¿Qué Ministerio de la Cultura queremos?
Por Nicolás Hidrogo Navarro
La política cultural en el Perú no sólo está negada en el papel y en los hechos, sino en las actitudes de quienes dicen promoverla desde un escritorio de director del INC (ganando la suculenta cifra de S/ 3,300 nuevos soles mensuales), sirviendo de receptáculo y alimentando sus folios informativos para justificarse, ante Lima capitalina. Es que no existe una política sostenida en planificación estratégica, sino directivas y voluntarismo improvisado de programar lo que se viene y hay. Una cosa es promover (generar de donde no hay) y otra cosa es servir de trípode a los artistas que reclaman un espacio para dar su arte, sin fines de lucro.
Los artistas en el Perú no sólo se han resignado a ser parte del paisaje solitario y abandonado en los auspicios, sino que “tienen que portarse bien” para ganarse la prebenda de ser recibido en un despacho burocrático para escuchar la monserga de siempre “Plata no hay, pero te podemos dar sólo el logo, pero si…”.
Para muchos Artistas es una expectativa lo de un Ministerio de la Cultura , con presupuesto y todo, ¿pero acaso no estaremos por caer en un hoyo burocrático que sirva sólo para satisfacer los apetitos laborales de lo que ya están y de los nuevos que están como caimanes en el pozo del nepotismo y del amiguismo, frotándose las manos y alistando el terno para adornar un nuevo sillón?
Queremos un Ministerio de la Cultura con un presupuesto y con gremios de artistas copromoviendo multidisciplinarmente las actividades culturales sin favoritismo de uno y menoscabo de los demás (tal como viene sucediendo en la región Lambayeque). Queremos un Ministerio de la Cultura que fusione y articule los sectores EDUCACIÓN-TURISMO-GOBIERNOS REGIONALES-GOBIERNOS LOCALES-CIRCULOS Y GREMIOS CULTURALES. Queremos un Ministerio de la Cultura que de su presupuesto global asignado, no sobrepase el 5% en gastos de planillas de sus trabajadores. Queremos un Ministerio de la Cultura que sea un centro de promoción -y no un simple receptor inquilino de los artistas- planificada de la cultura, amarrada con proyectos interculturales. Queremos un Ministerio de la Cultura que esté dirigido por gestores culturales reconocidos y formados profesionalmente como tales, así como por artistas o promotores, y, no sea un reducto de politiquería para satisfacer intereses laborales partidarios de los gobiernos de turno. Queremos un Ministerio de la Cultura : Investigador, promotor, revalorador e impulsor de actividades descentralizadas, que fomente la identidad y la pluralidad. Queremos un Ministerio de la Cultura constituido por servidores generados por la meritocracia, ajena a loa tarjetazos partidarios. Queremos un Ministerio de la Cultura que dinamice y reactive las manifestaciones culturales vivas, en primer lugar, y, las arqueológicas, en segundo lugar. Queremos un Ministerio de la Cultura capaz de desencadenar entre la comunidad un sentimiento de pertenencia, orgullo e identidad nacional y local. Queremos un Ministerio de la Cultura que recoja las iniciativas de sus gentes en busca de su propia expresión, extensión, preservación y rescate del pasado y conciencia del presente y el futuro. No queremos un Ministerio de la Cultura saturado de burócratas a los que tengas que tocar diez puertas para hacerte oír y pedir, cuando por lo que ganan, deberían ser los primeros en salir de sus oficinas e ir al encuentro del artista, la razón de ser de su coyuntural empleo.
Entre la gente del arte tenemos que romper el manido prurito que cuando un funcionario público de la cultura abre las puertas y cumple con su obligación, nos está “haciendo un favor”. Por lo que gana, cualquier funcionario público de la cultura en el Perú, no sólo está obligado a cumplir su deber y hacerlo bien, sino que si no lo hace o lo hace mal o a medias, merece ser reemplazado por uno más capaz en el acto.
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