“NOCHES DE CUENTO Y POESÍA”:
EL GRAN ESPACIO DE CREADORES LITERARIOS EN CHICLAYO
Nicolás Hidrogo Navarro
hacedor1968@hotmail.com
(Escritor, docente de literatura)
La literatura y sus creadores son aves silvestres: nacen libres e indomables.
La cultura literaria en la región Lambayeque no sólo adolece de espacios plurales y abiertos, sino que está carente de políticas y apuestas culturales desde arriba –presupuestal y programáticamente, como línea de trabajo y no simple discurso lírico y de relleno coyuntural, para someterlo-, por ello sus iniciativas nacen desde abajo, desde la pluralidad y el ejercicio literario. Existen espacios para presentar textos o celebrar aniversarios esporádicos, o hacer un recital de cuando en cuando, pero no consuetudinarios ni espacios tertulieros, permanente, coherentes y sistemáticos y con apuestas definidas in crescendo. El INC-Lambayeque, que alguna vez lo fue, hoy no lo es por criterios restrictivos, condicionantes y manipulatorios. El problema no es que abunden los espacios, el problema es que esos espacios no están solícitos ni prestos a querer proteger, albergar y amecenar a los creadores, sin restricciones ni coactaciones de sus libertades, por antonomasia creadores y funcionales.
Lambayeque está pretendiendo coparse y saturarse de aculturación arqueológica y pareciera como que una huaca o resto arqueológico tiene más valor que sus hombres y cultores vivos. Martha Hildebrandt, la destacada e inefable lingüística peruana, refiriéndose a esto en Radiprogramas del Perú, el 21 de febrero de 2007 (9:04 a.m.), en Ampliación de Noticias, anatematizó con gran frase lapidaria y ya trascendental “No pongamos nunca por delante las ruinas, al patrimonio vivo de los hombres”. Entender que la cultura en Lambayeque es la sumatoria de su legado arquitectónico, arqueológico, histórico y de sus hechos y expresiones vivas, es poner en su dimensión a cada uno: no matemos la cultura viva para luego venerarla.
La necesidad de espacios culturales libres sin censura oficialona, filtros retrógrados, ni mordazas controlistas, ni condicionamientos politiqueros, se hace una necesidad imperante en el Perú en general y en el Lambayeque en particular. No sólo porque no existen como tales, sino porque son escasos y sin ningún apoyo ni promoción oficial. Los espacios creados para vender cultura tienen propósitos más mercantilistas que proyectistas, más se parecen CEOs o centro culturales con presupuestos, burocracia y funcionamiento de ONG – “En nombre de los pobres, niños o mujeres, se enriquecen”- por ello cuando irrumpe un espacio creador por y para ser tribuna de artistas, ese suele ser por antonomasia contestario, libérrimo, temido y mirado con torvo rabillo de ojos, estos politeamas tertulieros son más concurridos por pasión que por ofrecimiento de alguna comidilla, y más aún si suena a conglomerado de ideas, tendencias complementarias y hasta antagónicas, opiniones divergentes y recurrencia irrestricta, suelen nacer fortalecidos y caminando por sí solos.
En Chiclayo, desde el interior del INC-Lambayeque, hace cuatro años –después de diecisiete años de accionar individualistas- nació la idea de gestar un espacio permanente y no simplemente ocasional, abierto para todos y no para un grupúsculo ni circulero literario, ese espacio debía tener un nombre que sonara a todos, que representara todas las tendencias y que desapareciera toda frontera cofradal o argollera para poder leer y ser parte de las reuniones o invitaciones, que pase del simple y tradicional recital y evolucione hacia la lectura de cuentos y poemas con comentarios hermenéuticos, semióticos, pragmáticos y que sea una tribuna de ponencias filosóficas, sociológicas, antropológicas, literarias, lingüísticas, que recoja el avance reflexivo del quehacer cultural en Lambayeque y en el Perú entero, ese espacio debió de llamarse “Conglomerado Cultural” y su sub-género “Noches de cuento y poesía”.
