PUEDE QUE MUERAS ESTA TARDE MIENTRAS ALMUERZAS; PERO LA LITERATURA PUEDE HACERTE INMORTAL
Por Nicolás Hidrogo Navarro
La preocupación por la inmortalidad y por una vida más allá de ésta, ha sido una constante y aspiración universal desde los orígenes de las civilizaciones y la gesta y grandeza de las culturas de la antigüedad. Los etruscos, los egipcios, griegos, celtas, los íberos, chinos, hindús, crearon fórmulas, jucalatorias, conjuntos, actos de esfuerzos supremos y trataron de hacer obras colosales mezclando ciencia, religión, magia, arquitectura, todo por inmortalizarse. El hombre siempre ha querido vivir más allá de su ciclo biológico y, aún en el empuje inicial del siglo XXI, seguimos aferrados de los paraísos ultraterrenales avivado por una gran profusión de martingalas teológicas, filosóficas y metafísicas. El hombre occidental actual, más pragmático, físico, que idealista y subjetivo, ha perdido su fe casi por completo de otra vida y, consciente de su corto ciclo, vive la vida aceleradamente de manera intrascendente, quiere ganarle tiempo al tiempo.
Eso no ocurre con la visión literaria que se tiene del mundo y las cosas. La inmotarlidad del creador no está en su vida, sino en su obra. El recuerdo de su efigie no está en sus suplicios o en sus egomanías, sino el intelecto imaginativo, creador y ficcionador de su trabajo literario. Su inmortalidad no es física, sino espiritual; su cuerpo puede desaparecer y hasta se puede dudar si son o no sus huesos los que se exhiben junto a un epitafio, pero no su obra.
En las constelaciones literarias que se exilien por todo el continente americano no sólo se levanta una nube de cohortes por asirse campo en algún pedestal de barro, de espuma de jabón de afeitar, de granito o de mármol, todos quieren, pero no todos pueden, todos aspiran, peor todos no llegan. La fama actual, puede ser el olvido o la gloria dentro de cien años, sólo la obra consolidará o avalará esa “inmortalidad” traducido en valoración, estudio y memoria de la obra y del creador.
Nuestros clásicos, Homero (el padre de la cultura griega), Tespis, Esquilo, Sófocles, Eurípides, Plauto y Terencio, Virgilio, Tucídides, tuvieron un sentido pleno de la inmortalidad, porque escribieron no para complacer un ego efímero y personal, sino porque sentaron las bases sempiternas del quehacer literario y del cual se han producido un sin fin de repeticiones, derivaciones, amplificaciones, que cuando no se las conoce, pareciera que estamos inventando el formular un verso, el elucubrar una metáfora o el estructurar un poema o trozo en prosa.
La literatura es un buen pretexto de inmolarte por ti mismo y por abrirte un derrotero en tu mísera vida; la literatura puede generarte espacios dialógicos mayores que los que pueda darte un encierro de ocio improductivo y autodestructivo. La literatura puede permitirte vivir entre las hojas, entre las palabras. La literatura puede ser tu más grande hetaira que cada noche te haga sufrir y cada mañana de haga delirar de placer estético al leerte a ti mismo. La literatura puede prologarte la vida, puede dejarte fosilizado en la historia de la humanidad. La literatura puede darte todo, pero necesita de ti la fuerza de la pasión, la entrega plena. Si estás dispuesto y quiero todo esto, es hora que todos lo que tengas de vida, de mundo, de experiencia, lo empieces a plasmar y a organizar en un texto, eres y empiezas a ser cuando enajenas y universalizas tu experiencia que empáticamente se compenetre con los demás.
Por: Nicolás Hidrogo Navarro
(hacedor1968@hotmail.com)
Lambayeque, setiembre 24 de 2006
Nicolás Hidrogo Navarro
Coordinador General Conglomerado Cultural –Lambayeque-Perú
COMENTARIOS DE LOS TEXTOS LEÌDOS
A) Marles Eneque Solano (Gen. 2000)
La poesía de Marles no sólo está embullada de un romanticismo edulcorado, sino que hay en él una actitud expirimentalista de matizar lo sublime con lo erótico, lo humano, con lo carnal, lo subjetivo, lo onírico. Pese a su edad corta, su poesía refleja un sentido innovador, inconforme, por mostrarnos otros escenarios y fórmulas lingüísticas estructurales. Vale su pertinacia de mostrarnos su mundo interior, su vocación amorecida, sus ojos de rayos X para adentrarnos en a erotomanía, y en sus noches de desvelos masturbatorios. Su convicción predeterminista y su búsqueda y afán permanente por una identidad filosófica, lo lleva a generar una poesía que entremezcla el amor, el infinito, la soledad, la nada, la naturaleza, el hombre y las dicotomías de vida/muerte, amor poético/amor cachondo, reflejo/imagen, fuego/agua, mar/tierra, recuerdo/olvido, tiempo/nada. Marles, es una transduccionista y curioso permanente de las formas poéticas, admirable a su edad.
