ingresar e incluso participar, poniendo la nota anecdótica de malcriadez, petulancia y majadería, sí, se trata de otro pedestre personaje del color local; hablamos de Luis Hinojosa Baldera conocido en el quehacer literario plaquetero como luishino.

El asimismo vive en el exceso incluido el exceso alcohólico. Luishino es esa mezcla de paria literario y pájaro frutero, un pickpocket librero, pregonero a comisión y un disidente del baño meridiano.

Es un poeta popular, mas por su extracción que por sus convicciones, promotor literario eficaz y vendedor de literatura efectivo, escribe también poemas por contrato (su tarifa por definir, pero con algo de licor se va empezando) dentro de sus obras mas celebres están; Acróstico a Rita Ayasta, Acróstico a Miguel Ángel Bartra y Elegía a Cucho Saavedra. Los dos primero alguna vez alcaldes y el último un famoso congresista que juramento jurando y perjurando; “por dios y por la plata.”

No podemos dejar de soslayar su capacidad para hilvanar versos, para hilar fino en los sonetos y tino mucho tino a la hora de escribir opus románticos, y al fabricar con sus trípticos y otras menudas publicaciones un seguro éxito comercial.

Pero Luishino es cáustico, también corrosivo en términos vivénciales, ni el infierno guarda leña para esa alma. Su conducta en los eventos siempre ajenos a él, deja un hálito a hediondez barraconera, casi nunca solidario, restrega cosas en la cara, dice que los demás poetas son poca cosa, que los otros escritores nada y los que no tienen afición por escribir; ignorantes con mayúsculas. La antipatía no se hace esperar le cierran el paso y a partir de allí comienza a demandar conducta moral por parte de la persona a la que él se dirige, en otras palabras, por parte de él, toda una oda a la majadería.

Luis si se trata de meritos tuyos, una ventosidad de Lope de vega, un eructo de Garcilaso de la Vega, un tufo de malas al despertar de Góngora y Argote, un esputo de Chocano, valen mas que tus ansias de posteridad.
Esa reputación ganada en los precarios locales despenseros de chicha, ese currículo vitae sacado de la cohetera, el pavito, la cañona, el cangrejo, luego despega de Monsefú, sigue su itinerario y en la gran ciudad se extiende a la tía naranjilla, el apretón, el vaso de leche y otros guariques donde se eleva el octanaje, racumin delivery, de noche la corona con un calientito y en la ultima remesa dinero y vueltos de los otros se esfuman en los bolsillos de este inefable poeta.
Luishino continuará en la brega, hará mas poesía, caminará en Chiclayo con sus poemas bajo el brazo y seguirá dejando mal parado a cuanto anfitrión esmerado exista. Viene haciéndolo desde toda la década de 1990 hasta este año 2007 y lo hará hasta que su corazón de beodo deje de latir.

Si no habría que recordar a Genaro Ledesma, su saco vomitado por el personaje en mención pasara al baúl de los desechos, y esta victima del bochorno le quedaran pocas ganas de regresar a la cuidad de la amistad. También al promotor de la feria del libro ese mexicano llegado ocasionalmente a estas tierras. Y que de Chiclayo solo se llevo la cara del poeta como memoración surrealista.


Así es Luishino, el sonetista lambayecano de membresía marginal y periférica.

SAPITO SAPON: La empatía entre dos reinos de la naturaleza

SAPITO SAPON:  La empatía entre dos reinos de la naturaleza
Por Nicolás Hidrogo Navarro

La literatura infantil constituye un proceso pedagógico integrador, que abre un camino hacia la comprensión de mundos ficticios con una intencionalidad didáctica, orientadora y formadora de una conciencia social, reconstruyendo un mundo articulador entre el aprendizaje, fantasía, imaginación y formación de valores estéticos y socio-culturales.
Para Vygosky como para Piaget, el niño asocia sus aprendizajes a sus contextos culturales del mundo adulto de manera gradual. Y su primera visión “real” del mundo lo constituye y representa la literatura. Para ello en el sistema educativo, el docente utiliza como instrumentos de penetración las fábulas, las leyendas, los mitos, las canciones, las adivinanzas, las jitajánforas, el mismo teatro, como una representación misma de la realidad. El niño asume un rol activo, una asociación mental, cognitiva y emocional con el argumento, con la polifonía de las voces y con esa historia como veraz: es el primer mundo que el niño explora, imagina y elucubra y del cual se mantiene recibo hasta su senectud.