Chiclayo una plaza fuerte de cuento y poesía en la macro-región norte del Perú
Ficción y fusión de leyendas urbanas
En los anales de la historiografía cultural no se registran -desde los tiempos del periodo republicano cuando nace nuestra auténtica literatura nacional-, antecedente organizacional alguno de espacios académicos permanentes ni dentro ni fuera de casas superiores de estudio en la región Lambayeque, de lectura y comentario especializado de textos literarios. Todos los espacios de tertulias se han circunscrito al recital, presentación oficial de textos, homenajes, aniversarios, condecoraciones, pero sólo en circunstancias esporádicas y con espíritu de círculo cerrado, es decir en el recital del grupo A, solo participaban todos los integrantes del susodicho grupo, los demás eran invitados que debían aplaudir sí o sin saber la merituación de lo leído, por pura formalidad y compromiso de asistente.
La tradicionalidad en la región Lambayeque –Chiclayo-Lambayeque-Ferreñafe- se dio con énfasis en el campo lírico –no tenemos a ningún narrador, cuentista o novelista, que se le haya colocado en sien alguna corona de laurel- y presencia casi anónima de los narradores. Sin embargo, a partir del año 2004, con la irrupción de Noches de cuento y poesía, todo el embalse de cuentos y cuentistas se desbordó, surgiendo una ola de tsunami con textos narrativos.
Dentro de esta falange de creadores narrativos se encuentran Rubén Mesías Cornejo, Joaquín Huamán Rinza, Hugo Rojas Mendoza, Dandy Berrú Cubas, Nicolás Hidrogo Navarro, Marcoantonio Paredes, María Elena Flores Alvitez, Antonio Castro Cruz, William Célis Guerrero, Teresa Menor Alarcón, Abraham Ibáñez Meléndez, Rocío Ríos Arroyo, Juan Montenegro Ordóñez, Roxana Ayasta Seclén, Gerardo Carrillo Burga, Brander Gonzáles López, Juan Carlos Flores Tucto, Marles Eneque Solano, Paul Muro Losada, Fiorelita Sánchez Lapoint, Mabel Díaz, Alejandro Suyón, Guillermo Figueroa Luna, José Puga Mendoza, Juan Carlos Briones Dávila, José Antonio Ibáñez, David Huanilo, Carlos Bancayan Llontop, Zoila Gonzáles Rivas, Carlos Muro Yovera, Arturo Bravo Flores, Antonio Serrepe Ascencio, Anders Bocanegra Mendoza, Antonio Castro Bernal, Luis Alberto Hurtado Ramírez, Manuel Burga Altamirano, Víctor Contreras Arroyo, Javier Villegas Fernández, Rully Falla Failoc, Miguel Garnett Jonson, Willy Edilberto Salcedo Cueva, Dagoberto Ojeda Barturén, Alex Miguel Castillo, Wilfredo González Aponte.
Juventud y madurez, noveles y experimentados fluyen con sus historias personales y colectivas para dar voz a este género antes totalmente relegado y sepultado sólo exclusivamente a la aparición de raros libros de cuentos en el panorama regional y presencia casi muy escasa de narradores en la escena nacional – Sólo Enrique López Albújar y Mario Puga Imaña, traspasaron la escena literaria local.
La temática narratológica no sólo tiene mucho que ver con la edad, lectura y emulación de autores favoritos, formación profesional, ubicación generacional, sino también con la vivencialidad terrígena. Es así como cuatro grandes bloques temáticos caracterizan a esta narrativa a) La transmutación de las historias de leyendas y aparecidos de literatura oral rural en temática de leyenda urbana (Arturo Bravo, Joaquín Huamán, Antonio Serrepe, b) La endogenación vivencial recreada de las historias personales con agentes narradores en primera persona (Brander Gonzáles, Marcoantonio Paredes, Paul Muro, Roxana Ayasta, Juan Montenegro, Nicolás Hidrogo, etc.,) c) La ficcionalidad de la prosa poética y los mundos posibles (Marhie Linares, Marles Eneque, Fiorela Sánchez, ) y, d) La temática social y literatura de compromiso (Dandy Berrú, Víctor Contreras, Carlos Briones, Dagoberto Ojeda, Joaquín Huamán, etc.).
