LITERATURA REGIONAL LAMBAYECANA
a) Introducción
Lambayeque es un departamento privilegiado no sólo en historia y arqueología, en música y religiosidad popular, en gastronomía y turismo, sino también en literatura y poesía. Este auge poético lambayecano se debe a las siguientes explicaciones:
- Porque en nuestro departamento existe una abundante y copiosa producción poética, expresada en un número bastante elevado de poemarios, revistas literarias, plaquetas, boletines, artículos periodísticos de corte poético y literario, etc.
- Porque en nuestro departamento existe una larga lista de poetas, narradores, novelistas, cuentistas, escritores, etc. Este emporio de poetas va desde don Emiliano Niño Pastos hasta la poesía grupal lambayecana.
- Porque la fructífera producción poética lambayecana, posiblemente se deba a las condiciones telúricas, naturales, ambientales y emocionales que existen en la región lambayecana, y que invita a escribir.
- Porque en nuestro departamento contamos con representantes de las diversas escuelas y corrientes literarias que se han dado a nivel nacional: romanticismo, modernismo, vanguardismo, costumbrismo o nativismo o intimismo.
b) Relación de trabajos literarios
- José Barragán Carvallo: “Páginas de Oro Lambayecanas” (Antología de la literatura lambayecana). Editorial Jurídica S.A. Editó Librería Studim S.A. Lima, 1965. Ha registrado 43 poetas pertenecientes a los siglos XIX y XX.
- Luis Rivas Rivas: “Proceso de la Poesía Lambayecana” (1968).
- Luis Rivas Rivas: “Cien Años de Poesía Lambayecana”. En “Libro de Oro de Lambayeque”. Lima, 1980. pp. 59-61.
- Luis Rivas Rivas: “<> y 30 años de Literatura Lambayecana”. En “La Industria”. Suplemento Especial XXX Aniversario. Chiclayo, 15 de febrero de 1982. p. 5.
- Teodoro Rivero – Ayllón: “Lambayeque: Sol, Flores y Leyendas”. Gráfica Jacobs S.A. Trujillo, 1976.
- Ricardo Rivas Martino: “Antología de la Poesía Lambayecana”. Publicación del “Centro de Estudios y Asesoramiento Rural” (CEAR). Chiclayo, 1981. Mimeo. Ha registrado 56 poetas del siglo XX.
- Segundo Sánchez Delgado: “Pensamiento Poético Lambayecano”. En Revista “Realidades” Nº 4. Publicación del Centro de Estudios Socioeconómicos del Norte (CESEN). Chiclayo, 1981. pp. 34-40.
- Segundo Sánchez Delgado: “La Creación Poética Grupal Lambayecana”. En Revista “Realidades” Nº 5. Publicación del CESEN. Chiclayo. 1992. pp. 60- 65.
- David Céspedes Huamán: “Lambayeque y su Poesía” (1970-1980). Editorial Kemoy. Chiclayo, 1984. Ha registrado 30 poetas de 1970 a 1980.
c) Corrientes literarias y poetas lambayecanos
En nuestra preocupación académica para que las Facultades de Educación de las cinco Universidades lambayecanas realicen un Taller de Poesía Lambayecana, nos vamos a ocupar de las Escuelas o Corrientes literarias que existieron en nuestro departamento. Ellas fueron:
1. La Escuela Romántica.- El Romanticismo apareció en tierras lambayecanas en los últimos años o lustros del siglo XX. La producción poética de sus primeros cultores fue publicada en periódicos y revistas de ese entonces. Es decir, nuestros poetas románticos lambayecanos nacieron y produjeron en el siglo XIX y comienzos del XX.
Entre los poetas románticos lambayecanos se mencionan a Emiliano Niño Pastor, José Clodomiro Soto y Ortiz, Fidel Arana Rodríguez, Sara Antonieta Bullón La Madrid, Germán Leguía y Martínez, Arturo Schutt y Saco, Gregorio Campos Polo, Rómulo Paredes Gonzáles, Víctor E. García Suárez, Augusto Fidel León Paredes, etc.
2. La Escuela Vanguardista.- El Vanguardismo constituyó la continuación del Romanticismo, apareciendo a comienzos del siglo XX. Entre sus poetas representativos lambayecanos están: Juan José Lora Olivares, Nicanor de la Fuente Sifuentes (Nixa), Mario Puga Imaña, Álvaro Mesones Piedra, Armando Bazán, Medrano Revilla, Jorge Jiménez Monsalve (Jorge Dramar), etc.