El animismo que brota de las fábulas, genera en el imaginario lector o escucha del niño un mundo posible cargado de mensajes subliminales, de seres inanimados que cobran vida, tiene aptitudes y acciones humanas, sin que ello confunda los planos de la realidad y la fantasía. El niño se da perfecta cuenta de esta superposición de planos hasta que entra, según Julián de Zubirìa, entra a la etapa del conceptual concreta, donde se delimita las acciones racionalidades de las irracionalidades y le da una categoría conceptual.
Por ello, analizar un texto de literatura infantil implica, en primer término ubicar la edad mental del lector; en segundo momento la intencionalidad misma del mensaje dirigido, las estrategias post lectura metacognitiva, y en tercer lugar los procedimientos estructurales constitutivos del texto mismos (colores, dibujos, textura, dimensión de las letras, extensión corta, lenguaje adecuado a la edad del lector y la predisposición motivacional y orientación pedagógica de la lectura).
Estos pre-requisitos estructurales y pedagógicos se cumplen en Sapito Sapón de Javier Villegas:

A.- Aspecto de forma
La estructura de nueves segmentos parrafales con dos apartados narracionales meridianamente definidos (Narración 1: el descubrimiento y convivencia interactiva del niño con Sapito Sapón. Narración 2: la ausencia sentida de Sapito Sapón en la vida del niño).
Como el texto está orientado a niños de los grupos etáreos 06-09 años para trabajo pedagógico en aula, contiene 459 palabras (2104 caracteres), lo suficiente como para una lectura pausada que no sobrepasa los cinco minutos y como para mantener la atención y concentración de los niños que en este caso, no sobrepasa los diez minutos.
Siete viñetas interiores ilustran y ejercen el papel, de orientadores y motivadores visuales de la lectura, que con su colorido energizante le imprimen a la historia un realismo complementario a la imaginación semiótica del lector.
Otro aspecto de la forma es la calidad de la tersura misma del couché, que alisado a la delicadeza misma del lector, genera en su tacto una sensación de suavidad misma de la historia.

B.- Aspecto de fondo
La historia de Sapito Sapón es una historia llana, directa y fabulada.
El retrato literario de Sapito, es pintado con una delicada etopeya de personificación noble, confidente que genera confianza inmediata al niño; y con una prosopografía curiosa “tremenda barriga y .. atlética manera de saltar de un lado a otro”, que genera en el lector la imagen de un ser simpático y bonachón.
El manejo de los tiempos se da con una apertura de una convivencia pasiva, que luego se troca en confidencial y con un final inesperado: la desaparición física de Sapito Sapón por los mismos artilugios de los fenómenos de la naturaleza que inclemente fustigan al vecino bonachón.
Esa ruptura mental del amigo perdido, llena en duelo al niño con la promesa de llevarlo “en el corazón”.
La intencionalidad de Sapito Sapón es sensibilizar al lector a partir de una historia ecológica y amical que se genera entre un ser, teóricamente, racional (el niño) y un irracional (Sapito), que fundidos en la magia de la literatura ambos terminan siendo “seres humanizados” que personifican un papel de responsabilidad ante el mundo. La soledad del niño, muestra el abandono moral que los adultos tributan a los más indefensos que terminan por crearse amigos imaginarios.
Sapito Sapòn escuchar la voz interior del escritorcillo que se cuece en el niño, actante principal de la historia y nos transporta hacia la sensibilización y empatía perfecta entre el mundo de los seres humanos y los animales humanizados.
La literatura infantil en el Perú y en Lambayeque en particular tiene en Javier Villegas Fernández a unos de sus exponentes más representativos. Educador, poeta y fabulador infantil, terco promotor cultural, se ha sumado al Conglomerado Cultural para promover la literatura del Perú y el mundo entero sin distingos ni argollas circuleras. Ya es todo un clásico con sus textos en el plan lector y es un gran animador cultural en la I.E. Sara A. Bullón de Lambayeque. Sapito Sapón, es una contribución más a la pedagogía infantil y un claro mensaje ecológico al mundo desde el imaginario mundo del niño y todas sus nostalgias de paz, amistad y valoración de esta etapa maravillosa de la vida. Sapito Sapón, es el equivalente al Platero del magnífico Juan Ramón Jiménez: seres subliminales que inspiran ternura y nos dejan una sensación de vacío y soledad cuando por la magia de la literatura desaparecen. En Sapito Sapón nos extrapolamos e identificamos con el mundo de esos pequeños hacedorcillos solitarios que buscan refugio en el animismo y complicidad amiguera con seres tiernos e indefensos.