Poemática del desarraigo versus poética del escapismo azul
En Lambayeque vivió y pervivirá una poesía entre individualista y lastimera del amor sufriente y aquella que busca artificiosamente superar las barreras temáticas del tradicionalismo construyendo metáforas holísticas que sin tener monotemática y siendo un dechado de desconexiones, pretende ser el ágora casi prometeico de poetas del mundo, sin fronteras ni encasillamientos de métrica, ritmo y rima. Poesía versolibrista y evolucionada más a la forma que el fondo, las nuevas hornadas poéticas llevan el sello de falta de una identidad marcatoria, plena de yoísmos sempiternos y capaces de construir onirismos mágicos que suenen discordante entre unos y otros.
En esta pléyada de poetas, generacionalmente entremezclados en los 60, 70, 80, 90 y 2000, sobresalen, Ernesto Zumarán Alvites, Salomón Valderrama, Eva Velásquez, Nicolás Hidrogo Navarro, Marcoantonio Paredes, María Elena Flores Alvítez, Manuel Burga Altamirano, Carlos Bancayán Llontop, Jorge Fernández Espino, Magali López Solórzano, Jonathan Larrea Colchado, Teresa Menor Alarcón, Naneska Alarcón Gonzáles, Carlos Abel Araujo Pita, Fernando Odiaga Gonzáles, Rolando Barrios Sandoval, Juan Felipe Chilón, Antonio Castro Bernal, Julio César Porras, César Alexander Limo, Stanley Vega Requejo, Jomara Hidrogo Cabrera, Ana Miranda Salazar, Rocío Ríos Arroyo, Ronald Calle Córdova, Carlos Briones Dávila, Arturo Bravo Flores, Matilde Granados Requejo, Luis Alberto Hurtado Ramírez, CHACO GIL, Nevenka Waterdolsfer, Ronald Calle, Marles Eneque Solano, David Villena Reyes, Henger Capuñay Fenco, Javier Villegas Fernández, Diego Lazarte, Fredy Alcalde, Susy Violeta Morales Coz, César Emiberto Gastelo Guevara, Tomás Serquén Montehermoso, Guillermo Ortiz Suárez, Carlos Santamaría, Guillermo Fernández, José Ramírez, Enrique Ríos, Néstor Cerna, Percy Espichán, Alberto Zelada, Edgar Palacios, Juan José Soto Bacigalupo, Melissa Ramírez Arévalo, David Núñez Baca, Miguel Otero Zapata, Elier Tayo Cubas, Mercedes Orduña Tiravanti, Wilfredo González Aponte, Luis Heredia Gonzáles, Ronald Gino Segura Guerrero, Elena Herrera Nisshioka, Joel Cruzado Guerrero, Robinson Velásquez Díaz, Sixto Ronald Chuque Díaz.
Existe casi una predominancia del verso blanco con influencias y temáticas tan disparejas como la propia personalidad, afición y temple. Así en este rubro tenemos dos ejes temáticos delimitadamente claros: a) Poesía del desarraigo amoroso (Tomàs Serquén, Javier Villegas, Jhonatan Larrea, Carlos Bancayán, Robinson Velásquez, Arturo Bravo, Marles Eneque, etc.) b) Metaforismo y escapismo poético (Ernesto Zumarán, Fernando Odiaga, Miguel Otero Zapata, Wilfredo González) y c) poemática social-comprometida (Marcoantonio Paredes, Víctor Contreras, etc.)