3. La Escuela Modernista.- El Modernismo, al igual que el Vanguardismo apareció a comienzos del siglo XX, bajo la influencia de Manuel Gonzáles Prada, José Santos Chocano y Rubén Darío.
Entre los poetas modernistas lambayecanos figuran: José Eufemio Lora y Lora (JELIL), Enrique López Albújar, Carlos Alberto Doig y Lora (CADIL), Julio Alfonso Hernández García (limeño, pero radicado en Chiclayo. Fue Director del Diario “El Tiempo”), Oscar A. Imaña (Trujillano, pero radicado en Chiclayo), Lorenzo Cubas Barboza, Carlos Novoa López, Moisés R. Valiente Yuncán, Ricardo Abelardo Miranda Romero, Germán Campos, Belibardo Zegarra Blanco, Carlos H. Berríos, etc.
4. La Escuela Costumbrista.- A esta corriente literaria también se le conoce con los nombres de corriente intimista o corriente lugareña.
Entre los poetas costumbristas lambayecanos podemos mencionar a Rómulo Paredes Gonzáles, Juan José Lora Olivares, Alfredo José Delgado Bravo, Jesús Alfonso Tello Marchena (“FUCO”), Víctor Díaz Monge, Aurelio Cornejo Vélez (“Avenecor”), Orlando Gonzáles García (“Manolando”), Álvaro Mesones Piedra, Juan Santos Silva Tirado, Juan Vera Gastulo, Teodoro Ballona Garay, etc.
La existencia de las diversas corrientes literarias; la existencia de poetas representativos de estas escuelas literarias; la existencia de periódicos con artículos y crónicas de contenido poético, nos está demostrando y ratificando lo que siempre hemos escuchado y lo que siempre se ha dicho “Lambayeque es tierra de poetas”.
En suma, el reto para los estudiosos y académicos de la poesía lambayecana consiste en recoger, recopilar, fichar toda esta interesante producción literaria. Y ello para dar cumplimiento a dos objetivos importantes que tienen el carácter de urgentes, impostergables y determinantes:
1. Impulsar un movimiento pedagógico lambayecano a favor de una educación regional lambayecana con contenidos lambayecanos, donde estén presentes los poetas lambayecanos con su producción poética lambayecana.
2. Impulsar la forja y construcción, el rescate y la revaloración de nuestra identidad cultural lambayecana. Y en este sentido, la poesía lambayecana tiene su puesto de combate.
d) Clases de poesía lambayecana
Hasta donde disponemos de información, podemos aventurar de que existen tres tipos de poesía lambayecana: histórica, costumbrista y social.
1. Poesía lambayecana de corte histórico.- Sus representantes son:
a) Emiliano Niño Pastor con “La Lámpara de Aladino”.
b) Fidel Arana Rodríguez con “A la Heroica Ciudad de Chiclayo”, “El Ausente” (Canto a la Benemérita ciudad de Lambayeque) y “Mi Canto a Chiclayo”.
c) Moisés R. Valiente con “Saludo a Lambayeque”.
d) Manuel Casimiro Bonillo Castro con “Allá en Cinto y Collique”.
e) Augusto Castillo Muro Sime con “Mi Ciudad tiene…”.
f) Guillermo García Urrutia con “Lambayeque”.
g) Orlando Gonzáles García con “El Cura Chumán”, “Veinte de Febrero”, “El Mensaje de Chumán”, “Montoneros Ferreñafanos”, “Canto a mi Tierra”, “El Cura Manuel Chumán”, “Honor a Chumán”, “Miguel Plaza Cabejo” y “Artidoro Ugaz”.
h) Juan Parra del Riego (huanuqueño) con sus versos dedicados a Lambayeque y Chiclayo.
i) Max Dextre Camacho (limeño) con “El Guerrero de Sipán”, “Mi Lambayeque” y “Yampallec”.
2. Poesía lambayecana de orientación costumbrista.- Sus representes son:
a) Juan José Olivares “Con Sabor a Mamey”.
b) Rómulo Paredes Gonzáles con “A Golpe de Arpa”, “Los Lagartos”, “Ji Junay Press”, “Se la Saca” y “El Algarrobo”.
c) Alfredo José Delgado Bravo con “Canto la Labriego Junto al Mar”.
d) Jesús Alfonso Tello Marchena con “Canto a mi Ciudad”, “Canto a mi Pueblo”, “Callecitas del Ayer” y conjunto de poesía sueltas.
e) Víctor Díaz Monge con “Cantos a la Naturaleza”.
f) Orlando Gonzáles García con “Ferreñafe: Tipos y Costumbres” y “Páginas de Inspiración”.
g) Álvaro Mesones Piedra con “Quien la manduvo enviudar”, “Marinera Lambayecana” y “Las Cumananas”.
h) Aurelio Cornejo Vélez con “Recordando a mi tierra natal al hincarse el año de 1951”.
i) José Santos Silva Tirado con “Magna” y “Cosas de mi tierra”.
j) Juan Vera Gastulo con “Costumbres y Tradiciones del Departamento de Lambayeque”.
k) Teodoro Ballona Garay con “Así es mi Lambayeque”.
