EN TIEMPOS DE SUB-LITERATURA: LA LECTURA NO ERA UN PROBLEMA
Los comics: esos hipertextos atrapadores
Por Nicolás Hidrogo Navarro
La lectura ni es una imposición, ni un método, no es una exigencia ni un pretexto: es pasión de contacto visual entre interés y grafema, necesidad silenciosa y hábito cultivado desde la familia y la niñez. Hoy se han creado muchos mitos y pretextos para no leer: los libros son muy caros, los profesores no enseñan con buenos métodos, no hay tiempo libre, ya no se produce buena literatura.
Se deben haber experimentados en los últimos veinte años unos diez técnicas para "una buena lectura", obviamente compresiva, subrayado, segmentación de ideas principales y secundarias, reordenamiento textual lógico, completamiento de frases, sinonimia, antonimia, construcción de oraciones con palabras desconocidas, semiotización de los actantes, simbolización de personajes, mensajería autoral, lectura veloz, silenciosa, coral, dramatizada, etc., todos ellos han fracasado, han generado un alejamiento y un aburrimiento en los lectores que se sienten forzados a decir que una obra "es bonita y que les gusta" por complacer al profesor y ganarse la nota. Pero lectores metacognitivos, automotivados, esos de los comics, ya no se generan actualmente. Los métodos oficiales Fernando Lázaro Carreter y Dolorier en el sistema educativo peruano – ya anacrónicos y apolillados-, se resisten a ser reemplazados por los renuentes des-innovadores docentes que hoy se resistente contumazmente a quedar en vergüenza al rendir una prueba de suficiencia profesional.
Una agudizante crisis de la lectura entre alumnos, padre de familia y aún docente, nos obliga a hacer un flash back sobre lo que era la lectura hace un par de décadas atrás, cuando el reino del comics, por más reprimido que era en las escuelas y colegios, significaba una irrefrenable lectura que no necesitaba métodos, estrategias ni enfoques de comprensión lectora: la lectura uno lo buscaba, nadie lo imponía ni lo recomendaba, ni condicionaba por una nota, obviamente era una lectura de entretenimiento, pero al fin lectura. Hoy no hay lectura ni de entretenimiento, menos intelectualizante.
La fiebre de los comics duró hasta fines de los 80, cuando la televisión en el Perú empezó a masificarse hasta las provincias.
Los 70 y 80 fueron la cúspide de lo que mal denominaron sub-literatura una cuántos escritores de éxito en ascenso amenazados e interesados que los niños empezaron a leer tus obras llenas de letras y sin ninguna ilustración motivadora, aún sin haber tenido la base de una lectura escolar. Los comics en los niños y jóvenes de los 70 y 80 causaba furor porque era seguirle una secuencia a la palabra y la figura, al argumento y al enganchante final de "continuará…"
Los comics de época no solo causaron furor entre los lectores niños y jóvenes de los 70 y 80 y parte del 90, sino que contribuyeron a dejar habituados a la lectura y convirtió a los hoy creadores. Eran célebres los comcis como "Tarzán", "Turok", "Fantomas", "Tamakun", "Kalimán", "Kápac", "Batman y Robin", "Superman el hombre de acero", "Gatúbela", "Flash", "Juan Sin Miedo", "Valiente", "Linterna Verde", "El Sargento Furia", "Killing", "La Zorra y el Cuervo", "El Pájaro Loco", "Hermelinda Linda", "Aniceto Verdusco", "Memín", "Santos el enmascarado de Plata", "Jene Autri", "El Llanero solitario", "Domingos Alegres", "Tawa", "Águila Solitaria", "Archi y sus amigos", "La pequeña Lulù", "Tribilín", "El Pato Donals", "El Pato Lucas", "Vaquero", etc. Revistas que han dejado más de un aprendizaje significativo y que marcaron época. Lejos de embrutecer u atrofiar la mente o el espíritu lector, lo consolidaron y generan la siguiente pregunta. ¿es que había algún método para enseñarles a leer a estos lectores de comics o era la ayuda audiovisual lo que genera esa subyugante aptitud atrapante? ¿No es posible repensar el comics y la viñeta como una estrategia metodológica de generar el nuevo interés en tiempos de crisis total de lectura en alumnos, docentes, padres de familia y comunidad en general? Quizá se vea como un sueño viejo y utópico. Cuanto más lo prohibían y lo decomisaban los profesores, más se leían. Ahora, en el 2007, ya no decomisan nada, todos van al Internet, a los videojuegos.
La lectura, es una pasión habitual que hay que generarla y encenderla no con rectas que ni el profesor mismo la aplica, sino debe ser una práctica permanente con el ejemplo. Un buen lector es en potencia un creador y un creador es indudablemente un brillante alumno que lejos del paporreteo es capaz de darle significancia a su vida y solución a sus problemas y de los demás. Más lectura para educar el alma y alimentar el arte de escribir y ficcionar el mundo. Más lectura para cambiar el mundo y poblar el universo de gente que comprenda lo que lea y diga. Más lectura para ampliar la frontera del pensamiento humano.
Testimonio de parte:
Mi padre –consumado lector de revistas de Marcial Lafuente Estefanía- tenía por complemento en su peluquería de Bagua Grande, la famosa peluquería "Okey", el alquiler de revistas desde 1972 hasta 1992, allí me metía a bucear en las revistas que se renovaban cada semana y aún sigo vivo, no me atrofié el cerebro –creo yo- como me decía mi profesor de primaria Julio César Cueva Torres –al que haciendo la cuenta bien, ahora 34 años después, debe haberme decomisado un centenar de revistas por mi terco afán de leer dentro y fuera de la escuela, necesito releer mis revistas, debo buscarlo y pedírselo; al contrario, desde aquellas soleadas tardes donde el sol quemaba como infierno dantesco a 42º C, decidí estudiar literatura y meterme en este vicio y virus mortal: la literatura. Vicio que me la llevaré a la tumba, indiscutiblemente.
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