B) Elier Tayo Cubas (Gen. 2000)
La poesía que no tiene influencia lectora y que se empieza hacer en juventud es una poesía más de emociones y sentimientos que de amplificaciones tropológicas y barrocas y de experimentalismo. Eso es lo que ocurre con la poesía de Elier: tachonada del amor prístino, de la mirada inocente provinciana y cándida, de la preocupación filosófica y simple como la vida de un diciochero arraigadamente católico. Sus poemas tiene el combustible primitivo del hombre: el amor de una mujer, el querer alcanzar su cuerpo poético, sus besos invisibles y arrobadoramente candentes, pero sólo en el plano ideal. Es una poesía primitivamente afectiva que demuestra más un mundo interior que su pretensión exterior. En estos poemas brota el sentimiento con escaso ropaje literario, pero premunido de la túnica del humanismo puro, más se sentir que de chacharear, más de corazón que de reflexión, más de verbo que de adjetivo. Elier es el reflejo mismo de lo que es
BASE: FRAGMENTOS SELECCIONADOS DE LOS POEMAS COMENTADOS
TEXTO Nº 01
De: Marles Eneque Solano
Necesito contarte mis silencios de luna
Reír con tu sonrisa
Abrazarte en la bruma espesa que nos esconderá
Me siento mirarme
Reflejarme en tu pecho
Voy a sentarme derecho para oírte a oscuras
Para escuchar esa voz que clama de tu cuerpo
Y ese sonido que viene del mar….
I
EL MAR de nocheS
Junto a ti frente a la mar
Comprendí que los planetas giran ante nuestros ojos
Comprendí que llorar es parte de mi estado natural
Comprendí que debo cuidar los trazos de las serpientes del destino
¡Busco la constelación septentrional de tus piernas!
¡Busco el ardid de nuestras noches de lunes!
II
Expresando nuestros tentáculos de voces,
Siendo libres en la arena
Mi chompa negra aun mantiene tu olor
La playa aun espera nuestro regreso de invierno
Y aquel baile que le prometimos juntos en una sonrisa
III
“uhmm…
Ya me tengo que ir…”
Salio de entre el etéreo de tu lengua
Y seguíamos intentando ser uno en cada movimiento de retroceso hacia la puerta
Y mis manos bailaban en el canto de sus cabellos
Y nuevamente un….
“uhmm…
Por favor ya me voy…”
Pero nuevamente ese misterio que escuda tu boca (me llevo hacia ti)
A unirme en el desquicio de tus fauces
La locura que es besarte detrás del silencio
A Intentar convertirme en el mago de este reloj (que mis ojos observan)
Para que nuestro tiempo se dilatara
Y sentir juntos encima del escritorio la excitaron de Dios
Y nuevamente :
“uhmm…
¡No!, ¡No!, Ya me tengo que ir…”
IV
Tomo su cartera de cilindro
Sus labios sin pintar
Su pelo suelto
Sus uñas cortadas
Sus ojos de esperanza
Y salio por la conexión a la calle
Para irse junto a su libertad
Al tiempo de de regreso de mañana
Para buscar nuevamente a su “baby”
Entre el camino a aclamop
Mis pensamientos van junto a ti donde quiera que ocupes tu lugar
Y el poema es: Dedos días Noches
Tiene el sonido del viento en su manos
Tiene el secreto del mundo al revés
Tiene las palabras exactas una y otra vez
Se mueve suave y habla despacito
Su sonrisa me obliga a correr
Mientras ella colorea mis pasos cada vez…
¡OH bello y encandilado sueño!
Que despiertas en mí la nube del atardecer
Búscame aquel “angel de luz” que destruya mis tinieblas
Aquel ser “j” que no me atrevo a mirar directamente
¡OH bello y encandilado sueño!
Que sentado y meditabundo
Te busco entre mis versos
¿¡Donde te escondes!?
E querido morir una noche en tus brazos
Imaginar los salpicones de miel en mi cuerpo
Solventar la planicie de tu vientre en el albor de mi palabra
Sacudir tus pechos admirados por el aire en cada mañana
Y direccional la guía hacia la espiral vertical de mi ser
¡OH bello y encandilado sueño!
Cuando estas ausente
Cuando fuera de mi he querido convertir tus labios en miradas
Contarle gritos a las mañanas
Y esperar que este veneno hechizara mis venas
¡OH bello y encandilado sueño!