3. Poesía lambayecana de carácter social.- Está represtnada por los grupos literarios o por la poesía grupal lambayecana: “Pirca”, “Canto General”, “ADEL”, “Alma Matinal”, “SUAL”, “UNEAL”, etc.
Pese a la copiosa y abundante producción poética lambayecana expresada también en poemarios, plaquetas y poesía suelta, todavía se sigue careciendo de tres cosas importantes para la cultura lambayecana. Ellas son:
a) Falta un estudio crítico de la poesía lambayecana. Nuestros poetas y estudiosos de la poesía, nuestras Facultades de Educación y nuestros Institutos Superiores Pedagógicos tienen un reto por delante.
b) Falta una investigación que nos de a conocer una visión de clase de la producción poética y literaria en general.
c) Falta una poyo editorial para la publicación de las diversas obras literarias, así como de los trabajadores de poesía Lambayecana.
La existencia de diversos tipos de clase de poesía nuestra, refuerza nuestra inquietud intelectual de convocar a las Facultades de Educación y a los Institutos Superiores Pedagógicos para que organicen un Seminario Taller sobre la Poesía Lambayecana, más aún, si se tiene en cuenta que en este quinquenio va a jugar un rol preponderante la descentralización educativa y los contenidos educativos, reforzando, de esta manera, el postulado de una educación regional y departamental.
e) Tareas a favor de la poesía Lambayecana
Todavía existen una serie de preocupaciones académicas para emprender la tarea de escribir un trabajo de investigación que aguarde relación con la literatura y la cultura lambayecana. En este sentido, existe una tarea pendiente consistente a rastrear y escribir lo que significó en el campo de la cultura y de la poesía la existencia del Club “Unión y Patriotismo”. A esta institución pertenecieron los intelectuales y poetas más representativos del departamento como Juan José Olivares los chiclayanos.
De la misma manera, el Club “Unión y Patriotismo” organizó concursos poéticos y juegos florales y propicio la coronación del poeta lambayecano Emiliano Niño Pastor en 1926, con ocasión de celebrar dicha institución sus B odas de Plata (16 de junio de 1901). También inauguró la Biblioteca Popular el 29 de julio de 1909, bajo la presidencia de don Franco Klinge y el 2 de enero de 1922 inauguró la Universidad Popular de Chiclayo destinada a capacitar a la clase trabajadora del departamento.
Falta impulsar una campaña a favor de la reedición de las principales obras literarias y poéticas. Por ejemplo: “A Golpe de Arpa” (1935), “Mitos, Leyendas y Tradiciones Lambayecanas” (1938), “Anunciación” (1898), “Con Sabor a Mamey” (1962), etc. Se hace necesario y urgente conocer la producción poética, la historia literaria y los valores artísticos lambayecanos.
Otra tarea por realizar radica que hasta en la fecha no se ha hecho un estudio, ni siquiera los primeros balbuceos, de lo que significó la ex Facultad de Educación y Ciencias Humanas de la ex Universidad Nacional de Lambayeque, con sede en Chiclayo. En aquella Facultad existió la especialidad de Legua y Literatura y muchos de sus alumnos hoy son profesores de educación secundaria y docentes universitarios. Muchos de ellos pertenecieron a los grupos literarios que existieron en nuestro medio.
Una cuarta tarea a emprender consiste en fichar la nueva producción poética lambayecana y a sus autores, para poderla estudiar y clasificar; conocer sus orientaciones, ausencias, vacíos, preocupaciones e inquietudes de nuestros decimistas, cumananeros y poetas populares.