Lambayeque, marzo 13 de 2009
Sapito Sapón
En el jardín de mi casa, habita Sapito Sapón. Es un sapo muy curioso, parece tocado por la magia y el encantamiento. No lo vi llegar, hasta que una noche su voz pasmosa y ronca lo delató, y allí estaba con sus inmensos ojos vigilantes, su tremenda barriga y su atlética manera de saltar de un lado a otro.

A veces, me parece que se hubiera marchado. Me invade la aflicción, y pienso que no volveré a tener otro amiguito en mi jardín con quien entretenerme. En ese momento lo busco afanosamente, hasta que lo ubico, lo miro muy solícito, y me doy cuenta que su color verduzco le sirve para camuflarse acertadamente entre las hojas de las matas de hortensia o los geranios.

Rara vez, sale a pasear de día, es muy tímido y asustadizo, sólo cuando escucha mis pasos y el timbre de mi voz salta hasta mí, alegremente. Me acerco y le hablo, como a mi mejor amigo, le cuento que ya le escribí una poesía, un cuento, y que es el centro de mis conversaciones en la escuela.
Parece alegrarse y salta entusiasmado, me pongo en cuclillas y platicamos de lo hermosa que es la vida en el campo, de la forma que debemos cuidar la naturaleza, para que la contaminación no siga amenazándola.

Sapito Sapón me contó que se alimentaba de pequeños mosquitos y libélulas y que, para ello, solamente tenía que sacar su húmeda y pegajosa lengua y el bocado estaba asegurado. Me decía también que cuando el calor arrecia, se esconde en los lugares donde hay mayor humedad, para que el sol no reseque su piel y lo agobie hasta la desesperación.
Cuando intuye que el aguacero se acerca, se pone feliz hasta el delirio, y apenas caen las primeras gotas lanza su croído hasta contagiar a todos sus amigos, que ejercitan su afónica garganta y lanzan al aire su batracia sinfonía.
El agua nos permite reproducirnos- me decía- por ello con nuestro croar rendimos pleitesía a esta magia de la naturaleza. Cuando hay luna llena, conversamos con ella, le hablamos en coro y le decimos que es bella y bondadosa, porque a pesar que se roba la luz, ella la comparte con nosotros desde la ignota lejanía.

Pasaron los meses, hasta que cierto día, el invierno empezó a desatarse con una intensidad descomunal: llovizna, ventarrones, rayos, truenos y un frío tan intenso que cuando hubo pasado dicha temporada, busqué a Sapito Sapón y no estaba por ningún lado.
Me invadió la tristeza, lloré buscándolo por todos lados, y sin señas de él, recordé los momentos más felices que habíamos pasado juntos, lancé un profundo suspiro y me hice la promesa de llevarlo en mi corazón para toda la vida.
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