La brisa del papel ha regresado
En aquel viento cromado de tu piel
Demostrando que la tinta de tu saliva
Soporta el sufrimiento de mi risa
¡OH bello y encandilado sueño!
Olvídate que existe el día
Olvídate que existe la noche
Olvídate que existe nuestro transito urbano
Olvídate de todo, ¡todo!
Solo ven aquí
E iluminemos este camino….
Y el poema es : “J”
Te digo adiós y acaso te quiero todavía
Quizás no he de olvidarte
Y no te quiero decir adiós
No sé si me quisiste...
No sé si te quería…
O talvez nos queríamos demasiado los dos…
Hoy he muerto
Y He… hecho explotar el vacío
He… he hecho explotar mi nostalgia al recordarte
He hecho explotar la sangre de mi cuerpo
He hecho explotar tus recuerdos en mis golpes a la pared
He hecho explotar tu mirada escribiendo tu nombre sangrante en cada uno de mis dedos que te tocaron
He hecho explotar tus besos
Besando este ambiente que nos confundió
He hecho explotar tus cabellos e esta soga que lastima mi cuello
Y explotare con este odio a mi mismo
Si no vuelves, si no regresas….
Hoy he muerto.
Y el poema es: “Llamada”
TEXTO Nº 02
De: Elier Tayo Cubas
TUS BESOS
El vapor de tus labios en mi boca se fermenta
y en el frío se desvanece,
por eso que cada día que amanece el sabor de tus
besos desaparece y la flor que había dejado tu boca en la mía
en vez de florecer, fallece.
Tus besos fueron la llave que yo te amé,
que abrieron puertas y dejaron entrar al aire
el aire que me hizo respirar hoy se agota, -porque-
el sabor de tu boca empieza a terminar y las puertas
que abriste se empiezan a cerrar.
Tus besos me hiceron soñar; -pero-
como está tan lejos tu boca de los hermosos sueños
ya empiezo a despertar; estoy consciente que será
difícil a tus besos olvidar.
Seguro está que voy a sufrir
que sin el sabor de tus besos no voy a vivir
pues ya probé tus besos y no me importa morir.
UN ÁNGEL
Con el céfiro en sus cabellos
y con los rayos del sol matutino
un ángel llegó a despertarme y
a guiar los pasos de mi camino.
Sus manos matizan tersura de azucenas
su rostro es una fosforescente lamparita.
En su sonrisa está dibujado un novilunio
su voz es la eufonía de una campanita.
Flores se han deshojado en su piel;
su cutis es más fino que el nácar de armiño.
En sus pasos lentos recrea a sus virtudes,
su inocencia es pulcra como la mirada de un niño.
Sus caricias son suaves e infinitas
contemplar su ternura me enternece,
con su silencio viajo y llego hasta el cielo y
la frescura de sus labios me enaltece.
Abrazarlo cada día es un milagro
querer ofrendarle un regalo es un don
por el amor que me ha dado, amerito lo mejor del universo
y no quiere nada, sólo desea mi corazón.
Con júbilo me envuelve en su regazo
y mi alma vive un inmenso amorío
de mí brota una primavera de esperanzas
y su calor cándido me cubre de la rutina del frío.
LA HOGUERA
Más leña a la hoguera
más leña, más leña
no importa cortar árboles y
frescos abandonarlos en
la hoguera.
La hoguera crece, no tenemos el valor de apagarla;
el humo se hace negra y así seguimos mirando,
no importa que nuestro ser entre pesadillas está temblando.
A los que les incomoda el humo,
Intentan apagar a la hoguera,
como son tan pocos, terminan por llevar
a la hoguera leña.
No importa que nuestra vida es pequeña.
Nacen nuevos seres y la hoguera sigue,
retoñan los árboles y la hoguera los espera,
no importa que esos nuevos seres arrastren los
retoños y lo lleven a la hoguera.
Así es la vida en la tierra,
unos lejos y otros adherentes a la hoguera,
a veces el nuevo ser se combustiona y el que
lo envía llora porque pierde parte de su capital,
-pero- aún así no se da cuenta que muchos pierden algo
-y- siguen haciendo mal.
Las llamas de la hoguera ya se hacen un caudal.
El tiempo pasa y todos llegaremos a la hoguera
-pues- no tuvimos el ímpetu de apagarla.
Algunos con lágrimas iremos, y a los que se creen valientes los arrastrarán.
No importa cómo llegar, lo que importa es que nos vamos a quemar.
Pediremos aguas quizás y Dios nos va a contemplar,
le diremos ten compasión y él nos dirá: “Ustedes lo quisieron, ustedes
se ayudaban en preparar y aunque me duele porque son mis hijos –pero-
en su hoguera les tengo que dejar”.
Amigos, no llevemos leña a la hoguera.
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