En suma, si disponemos de una riqueza literaria lambayecana, hay que preguntarnos: ¿Por qué en los textos escolares de literatura que “consume” la población escolar no figura ninguno de los poetas lambayecanos? ¿por qué no se les menciona a nuestros literatos? ¿es que nuestros poetas, en calidad literaria, son menos de los que estudian en los textos escolares de literatura? ¿con qué criterios el Ministerio de Educación escoge a uno y silencia a otros? ¿acaso el fenómeno del limacentrismo sigue todavía vigente en los textos escolares y en los libros de lectura? ¿acaso sólo tiene importancia para el Perú lo que se escribe desde Lima y no lo que se escribe desde provincias? ¿esta marginación de nuestros poetas y literatos provincianos está demostrando nuestra carencia de una identidad regional, departamental o local? ¿por qué no luchamos, peleamos y exigimos para que nuestros más aclarecidos poetas provincianos también sean estudiados en los textos escolares y en los libros de lectura? ¿acaso, ello, obedece a una ausencia de sentimiento de región? ¿por qué en nuestro departamento poco o nada se ha hecho para valorar la creación cultural y artística de nuestros intelectuales?.
Repetimos: estas líneas persiguen motivar a las instituciones académicas y educativas para que hagan realidad un Seminario Taller sobre Poesía Lambayecana. Existe toda una historia literaria que respalda esta propuesta. Sería una manifestación de inconsecuencia no hacerlo. El futuro cultural de Lambayeque se lo merece. Las Facultades de Educación., lo Institutos Superiores Pedagógicos, la Dirección Regional de Educación, el Instituto Nacional de Cultura, los Centros Educativos lambayecanos la palabra.
MÚSICA REGIONAL LAMBAYECANA
a) Consideraciones Regionales
- En lo que respecta a la música lambayecana, nuestro departamento cuenta con canciones significativas, las cuales tienen raigambre popular. Por lo consiguiente, Lambayeque tiene en su haber toda una tradición musical, dispone de piezas musicales que son verdaderos himnos a nuestros pueblos, así como canciones que ponen de manifiesto la riqueza sentimental de nuestras gentes.
- A través del estudio y reconocimiento de un conjunto de canciones, las cuales provienen de las tres vertientes: afro-yunga o negra, andina o serrana y criolla popular, hay que buscar y encontrar en cada una de ellas los rasgos, elementos y características que nos van a servir para la edificación y forja de nuestra identidad cultural, artística y musical lambayecana.
- En otras palabras, lo que hemos querido decir es que la música forma parte del cancionero popular, por lo que la memoria de un pueblo también se encuentra reflejada en la música, el canto, el baile y la danza. Esta realidad explica lo que siempre hemos escuchado decir el norte del Perú es criollo porque es festivo, alegre, genuino, “pícaro”, ingenioso, donairoso. He aquí la razón de ser estas expresiones tan conocidas, tan comunes, tan difundidas y tan divulgadas: “soy norteño”, “soy lambayecano”, “soy chiclayano”, “soy ferreñafano”, etc.
- Con todo este conjunto de canciones que sintetizan el proceso histórico- musical lambayecano, queremos demostrar que el pueblo lambayecano en su conjunto ha tenido siempre una gran vocación musical y una creatividad extraordinaria para la elaboración de sus canciones populares, reflejando en cada una de ellas una buena parte de nuestra identidad histórico-cultural.
- La música popular lambayecana, como elemento de identidad cultural, tiene su origen en el ambiente rural y, a la vez, es de característica negra. Por lo tanto, la música es el primer elemento histórico-artístico que nutre nuestra identidad al estar presente la historia, el pueblo y la identidad. Esta música rural y negra la hemos encontrado ubicada en el valle de Zaña alrededor del siglo XVII, teniendo como expresión más remota las canciones llamadas precisamente “sañas”, las cuales fueron cantadas y cultivadas por los esclavos de plantación de la época colonial. En el siglo XVIII estas “sañas”, llamadas también “linderos de Zaña” van de devenir en tonderos, que también es una danza afro-yunga, y que según Nicómedes Santa Cruz, el tondero tiene su origen en la ciudad de Zaña al devenir la “saña” en “lindero” y éste en “tondero”.
- Pero también en el departamento de Lambayeque que hemos podido ubicar las “tonadas” y las “tonadillas”, que también son expresiones de la música negra y que históricamente pertenecen al siglo XVIII, como también la existencia de las canciones negras llamadas las “congas” que fueron ubicadas a mediados del siglo XIX.
- Por lo consiguiente, durante la época colonial (siglos XVII y XVIII) vamos a encontrar una música lambayecana de carácter popular, la cual tienen un origen rural y un ancestro negro, lo que nos han demostrado que el proceso que siguió la música lambayecana fue el campo a la ciudad, para luego extenderse del Valle de Zaña a la ciudad de Chiclayo en 1857 y 1868 con la revolución de José Balta Montenegro a través de “La Conga” y la “Puerca Raspada “o “polca Raspada”.
