UN FLASH BACK CON LA POETA GIULIANA AGUIRRE ZEVALLOS
Nos conocimos en aulas universitarias de la FACSHE-UNPRG-Lambayeque, coincidimos en el año y el código de ingreso Cód. 88. Giuliana era la alumna más aplicada y de Sociología y una figura mu hiperactiva en las lides universitarias. Todo el día como ardillita se daba vueltas a toda la universidad como veinte veces, por eso le puse su mote de “La correcaminos”. Impetuosa y posesiva como nadie, de mirada fría, sonrisa sardónica, pero de tiernos y tórridos versos que la pintaban toda ella: una volcánica mujer de temple de una Juana de Arco, de una filosofa de Simone de Beauvoir y de una ternura erótica que destilaba por todos sus poros a lo Safo de Lesbos. Dejó dos grandes amigos universitarios embobados a Luis Ubillús (hoy docente de la I.E. 27 de Diciembre=Lambayeque) y Guillermo Gastulo el más prominente de los estudiantes de Derecho de la época y casi un Robespierre del discurso de la época en el Comedor Universitario, hoy convertido en un exitoso abogado y Fiscal en Motupe.
Giuliana, era pues, una dirigente muy activa y una poeta muy sensiblera, cada vez que leía su poesía sentía un orgasmo pasional incontrolable imaginándome en mi cuchitril universitario de la 8 de Octubre cómo sería esa mujer erótica y sensual del verso en la vida real recostada en una sábana de seda de Damasco oliendo a jazmines, leche descremada y recostada entre versos de Vargas Vila y novelas de Francois René de Chateaubriand que adornaban mi escritorio. De labios curvados cual cimitarra de Las mil y una noches y pulposas comisuras, lunar de encanto sexi francés, de mirada gatubela, de impulsos lúbricos de loba en celo y una terquedad proverbial. Eso sí una chancona y una justiciera a morir.
En la foto con Julio Ramón Riberyo en el Garza Hotel de Chiclayo, datada de 1993, quizá la última del autor de La palabra del mudo en Lambayeque, aparecen (de izquierda a derecha) Óscar Vílchez Vélez director del INC=Lambayeque de la época, Julio Ramón Ribeyro firmando autógrafos, un Fredy Cabanillas enlentado, un imberbe Nicolás Hidrogo, el pintor Iván Hidrogo y Oscar Sánchez Conteras. El motivo era la premiación del premio Lundero que convocaba el diario norteña La Industria Chiclayo=Trujillo y que tanto se siente su ausencia ahora por parte de su directora María Ofelia Cerro Moral.
Tu admirador y hacedor secreto,
Nicolás
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