La institucionalización de los estudios literarios: crítica deconstructiva en vez de palabreo fofo
La crítica literaria parte del estudio del lenguaje estético y las estructura formales de los textos, de su intencionalidad metatextual y su componente fenoménico del lenguaje, sus usos, formas, signos, connotaciones alegóricas y estructuras de planificación y construcción de los textos. No sólo representa el complemento y la transcreación del texto, sino una necesidad vital para poder generar su motivación y valoración a la lectura. Textos literario sin crítica ni estudio, es sólo un diamante en bruto, sin lectores ni mercado concientizado. Un libro se vende más si existe un marco crítico (presentación, comentario, análisis crítico, prólogo, reportajes, crónica, notas de prensa), donde el aplauso, la necesidad de compra, la valoración se colija de un contexto pre y post-literario.
Un aspecto novedoso dentro del campo de la literatura en los 2000, es la maduración y entrada de los estudios literarios como institución valoradota a partir de métodos de estudios literarios. Tradicionalmente se manejaban las presentaciones de libros, notas, crónicas y reportajes periodísticos y hasta las presentaciones de los recitales con más verborrerico lirismo que con un sostenido andamiaje de estructuras lingüísticas y temáticas de la literatura. Un libro era presentado como una metodología prologuista, donde el envase era más pomposo que el propio contenido, valía más literariamente el prólogo que el propio libro, folleto o plaqueta prologado.
En el, espacio de “Noches de cuento y poesía” prevalecieron varios comentaristas con distintos enfoques, según su naturaleza formadora y perceptora: Antonio Castro Cruz, Milton Manayay Tafur, Elmer Llanos Díaz, Fernando Odiaga Gonzáles, Nicolás Hidrogo Navarro, Manuel Patiño López, Jesús Paiba Samamé, Teresa Menor Alarcón, Javier Villegas Fernández, Stanley Vega Requejo, Julio César Díaz Castro, Carlos Bancayán Llontop, Walter Alva Alva, José Wilson Gómez Cumpa, Guillermo Figueroa Luna, Jorge Fernández Espino, Juan Gamarra Romero, Julio Díaz Merino, Paul Muro Lozada, Juan Félix Cortez, Carmen Sialer, Henger Fenco Capuñay, Pedro Caicedo.
La valoración de un texto literario tiene diferentes abordamientos metodológicos: hermenéutico, deconstructivo, semiótico, pragmático, esteticista y puede tener diferentes enfoques sociológico, psicológico, lingüístico, estético, estructural, funcional y se parte de una lectura comentario, análisis interpretativo y valoración crítica que es el enfoque pináculo. En este quehacer especializado se movieron la aquilatación de más de 450 poemas y cerca de 150 cuentos en los 100 viernes que se vivieron en los cuatro años de incesante quehacer cultural. Así en el comentario semiótico prevaleció Antonio Castro, Teresa Menor y Milton Manayay; en el comentario deconstructivo Nicolás Hidrogo; en el comentario pragmático Elmer Llanos; en el comentario esteticista Fernando Odiaga, Manuel Patiño, entre otros.
Otro rubro complementario es la publicación y presentación de textos en un país y región que adolece de una política editorial, de apoyo a iniciativas literarias y de divulgación cultural. En una región que lee por obligación y no por iniciativa, en una región que no cuenta con ninguna institución, pública o privada, que tenga una imprenta y que edite, publique y divulgue literatura con cierta regularidad. Lambayeque registra ediciones pedagógicas predominantemente de pre-universitario, con escasa suplementística local. Al análisis de los principales suplementos como el Dominical y Lundero de La Industria, el primero sólo registra un 5% de literatura regional; el segundo, registra sólo un 10% de actividades culturales de Lambayeque y 90% son eminentemente trujillanas, en la broma de todos los que hacemos cultura en el medio se dice “Lundero se edita en Chiclayo y se copa con noticias culturales de Trujillo”.