- Así mismo, durante la época republicana (siglos XIX y XX) las canciones lambayecanas más significativas que surgieron producto de los acontecimientos políticos-sociales, hemos podido identificar a tres. La primera fue durante la vuelta encabezada por el Coronel José Balta Montero en los años 1867 y 1868, que dio lugar la nacimiento de un baile chiclayano llamado “La Conga”, considerado como un baile-tierra o golpe-tierra y que está catalogada como la “Marsellesa chiclayana” y, cuya autoría se le atribuye a José Guevara, más conocido con el apodo de “Juyupe”, natural del distrito de Illimo (provincia de Lambayeque). Aquí existe un estrecha vinculación entre el acontecimiento político y la música popular lambayecana.
- Una segunda canción que estuvo vinculada al acontecimiento político José Balta fue la puerca raspada o polca raspada, canción que fue recogida por el historiador Jorge Basadre en su “Historia de la República del Perú”. Tanto esta canción como “La Conga” tienen raíces negras.
- Y la tercera canción esta vinculada con la sublevación campesina encabezada por el cura ferreñafano Manuel Casimiro Chumán Velásquez, ocurrido en 1910 en la ciudad de Ferreñafe, como consecuencia de un proceso de concentración de tierras y de usurpación de aguas por parte de los terratenientes de la zona. Los compositores han querido rescatar del olvido este movimiento campesino a través de la marinera norteña llamada precisamente “la Montonera”, pero difundida con el nombre de “Trescientas libras de oro”. Incluso, esta revuelta campesina no sólo ha sido registrada en las páginas de la historia político-social de Lambayeque y en las composiciones musicales de nuestros autores, sino también ha sido materia de inspiraciones de nuestros poetas ferreñafanos y de los cumananeros lambayecanos. Esta canción que nació como tondero para después cambiar su línea melódica por marinera, tiene una versión tanto terrateniente, como también una versión campesina. Es decir, cada una de ellas ataca o defiende al cura Chumán y a los campesinos del lugar.
- De la misma manera, durante la República, hemos podido ubicar canciones de origen andino existentes en los distritos de Chongoyape, Ferreñafe, Inkawasi, y Kañaris, así como las ex haciendas Azucareras de Pomalca, Tumán, Pátapo, Pucalá y Cayaltí. En estos lugares se cantan los tristes, los yaravíes y los huaynos, lo cual estaría justificado por la cercanía de los distritos antes mencionados al Departamento de Cajamarca, por la presencia de la población migrante andina, proveniente de las provincias de Chota, Cutervo, Bambamarca, etc. en las ex Cooperativas Agrarias Azucareras, como la fuerza de trabajo de los antiguos patrones.
- A finales del siglo XX se dieron a conocer los tristes lambayecanos, como “La Chongoyapana”, cuyo autor fue don Arturo Schutt y Saco, natural de la hacienda Pucalá, pero fue compuesta en la ciudad de Chongoyape. De igual manera, el triste “La Jardinera”, cuyo autor fue el ferreñafano José Ignacio Tello Vásquez. Tanto Schutt como Tello fueron poetas románticos y humoristas. Otras muestras de tristes lambayecanos han sido ubicados por Luis Rocca Torres en Zaña y se encuentran registrados en su libro “La Otra Historia” (Memoria Colectiva y Canto del Pueblo de Zaña), bajo el título de “Tristes Zañeros”.
- Lo expresado hasta aquí nos está demostrando que la música popular lambayecana está nutrida de lo rural, no sólo en su origen, sino también en su evolución, pues, Ferreñafe, Chongoyape, Zaña y Lambayeque son ciudades ligadas estrechamente al campo, al igual que el Chiclayo antiguo (siglo XX, de la época de Balta) que era un pueblo cholo y campesino. En consecuencia, la música rural se traslada del campo a la ciudad en la medida que las principales ciudades – anteriormente mencionadas – son producto del predominio rural, y no del desarrollo industrial.
- De las tres vertientes de la música popular lambayecana: negra o afro-yunga, andina o serrana y criolla-popular, las dos primeras no han sido aceptadas en su integridad por las clases sociales imperantes en el departamento de Lambayeque; no han “cuajado” en su totalidad. La vertiente negra por su origen bastante remoto o lejano (época colonial) y por la escasa población negra que existe en los pueblos de nuestro departamento (Zaña y Capote), y la vertiente andina debido a la falta de un intercambio fluido entre la población de la gran parte geográfica costeña del departamento con la reducida población serrana del mismo. Repetimos: la vertiente andina todavía no ha sido totalmente integrada, su presencia es todavía débil aunque se encuentra en proceso de difusión. La vertiente criolla-popular está dada por las marineras norteñas, los valses y las polcas. Esta vertiente si está estrechamente vinculada con la idiosincrasia del poblador lambayecano, con su forma de ser, con su comportamiento individual y colectivo, con las características propias (psicología) del poblador norteño.
