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jueves, 3 de junio de 2010

UNA “APROXIMACIÓN” A LA POESÍA de Mercedes Mesones Mesones

UNA “APROXIMACIÓN” A LA POESÍA de Mercedes Mesones Mesones



Por: William Piscoya Chicoma.
(williampiscoya@hotmail.com)

Nacida en 1933, en Ferreñafe -tierra que ella misma a tipificado de “amada y extraña atracción”-, Mercedes Mesones Mesones es, sin ninguna duda, la sensibilidad poética femenina más delicada y sublime y, con toda justicia, la mujer de mayor representatividad en todo el proceso de la lírica ferreñafana.

Integrante de una de las familias más tradicionales y notables de Ferreñafe, Mercedes Mesones Mesones, hizo estudios primarios en su ciudad natal, en la Escuela Fiscal Provincial, dirigida por la insigne educadora ferreñafana Leonor Cabrejos, y tuvo como profesoras a las distinguidas maestras Elsa Boggiano y Blanca Beleván. Ya a esa corta edad, la pequeña Mercedes, hacía sus iniciales prácticas de recitación con textos de famosos poetas peruanos y extranjeros. Resultan interesantísimas las anécdotas que, la propia autora, narraba en relación a esta etapa de su vida, donde recrea la figura de su padre -Julio Mesones Piedra, también poeta y talentoso pintor y escultor autodidacto- y de su abuelo, el explorador y científico ferreñafano Manuel A. Mesones Muro, quienes inculcaron en nuestra poeta el amor por la cultura y las artes, especialmente el de la poesía.

Hacia 1950, instada por su padre, abandona el terruño amado y se traslada a Lima para estudiar secretariado comercial, en la Escuela Superior Americana, donde sobresale por su aguda inteligencia, su definida vocación artística -fundamentalmente literaria y plástica- y su seductora belleza juvenil. Precisamente, por aquello años, empieza a publicar sus primeros versos en diarios y revista de nuestro medio local y la propia capital limeña.

En efecto, Mercedes Mesones Mesones ha publicado en los más importantes diarios y revistas de la época, y de la misma manera su poesía se ha visto recogida en la Antología de la Poesía Ferreñafana, de Julio Mesones García Urrutia; en la Antología de la Poesía Lambayecana, de Ricardo Rivas Martino; en la Revista Monográfica Firruñap, dirigida por Héctor Carmona R.; Trinos y aleteos de chilalos (1996, Lima), de Carlos Bancayán Llontop y Lucio Huamán Castillo, y Recetarios de luceros (Lima,1999), de Matilde Mesones Montaño, Lucio Huamán Castillo y Jorge Huamán S. Al pie de la gallarda rosa (Antología poética familiar), de Matlde Mesones Montaño; y en otros estudios de recopilación y crítica de la expresión artístico-literaria de nuestra región, aparecidos en los últimos 50 años.

Y, por otro lado, Mercedes Mesones Mesones fue, también, eximia pintora y escultora, y -modesta como celosamente- conservó muy interesantes obras de pintura, retratos y caricaturas, así como estatutillos, de arcilla y bronce, con representaciones que demuestran elegancia e idealismo. Y, además, como es sabido por sus coterráneos, durante 26 años ininterrumpidos, se desempeñó como principal en la Jefatura de la Biblioteca Municipal de su provincia, donde ha desarrollado una actividad invalorable de asesoría y promoción cultural.

Pero, ante todo, Mercedes Mesones ha sido, como ya afirmamos, una poeta, y su lírica, tal como ella misma la ha calificado, es de naturaleza estilista, y evidentemente está impregnada de un bien marcado simbolismo que, por momentos, nos hace recordar la magnífica voz lírica del mayor poeta post-modernista peruano: José María Eguren. En su hermoso poema intitulado “Decepción”, nuestra autora nos presenta un tema de infelicidad, frustración y dolor, donde se ha desterrado la capacidad informativa, la lógica y la razón y se utilizan recursos estilísticos propios de la tendencia simbolista, como las imágenes de color, la musicalidad, el léxico renovado y la simbología: “Alma como la noche,/ pena de letargo,/ ciega lleva el coche/ en el camino largo./ Pesimismo ronco,/ carga de nostalgia,/ olor que contagia,/ pesar de lo trunco./ La vida es hastío,/ la muerte se mofa,/ y Dios en la Duda,/ cabalga en la Nada./ El motor del tiempo,/ detiene sus horas,/ la angustia se alarga,/ cual sierpe maldita./ La tristeza eclipsa,/ la luna del alma,/ y son las tinieblas,/ muralla infinita.”.

“Decepción” no pretende ser comprendido racionalmente, en él la poesía deja ser un vehículo mediante el cual su autora transmite una idea o expresa un argumento, sino que persigue evocar climas emocionales, sensaciones de estado de ánimo. Este es, quizás, el mayor aporte que Mercedes Mesones alcanza al contexto literario, específicamente poético, de su tierra ferreñafana, al introducir, dentro de la poesía de este ámbito, los elementos de renovación que amplían y enriquecen su panorama general.

La obra de Mesones Mesones Mesones jamás ha sido recogida, íntegramente, en un libro (la APPF, modesta como parcamente, ha ensayado apenas un fascículo con una liliputiense ración de ella): se encuentra desperdigada -ya lo hemos anunciado- en diarios y revistas, muchos de ellos ya casi desaparecidos. La lectura concienzuda de sólo algunos de sus poemas nos presenta a un espíritu de exquisita sensibilidad, que vierte en sus versos música, armonía y todo el realismo mágico que animan su palabra. Su poesía es sutil, incorpórea, que traduce fielmente una visión del mundo donde predomina el candor, la fantasía y la melancolía. Así también, en sus mejores inspiraciones se ha plasmado el colorido paisaje pueblerino ferreñafano, en una voz intimista, delicada y subjetiva, y que difiere del giro estridente o el facilismo trivial. Por su parte, la publicación total y un estudio especializado de la obra de esta auténtica creadora se hace, pues, impostergable, dada las dimensiones de originalidad y capacidad imaginativa que cunden la obra de este “otro orgullo ferreñafano”, indudablemente voz y personalidad destacada de la tradición poética lambayecana.

Hace pocos días no más, nuestra egregia poetiza nos dejó, traducida al dominio incognoscible de la muerte. Su fallecimiento -sigiloso, austero, como su vida misma-, como es natural, ha sumido en el dolor y el desconsuelo a sus coterráneos; pero, que duda cabe, su obra subsiste lozana de belleza y profundo amor por sus expectaciones lírico-creativas y su tierra ferreñafana. Que esta primera “aproximación” a su poética se constituya como un real y justo homenaje a la primera gran poeta de “la tierra del Loco del Marañón y del Montonero Chumán”.


Ferreñafe, abril del 2009.

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