Dentro de estas bibliografía literaria tenemos, “Metáfora”- Conglomerado Cultural, “A esa hora del día” de Nicolás Hidrogo Navarro, “Piedra fuerte” de Luis Ángel Yomona Yomona, “Danza ominosa” de Stanley Vega Requejo, “Dioses, hombres y duendes”, “Coñuma: la pasión por la ternura” de Rully Falla Failoc, “Pizzicato Labio” de Luis Boceli, “A ojo de pájaro” de Miguel Garnett Jonson, “La clavícula de Salomón” de Miguel Lazarte, “Certerni”, de Paul Muro Lozada, “Canto gris” de César Emiberto Gastelo Guevara, “Día de la Luna ” de Susy Violeta Morales Coz, “En la puerta del infierno”, de Willy Salcedo Cueva. “Desde las orillas del Utcubamba” del Círculo Literario Todas las Sangres, “Esa casa que soy yo” de Guillermo Ortiz Suárez, “Palabra sobre los abismos” de Juan José Soto Bacigalupo, “El amor es más…” de Javier Villegas Fernández, “Todavía el paraíso” de Ernesto Benigno Zumarán Alvitez, “Los cupisniques: antecesores de los mochicas” de David Ayasta Vallejo, “Morir en Puerto Tamborapa” de Nicolás Hidrogo Navarro, “Poliedro” de Carlos Bancayán Llontop, “Las noches de mi alba” de Alex Miguel Castillo, “Lima o el largo camino de la desesperación” de Carlos Oliva, “Madrugadas entre brujos y curanderos” de Rosa Berenice Contreras Calderón, “Canto épico a Micaela Bastidas y el encuentro de dos mundos" de Maruja Tafur Núñez, “Los Ángeles También Cantan” CADELPO & José Guillermo Vargas Rodríguez, “Atake lírico”-Revista de ideas y placer-Luis Lagos, “Por los caminos de La Libertad ” de Mercedes Orduña Tiravanti, “El cuadro” de Arturo Bravo Flores, “El parque está lleno de fantasmas y otro poemas” de William Smiht Piscoya, “Blue monn of Kentucky” de Ricardo Quesada, “Flor Carlota y Juan Clavel” de Juan Flores Arrascue.
En esta variopinta publicación de textos, subyace el intento ficcional y metapoético de hacer y vender literatura aunque pocos lo compren y lo lean. La frase “casi nadie vive de la literatura” pareciera no importarle a nadie; más aún esa frase común y corriente “Los poetas son unos locos muerto de hambre”, tampoco parece surtir efecto disuasivo, al decir del maestro san marquino – y ponente en noche de cuento y poesía alguna vez, Miguel Ángel Huamán Villavicencio, en la Universidad Mayor de San Marcos, “increíblemente la carrera de Literatura es una de las más peleadas después de Medicina y Derecho”. ¿Acaso no vivimos una decadencia lectora? ¿Acaso la gente no compra y lee menos? ¿Acaso nuestros registros de publicación de no están mermados y recargados de impuestos? ¿Acaso no existen cada vez menos asistentes a eventos, tertulias y veladas literarias o no es cierto que en las presentaciones de los textos las familias y el vecindario en pleno ocupen el 80% de los asientos?
La literatura seguirá siendo esa rara Ave Fénix que renace cada día mientras menos lectores y auspiciadores exista, mientras las indiferencias y las tropelías la maten o las pongan en el banquillo de las eternos esperas o por la consabida frase “Para literatura no existe nada presupuestado, vuelva Ud. el otro año”.
Lambayeque, abril 16 de 2007
Nicolás Hidrogo Navarro
Coordinador General Conglomerado Cultural –Lambayeque-Perú
Para mi los poemas y el genero lirico son mi vida... quiero contactarme con esta asociacion y asi lograr mi gran anhelo de ser reconocida por mis escritos..!!!!!
ResponderEliminar