- En suma, el departamento de Lambayeque dispone de hermosas canciones que constituyen verdaderos himnos o verdaderos poemas, las cuales contienen un mensaje ancestral, un significado histórico, una evocación al pasado, un canto a la campiña y al paisaje y un recuerdo permanente a las festividades religiosas y a los santos patrones, a las costumbres y a las actividades agrícolas, etc.
- Por otra parte, está demostrado que el habitante lambayecano es fiestero, jaranero, jovial, alegre, bailarín, cantante, autor, compositor, intérprete, divertido, guitarrista, arpista, cajoneador, músico, dancista, amante y difusor de la música criolla a través de marineras, tonderos, valses y poleas, también de la música andina a través de los huaynos.
- Finalmente, el peruanista alemán Ernst Middendorf, quien al visitar el departamento de Lambayeque en los últimos lustros del Siglo XIX, pintó de cuerpo entero al Chiclayo fiestero y alegre, cuando escribió lo que sigue:
“Pasé la noche en Chiclayo mejor de lo que había esperado; gracias a una caja de polvos contra insectos dormí tan bien que no me molestó la bulla de dos casas vecinas, en las que bailaron y tocaron música hasta el amanecer, los chiclayanos parecen ser gente alegre a la que le gusta gozar de la vida”.
- Como actualmente la tendencia es que en las escuelas y colegios del país se imparta una educación regional, la música no puede permanecer excepto a esta preocupación educativa de vital importancia para una sólida e íntegra formación de los educandos. Es esta la razón por la cual nos ha obligado a preparar y proponer todo un capítulo vinculado a la Música Popular Lambayecana, para que en curso de Educación Artística, así como en los contenidos educativos que guarden relación con el arte y la región, se cultive, incentive, rescate, difunda, practique, dance y baila la música popular lambayecana, expresada en marineras, valses, huaynos, tonadillas, tonadas, golpe tierra o baile tierra, etc.
- Es en este sentido que estamos elaborando un listado – bastante nutrido y numeroso, así como variado – de las canciones lambayecanas que existen en sus diversos géneros y modalidades líneas melódicas, para ser cantadas y bailadas por nuestros alumnos primarios, secundarios y hasta universitarios de los centros educativos y de los diversos Institutos Superiores y Universidades que existen en el Departamento de Lambayeque.
- Lo que se quiere es que cada curso tenga una dosis de contenidos regionalistas – lambayecanos; lo que se anhela es que cada asignatura presente ciertas particularidades regionales lambayecanas; lo que se persigue es que los estudiantes del departamento de Lambayeque sepan, aprendan y difundan una buena parte del territorio donde han nacido, vivido y existen para que de esta manera se vinculen con sus raíces históricas y con sus ancestros culturales.
- He aquí una de las maneras de forjar la identidad cultural regional y de cultivar la memoria colectiva de un pueblo.
- Por otra parte, es importante aclarar que sin propender e incentivar el cultivo y fomento de los chauvinismos localistas, lo que se quiere y persigue es que los lambayecanos en su conjunto se identifiquen con el vals “A ti Chiclayo”, llamado también “Chiclayo de mis amores” de Tomás Huertas Chayanco y Nilo Boggiano Rodríguez o con la marinera (antes tondero) ”La Montonera” de autor anónimo, conocida actualmente con el nombre de “Trescientas libras de oro”, cuya autoría le corresponde a José Mena Tello, con algunas variantes de su versión original, conforme lo hacen los arequipeños con los valses “Melgar” de Benigno Ballón Farfán o “El Regreso” de Mario Cavagnaro, o los piuranos con el vals “Mis Algarrobos” de Rafael Otero López y más recientemente con el vals “Rosal Viviente” de Manuel Ciccia, todas ellas, se han convertido en verdaderos himnos de sus respectivas ciudades.
En suma, la vinculación entre identidad cultural con la música popular lambayecana es permanente, fluida, constante y fructífera.
- La música es tan importante en la vida escolar, ya que en toda actuación cívico-patriótica se entona el Himno Nacional; en todo desfile escolar interpretan las marchas escolares y militares; en las actuaciones internas que figuran en el calendario escolar, además de los consabidos discursos de orden y de la recitación de poesía, se entonan canciones por parte de los alumnos, así como se presentan números de bailes folklóricos, destacando la marinera. Siempre, en cada centro educativo, hay solistas, dúos, tríos o conjuntos musicales integrados por estudiantes que interpretan una serie de canciones. La ocasión es propicia para incentivarlos en la interpretación de las variadas y múltiples canciones lambayecanas. De la misma manera, generalmente, en cada colegio secundario se dispone de una banda u orquesta, la cual siempre participa en las actuaciones escolares.
- Pero hay algo más. Los profesores del curso de Educación Artística o Educación por el Arte dispondrán de un nutrido repertorio del cancionero popular lambayecano, rechazando de esta manera la música estridente, extranjerizante y alienante que se difunde permanentemente por las emisoras locales y nacionales, así como por los canales de televisión.
- Hay que expresar que en los años 1988 y 1989, siendo Ministra de Educación la Dra. Mercedes Cabanillas Bustamante, se expidieron las Resoluciones Directorales Nº 0347-88 y 156-A-89, las cuales establecieron que la Educación Artística se desarrollase a través de los Talleres de Arte, “como una estrategia metodológica en la que prima el carácter práctico, sin dejar de lado, por cierto, aquello fundamentos teórico-conceptuales necesarios para una buena realización artística”. Mercedes Cabanillas en su artículo periodístico “A propósito del Día de la Canción Criolla. Currículum Escolar y Arte Nacional” ha agregado: “Esta fue la razón pedagógica que hizo posible la participación de destacados artistas nacionales en las ramas de la música, teatro, artes plásticas y danzas; ellos junto a los docentes egresados de las Escuelas Superiores de Arte brindaban a los alumnos la posibilidad real de elegir el Taller de su preferencia”.
- “Los talleres de Arte propiciaron la enseñanza de la cultura artística moderna y tradicional. Transmitieron contenidos culturales propios del contexto de su ubicación urbana o rural y significaron una oportunidad para la realización personal del educando en expresiones musicales, visuales, teatrales y de danzas, fortaleciendo su identidad cultural. Fueron dotados de un singular material didáctico compuesto, entre otros instrumentos, por guitarras, cajones, castañuelas, “quijadas”, panderetas y textos de la especialidad como la “Breve Historia de la Música Criolla del Perú” de Ricardo Miranda Tarrillo, editada por el Ministerio de Educación”.
- “Los Talleres Artísticos en las escuelas constituyeron la mejor oportunidad para que figuras consagradas del arte nacional brindaran sus conocimientos y dominios a una muchachada ansiosa de conocer lo nuestro”.
- Posteriormente, el gobierno del Ing. Alberto Fujimori, mediante Resolución Ministerial Nº 1561 de 21 de setiembre de 1990 desactivó la Reforma Curricular y por Resolución Ministerial Nº 1631-ED del 12 de octubre de 1990 despojó de sus nombramientos a los Promotores Artísticos y a los miembros del Comité Técnico de Folklore, lo que obligó que se deje en el camino importantes programas y proyectos como las Cátedras de Folklore en las Universidades del país; los cursos especiales de folklore para los profesores de todos los niveles; la confección del Mapa Folkórico del Perú; el Diccionario del Folklore Peruano; la entrega de las Palmas Artísticas e importantes proyectos de investigación y difusión.
- Finalmente, en el programa “Diálogo Educativo” que conduce León Trahtemberg por Radio Programas del Perú (RPP), el día domingo 5 de abril de 1998 entrevistó a los musicólogos Armando Sánchez Málaga y Rully Rendo para discutir el tema “El Valor Educativo de la Enseñanza de la Música”, llegando a las siguientes consideraciones:
a) La música genera sensibilidad, belleza, valores estéticos, sentimientos; ayuda al mundo sensorial.
b) La música ayuda a los niños en los problemas de aprendizaje (lectura y escritura).
c) Con la música los alumnos obtienen mayores y altos calificativos en las demás materias o cursos.
d) A través del canto se hacen ejercicios de respiración (salud física).
e) La música ayuda a la salud mental de los alumnos.
f) La música ayuda a forjar la disciplina cuando se le escucha con la debida atención.
g) La música desarrolla la vida intelectual de los alumnos.
h) La música fomenta la solidaridad, la ayuda mutua, la cooperación, la colaboración entre los integrantes de los coros, orquestas o bandas escolares.
i) La música desarrolla el sentido auditivo.
j) La música ayuda al aprendizaje de las matemáticas (corcheas, blancas, negras, etc.).
k) Desarrollar el amor a la música es fomentar el desarrollo integral del ser humano; es apostar a favor de la educación integral de los educandos.
l) La música desarrolla habilidades.
m) Es necesario formar educadores musicales.
n) Es necesario actualizar a los educadores musicales.
o) La música es un vehículo tan poderoso, pero desafortunadamente el Ministerio de Educación no le da prioridad ni le brinda la importancia debida. Existe una falta de sensibilidad por parte del Ministerio de Educación. Los cursos de música o de arte en general están arrinconados en los colegios. Definitivamente existe una marginación por parte del Ministerio de Educación, lo que demuestra un desconocimiento de las potencialidades educativas de la música.
- Por nuestra parte, nos permitimos agregar que la música se encuentra íntimamente vinculada con la vida del hombre, desde que nace hasta que muere. Al niño recién nacido la madre le canta para arrullarlo y cuando se le sepulta se entonan los cánticos religiosos o se interpretan las marchas fúnebres para los sepelios; la madre le canta y baila al niño en la medida que crece. Por algo existen las canciones maternales.
- Los niños tocan el tambor y los demás instrumentos musicales que se les obsequia en las fiestas navideñas o de cumpleaños. Ellos también practican las marchas acompañándose con el sonido o ruido que generan las tapas de las ollas cuando las usan como platillo o los tarros de lata cuando los usan como tambor.
- En la escuela lo primero que se le enseña al niño es el Himno Nacional y el Himno a su colegio.
- La música también está presente en las contiendas deportivas, sean escolares, amateurs o profesionales; en los festivales escolares; en los desfiles escolares, en los desfiles militares; en las campañas electorales, sean éstas municipales o políticas; en el canto de los pájaros, etc. al fin y al cabo, la música es un lenguaje universal no un idioma.
- Por último, hablar de la música popular lambayecana es también hablar de la cultura popular lambayecana, del arte popular lambayecano en todas sus variantes o aspectos. En este sentido, la importancia de la música popular lambayecana en el proceso educativo lo podemos resumir en los siguientes aspectos:
a) Porque constituye un ingrediente para la forja de la identidad local y regional.
b) Porque nos permite rescatar, valorar y difundir los valores artísticos, culturales y musicales auténticos.
c) Porque permite brindar un reconocimiento justo y necesario a los creadores, autores y compositores, intérpretes y cantantes.
d) Porque el arte refleja una buena parte de nuestra historia, de la historia popular, de la historia del pueblo lambayecano en su conjunto.
e) Porque permite reconocer la diversidad o variedad cultural dentro de la unidad cultural peruana. Es decir, permite conocer la música popular lambayecana dentro de la música popular peruana.
f) Porque permite conocer de la existencia de un arte popular frente a la existencia de un arte oficial; es decir, existe una música tradicional y popular lambayecana frente a una música oficial peruana.
g) Porque la música popular lambayecana constituye un estímulo y un ejemplo para las presentes y futuras generaciones de artistas lambayecanos y peruanos en general.
h) Porque, en última instancia, refleja y representa un rechazo a la música extranjerizante, estridente y alienante.
i) Porque con la música popular y el arte popular en general toma su total vigencia y presencia las palabras del vate peruano César Vallejo Mendoza: “Toda obra o voz genial viene del pueblo y va hacia él”.
j) Porque no existe un arte puro, un arte imparcial, un arte objetivo, un arte neutral en una sociedad de clases.
k) Porque difundiendo la música popular permite también difundir todo el acervo cultural que ha sido capaz de crear el hombre lambayecano y el hombre peruano en general.
l) Porque para construir la nación peruana o la nacionalidad peruana se requiere de una cultura nacional y no hay cultura nacional sin cultura popular.
- Terminamos diciendo que la realidad musical escolar peruana es bastante deprimente, por carecer de apoyo estatal y de aliento oficial. Tanto es así que Edgar Valcárcel ha expresado lo siguiente: “No creo equivocarme al afirmar que las propuestas pedagógicas estatales en el área de la música, resulta inoperantes. Los comportamientos observados en los niveles escolares denotan grave desconocimiento de la materia y alarmantes deficiencias metodológicas. Los pocos esfuerzos serios, responsables y de alto contenido técnico y artístico conocidos, son siempre tragados y aislados por la implacable y devastadora maquinaria burocrática ministerial, cuando no por la incuria e ignorancia musical del propio sector docente estatal”.
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